Rusia está en el sur

Estamos asistiendo estos días a lo que algunos sociólogos llaman cambios epocales, es decir, movimientos en los comportamientos o en la manera de pensar de la sociedad que suponen dejar atrás lo que antes parecía inamovible, o lo que es lo mismo, el cambio de paradigma, en expresión más típica de estudiosos, científicos sociales, o simplemente snobs.

Y es que, con la sangrienta movida que supuso la invasión de Ucrania -sí, invasión es la palabra- la opinión pública europea comenzó a inquietarse, a removerse, como si sufriese una comezón provocada por un alimento en mal estado, o reaccionase a una alergia desconocida. Pero, aún con ello, cuanto más al sur y al oeste se encontraba el sujeto observador, parecía como si el asunto no nos acabase de afectar. Hasta que llegó Trump, de nuevo, por segunda vez, y entonces, como cantaba aquel viejo estribillo de Carlos Puebla, en su conocida pieza "Y en eso llegó Fidel", se acabó la diversión, llegó el comandante y mandó a parar; y todos se pusieron a temblar, incluyendo a los hasta ahora felices europeos.

El efecto Trump, en mi opinión, puede ser tan devastador como lo fue en su momento el de Fidel Castro para los cubanos, con sus actuales consecuencias en la Isla bonita. Pero, en lo que toca a la seguridad -en España, al gobierno no le gusta hablar de rearme- parece que han tocado a arrebato, empezando por el adecuado trabajo sicológico social que lleva a que en poco tiempo la mayoría de los españoles esté a favor de ese innombrable rearme, lo que no deja de ser curioso en un país que siempre ha presumido de su antimilitarismo y pacifismo, sobre todo en los partidos que hoy sustentan nuestro gobierno. Ye lo que hay.

El caso es que vamos a meter los caudales que durante años recortamos, aunque sólo sea por no dar el cante europeo, pero, en mi opinión, erraríamos si lo hiciésemos mirando a Rusia, que nos queda muy lejos, o sólo, como en tiempos pasados, en crear puestos de trabajo en regiones que electoralmente nos interesan, y es que, la Defensa va de amenazas, y estas deben priorizarse por proximidad y potencialidad, y ahí, nuestra visión debe mirar al sur, donde se asiste a un proceso de rearme, ahí sí, que debiera preocuparnos.

EE UU puede ser una gran ayuda para Europa, llevándonos a crecer en esa necesaria construcción europea, particularmente en el área de la Defensa, pero España, obligada a actuar lealmente con la Unión, no debe olvidar que sus riesgos y amenazas vienen de abajo, y debe rearmarse pensando en ello, y no en otra cosa.

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