Oviedo despide al cirujano Faustino Pozo, "un médico brillante y humano"

Los hijos del fallecido emocionan en el funeral con discursos llenos de cariño y respeto: "Eres irrepetible"

Los hijos de Faustino Pozo, durante el acto de despedida en Los Arenales: por la izquierda, Sergio, Elisa, Juan Ignacio y Ana Pozo.

Los hijos de Faustino Pozo, durante el acto de despedida en Los Arenales: por la izquierda, Sergio, Elisa, Juan Ignacio y Ana Pozo. / Irma Collín

Oviedo

Si Faustino Pozo Fidalgo hubiese podido escuchar ayer a sus hijos se habría sentido orgulloso y no habría podido evitar emocionarse, como le ocurrió a la gran mayoría de las personas que acudieron al tanatorio de Los Arenales para despedir al cirujano, fallecido a los 73 años tras haber desarrollado una brillante carrera como profesional en la sanidad asturiana. Durante el acto de despedida de su padre, los cuatro hermanos tomaron la palabra y, uno por uno, fueron tejiendo un panegírico cargado de amor, respeto, admiración y agradecimiento. La forma que eligió la familia para darle el último adiós a Tino –así lo llamaban quienes lo querían– le hubiese encantado por sincera, cariñosa y justa, tres de los valores que siempre les inculcó a los suyos.

El primero en tomar la palabra fue el mayor. Sergio Pozo cogió el micrófono y dio las gracias a todos los asistentes, que llenaron hasta los topes una capilla en la que ayer no hubo misa. Amigos, familiares y compañeros de profesión del fallecido habían sido recibidos previamente con música de una violinista, que interpretó varios temas a lo largo del acto. "A mi padre le hubiese hecho mucha ilusión porque amaba la música", explicó Sergio antes de comenzar a hablar. Después, con alguna dificultad para contener las lágrimas, inició su discurso. "Hoy es uno de los días más tristes de mi vida, pero a la vez tengo que dar las gracias porque mi padre tuvo una despedida simple, bella y junto a los suyos, que era lo que quería", dijo para empezar. "Mi padre llegó a cotas muy altas como profesional, pero nunca con ambición. Siempre nos decía que las cosas hay que hacerlas bien y él se pasó la vida haciendo el bien. Si llega a ver la que ha montado yéndose tan de repente, si viese a tantos amigos que tiene aquí para despedirle, estaría muy emocionado", añadió refiriéndose al que fuera el precursor de la cirugía no invasiva en Asturias y, especialmente, de la intervención mediante laparoscopia.

Ana Pozo, otra de las hijas, también habló maravillas de su padre. "Todo lo que se me ocurre decir me parece bastante pobre. Has sido el padre que siempre necesité y si volviese a nacer volvería a elegirte. Eres irrepetible", afirmó. "Espero algún día poder estar a tu altura. El mejor legado que me has dejado han sido mis hermanos y tus valores, entre los que destacaban la integridad, la fortaleza y el amor incondicional", explicó. "Gracias papá. Espero que sepas lo orgullosa que estoy de ser tu hija", dijo para cerrar su emotivo discurso en recuerdo de Faustino Pozo, que en su día formó parte de la junta directiva del Colegio de Médicos de Asturias y también miembro de número de la Real Academia de Medicina del Principado de Asturias.

Emoción

Elisa Pozo también se emocionó cuando le tocó el turno de palabra. "Hoy tengo mucha pena, tristeza y miedo, pero también esperanza, orgullo y felicidad por haberte tenido como padre", comenzó diciendo. "Siempre estuviste con nosotros en todo, apoyándonos con cualquier cosa. Nos inculcaste la importancia de estudiar. Siempre decías una cosa que jamás olvidaré: si trabajas en algo que te gusta no trabajarás más en toda la vida", explicó. "Tu trabajo era salvar vidas y eso es lo más humano que hay, tan humano como lo eras tú. Un médico brillante y humano", añadió sin poder contener las lágrimas.

Libertad, la importancia de ser libres. Ese fue otro de los valores que Faustino Pozo se empeñó en inculcar a sus hijos. Y así lo explicó Juan Ignacio, que fue el último de los hermanos en hablar. "Me podría pasar toda la tarde hablando cosas buenas sobre ti papá. El humor es parte del legado que nos dejaste, pero el valor más importante con el que me quedo es el del amor incondicional por la familia", señaló. "También nos enseñaste a trabajar y a esforzarnos para conseguir las cosas, a saber que el trabajo honra y dignifica".

Para cerrar el acto, también tomó la palabra Alejandro Braña, el traumatólogo y expresidente del Colegio de Médicos de Asturias que compartió junta directiva hace algo más de una década con Pozo. "Después de esta explosión de sentimientos es difícil decir algo. Sólo quiero dejar claro que nadie desaparece cuando es recordado por los demás", señaló.

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