Una maquilladora "de Oscar" en el FICX: el rodaje de una famosa película le marcó "de por vida"

Ana López–Puigcerver trabajó en "La sociedad de la nieve", que le llevó a la ceremonia de Los Ángeles

Ana López–Puigcerver, ayer, en la antigua Escuela de Comercio.

Ana López–Puigcerver, ayer, en la antigua Escuela de Comercio. / Juan Plaza

Gijón

"Es como estar dentro de una película". Así explica la maquilladora Ana López–Puigcerver la "emocionante" experiencia que vivió el pasado mes de marzo en la gala de los premios "Oscar", en la que ella estaba nominada por su labor realizada en "La sociedad de la nieve". La exitosa película en la que Juan Antonio Bayona reconstruye la tragedia acaecida en los Andes en 1972. "Es un trabajo que nos ha marcado de por vida a todos. No podíamos desligarnos de la historia real y los supervivientes estuvieron muy por la labor", expresa López-Puigcerver, presente en el Festival de Cine de Gijón por la proyección de la obra de Antonio R. Cabal, "Sáhara. Fin de viaje", que fue el primer contacto de esta maquilladora madrileña con el cine.

Aquel rodaje que se llevó a cabo en 1983 supuso el inicio de un largo recorrido para Ana López–Puigcerver, una admiradora del mundo del cine que nunca imaginó llegar a estar presente en unos "Oscar".

Sin embargo, su apartado, el de maquillaje y peluquería, fue uno de los que obtuvo una mención en la gala del 2024. "Lo viví intensamente desde que entramos en las listas. Era algo que no me podía creer. Durante esos meses estuve viajando a Los Ángeles para defender la película durante 10 minutos frente a los encargados de los votos", relata esta profesional nacida en Madrid, en 1958.

Respecto a la sensación que le causó estar nominada entre los grandes referentes a nivel internacional con motivo de los "Oscar", López–Puigcerver reconoce que "estaba todo el tiempo con el síndrome del impostor". "No dejaba de preguntarme: ¿De verdad están hablando aquí de mi trabajo?", comenta, antes de explicar lo vivido en la ceremonia, de la que guarda gratos recuerdos a pesar de que su equipo no resultó victorioso. "Era como estar en una película. Nunca has estado allí, pero todo te suena. Ves actores moviéndose por todas partes… Era como recibir un ‘Goya’, pero viendo pasar a tu lado a Bradley Cooper", subraya, al tiempo que recuerda: "Me decían muchas veces que era una de las mejores del mundo y al final te lo crees y lo disfrutas".

López-Puigcerver fue la jefa del equipo de maquillaje de "La sociedad de la nieve", formado por nueve profesionales. Este es un trabajo del que se siente especialmente orgullosa. "Siempre me gusta hacer autocrítica pero estoy muy contenta y satisfecha. Sobre todo por lo conseguido en lo que se refiere a la continuidad, ya que no era fácil rodar una historia de 72 días en un año. Entonces, cosas que tenían relación fueron rodadas con una diferencia de muchos meses y eso es una complejidad que hemos conseguido superar", desarrolla.

Sin embargo, más allá de esos meses de constante tarea junto a los actores, "La sociedad de la nieve" también conllevó para ella un largo proceso. "Cuatro meses antes empezamos a prepararla con el personal, hablando con los médicos y con los supervivientes", explica. Estos últimos han quedado "grabados para siempre" en su memoria. "Me resultaba frívolo preguntarle algunas cosas que se me venían a la mente, por ejemplo si se lavaban los dientes. Fueron todos muy amables y hasta quisieron venir al rodaje", culmina.

La de ahora es su segunda experiencia en el FICX, un certamen que no duda a la hora de definir como "un referente muy importante en el mundo del cine". "Se merece todo lo bueno", zanja.

Antonio R. Cabal y su hija, María. | Juan Plaza

Antonio R. Cabal y su hija, María. / Juan Plaza

Antonio R. Cabal proyecta la segunda vida de "Sáhara", la película grabada en 1983 que rescató tras 20 años de esfuerzo

"Sáhara", la película rodada por Antonio R. Cabal en 1983, fruto de tres meses en Argelia, recorriendo 7.200 kilómetros, con un equipo formado por 5 actores y 14 técnicos se retir del mercado en 1990 por decisión de su director. El mismo que ahora ha logrado recuperar la obra a través de los 25.000 metros de negativo que rescató en 2003. Esta nueva edición de la película, que lleva por título "Fin de viaje. Sáhara", es más extensa y ofrece un resultado del que sí se siente orgulloso este cineasta ovetense. Ayer fue proyectada en la sala 1 de Ocine. "Han sido 20 años de trabajo exhaustivo para conseguirlo. Y, por suerte, se ha logrado algo insólito, ya que el Ministerio de Cultura concedió el certificado de nueva película en 2023", destaca Cabal, quien señala que, en los noventa, "quise que desapareciera porque había cosas que no soportaba, me enfadé con la distribuidora porque había perdido el control y opté por cancelarla". Por aquel entonces, su hija, María R. Palao, ni siquiera había nacido. Ya con ella presente, en 2003, quiso que "Sáhara" tuviera continuidad. "Cuando empecé pensaba que tardaría tres o cuatro años. Después vi que se me iba de las manos, pero ya que había empezado, estaba enganchado y tenía que acabarlo como fuera. Eso sí, tenía que estar perfecto", indica sobre un filme con el que se adentró en la historia de dos madrileños que en 1973 se lanzaron a cruzar el desierto en un Land Rover. El contenido y los mensajes de "Fin de viaje. Sáhara" son idénticos. En cambio, la duración de la película es de 35 minutos más y, tal y como subraya Cabal, en esta ocasión ha desarrollado "muchas tramas y secuencias que quedaron descartadas y que ahora, gracias a ella, todo tiene sentido". Como novedad, este cineasta cuenta en la actualidad con el apoyo de su hija María, con quien trabaja "mano a mano". Ella no ha desaprovechado la oportunidad de estar durante estos días junto a su padre en Gijón. "Es gratificante ver que todo está saliendo bien. He vivido desde que tenía 10 años la perseverancia que ha demostrado mi padre para sacar la película y ahora es increíble poder estar llevándola juntos por todo el mundo", argumenta María R. Palao. Tampoco ha faltado Ana López–Puigcerver, la maquilladora de "Sáhara", que también aplaude la tenacidad de Cabal. "La suya es una bendita locura. Cuando empezaba pensábamos que tenía una obsesión, pero ha terminado lográndolo", sentencia.

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