Asturias exporta talentos

El talento de Abraham demuestra que "se puede hacer cine de animación desde Asturias para el mundo"

"Uno de mis proyectos es abrir un estudio en Gijón, sería maravilloso, y ahora ya con la alta velocidad estás a tiro de piedra de Madrid"

Abraham López, con sus herramientas de trabajo.

Abraham López, con sus herramientas de trabajo.

Tino Pertierra

Tino Pertierra

ABRAHAM LÓPEZ (Madrid). El director de animación nacido en Carabanchel (Madrid) pero criado entre Llanes y Gijón estrenó hace unos meses «Dragonkeeper (Guardiana de dragones»), la primera macroproducción chino-española de animación dirigida por Salvador Simó y Jianping Li. López había ganado el «Goya» al mejor cortometraje de animación en 2021 con «Blue & Malone: casos imposibles». Tiene casa en el Cuetu (Meré), al lado de Posada de Llanes, donde da rienda suelta a su imaginación.

El director de animación Abraham López Guerrero, nacido en Carabanchel (Madrid) pero criado entre Llanes y Gijón, se considera asturiano de adopción y de corazón. De hecho, para su última película, "Guardiana de dragones", trabajó tres cuartas partes en el Cuetu de Meré, donde tiene su casa. Y está escribiendo ahora mismo una novela, "Mare Monstrum", "con muchísima mitología asturiana. Y en mi siguiente película, que se llama ‘El viaje imposible’, saldrán xanas y trasgos".

Y es que "Asturias está en mi ADN. En el Cuetu, al lado de Posada de Llanes, me retiro a escribir. A pensar. A disfrutar. Vivo a fondo Gijón. Allí tengo a mucha familia y a muchos amigos, y también en Oviedo. Mi padre ha sido piragüista toda su vida y siempre ha sido asiduo del Sella, hizo muchos descensos. Conozco bien los ríos asturianos desde mis veranos infantiles. Antes de que yo tuviera mi casita allí, iba a la de mi tía, que ya se murió. Hago lo contrario de lo que hacen otros: yo en Asturias, curro. Creatividad como artista. Y en Madrid, reuniones de negocios".

"En Asturias tenemos muchas virtudes", afirma, "pero en materia audiovisual estamos en pañales y no parece que eso vaya a cambiar. Hay algo maravilloso, y es que llueve. Los sitios donde llueve son estupendos para hacer animación. Si te fijas, la animación se ha desarrollado muchísimo en Japón, donde llueve un montón. Parece una simpleza pero es que sí es posible levantar proyectos desde Asturias, y la prueba es que hice gran parte de la película desde allí. Cuando yo era joven en Asturias, si quería estudiar animación tenía que ir a Madrid o a otro lado. Pero ahora el centro universitario ‘U-tad’, por ejemplo, tiene un grado online gracias al que se puede estudiar desde cualquier sitio y puedes trabajar desde Asturias para cualquier rincón del mundo".

Que alguien se dé cuenta de que una manera de atraer trabajo es la animación

Hay que combinar dos cosas. "La primera, voluntad política, alguien debería darse cuenta de que una manera de atraer trabajo es la animación. Se puede hacer desde Asturias para el mundo. Y la segunda es un clima perfecto para estar en tu casita, tan tranquilo, animando, con buena conexión de internet y preciosas puestas de sol para relajarse. Y fresquitos y con agua de sobra".

Asturias se parece a Reino Unido porque son sitios que invitan a trabajar mucho con un ordenador haciendo animación, "y encima tienes cultura, y tienes un paisaje precioso, superinspirador, y encima tienes buena gente y muy currante, porque los asturianos lo somos. Es el escenario perfecto. Uno de mis muchos proyectos para el futuro es abrir un estudio en Gijón, eso sería maravilloso. Y ahora ya con la alta velocidad estás a tiro de piedra de Madrid. Además la animación es una actividad sostenible, ecológica. Los sueldos son buenos, porque el mercado es global y se trabaja para una industria global, no es una cuestión local".

Asturias tiene muchas virtudes, pero en audiovisual estamos en pañales

Más importante que el talento, muchas veces, "es la tenacidad, la persistencia. Seguir un sueño y no soltarlo. Hay gente con talento que no llega nada por no tener esas condiciones. Yo nunca me he planteado si tengo talento o no, ni siquiera lo hice de guaje. Yo me digo: esto es lo que me gusta y lo voy a hacer toda la vida, valga o no valga, porque es lo que me hace feliz. Me ayuda mucho la constancia. Yo escribo todos los días, abro mi ordenador y cumplo con mi cuota de mil palabras. Día tras día, tras día, tras día. El trabajo artístico tiene mucho que ver con juntar arena". Luego hablaremos más de la arena.

Estudió cine en Cuba y fue muy importante: "No aprendí a manejar programas, no aprendí a manejar cámaras caras, porque no las había. Aprendí a montar en moviola, aprendí la edición en Betacam. Aprendí de escritores y guionistas que sabían lo que era trabajar con la inmediatez del público, ahí delante, que escribían por la mañana para representar o rodar por la tarde. Aprendí de discípulos de Gabriel García Márquez y del propio Gabriel García Márquez. Aprendí de grandes creadores de culebrones colombianos, brasileños y argentinos, que era lo que sostenía la industria de Latinoamérica y que sabían mucho de hacer cosas que al público le guste, y hacerlas barato y bonito. La llamaba la escuela del tercer mundo, y después de hacer películas en Cuba, como yo hice de estudiante, donde había que buscarse la vida y economizar mucho, hacerlo después con algunos medios más profesionales me ha resultado más sencillo".

Aprendió el espíritu del cine, "lo que tiene de humano y de íntimo. Juntas arena y luego ya irás levantando el castillo, pero lo importante es juntar arena. Es una suma de momentos. Y al final lo que consigues hacer siempre tiene que ver con la tenacidad. Si tienes más pues a lo mejor lo que te da es un poco de velocidad. O de facilidad para conseguir cosas. Nada más. El que tenga talento llegará un poco antes y el que tenga mucha persistencia llegará un poquito más tarde, pero llegará así igual".

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