Un caza surcoreano lanza ocho bombas por error cerca de Corea del Norte y causa una quincena de heridos

Los que viven en la frontera coreana saben que serán las primeras víctimas en un conflicto. Una anciana, Cheon Man-ho, creyó este jueves que había estallado al fin la guerra. "El techo colapsó, las ventanas estallaron y los árboles se partieron. Cuando salí a ver qué había pasado, todo estaba destruido y un humo negro subía hasta el cielo", ha relatado al diario 'Chosul Ilbo'. El riesgo de las bombas enemigas es asumido, pero es más difícil digerir que lleguen de los tuyos.

Un caza surcoreano ha bombardeado por error Pocheon, un pueblo situado a unos 25 kilómetros al sur de la Zona Desmilitarizada que parte la península. Ocurrió a las 10.00 (hora local) en el marco de una de tantas maniobras conjuntas con Estados Unidos. El incidente ha dejado al menos una quincena de heridos, de los que cuatro son de gravedad. Algunos han sido ingresado con cuadros de ansiedad. Una iglesia, un centro de ancianos y otros edificios han quedado seriamente dañados. "La explosión sacudió el edificio, hizo añicos los cristales e hirió a un profesor que fue trasladado al hospital. Afortunadamente ninguno de los ancianos ha sido herido, pero estaban tan asustados que los hemos enviado a todos a casa", ha relatado el director del asilo a la agencia nacional Yonhap.

Por las redes sociales han circulado durante todo el día imágenes de las detonaciones. Una muestra un camión circulando por una calle de tres carriles absorbido de repente por una nube negra. "El polvo y el humo subieron al cielo, el agua brotaba de una cañería rota. Los trabajadores que iban a la obra en un vehículo resultaron heridos, algunos ni siquiera podían salir de él y el resto se tapaba los ojos", ha descrito un residente.

Disculpas del Ejército

"Lamentamos el daño causado por el anormal accidente y deseamos una rápida recuperación a los heridos", han dicho las Fuerzas Aéreas. Las autoridades han suspendido las maniobras hasta descubrir qué ha llevado a un piloto experimentado a lanzar ocho bombas en una mañana despejada sobre una zona habitada. El fallo mecánico, aunque oficialmente no ha sido aún descartado, parece inverosímil. Un alto cargo militar que ha pedido el anonimato por la sensibilidad del caso ha sugerido que el piloto introdujo las coordenadas equivocadas antes de despegar y así acabó vaciando la bodega ocho kilómetros más allá del perímetro del área de pruebas. Habrá que averiguar, ha añadido, por qué fallaron los sistemas de comprobación posterior de las coordenadas. Las informaciones son aún confusas. Algunas apuntan a que un solo caza KF-16 lanzó las ocho bombas y otras las reparten entre dos cazas.

El incidente ha cargado de razones a los vecinos que llevaban años protestando por los ruidos y peligros de las maniobras. "Lo impensable ha ocurrido", ha sentenciado Baeck Young-hyeun, alcalde de Pocheon, en la provincia nororiental de Gyeonggi. También ha exigido garantías para evitar más daños a sus ciudadanos y descrito las escenas como "caóticas y parecidas a un campo de batalla". Una cincuentena de vecinos han sido ya evacuados mientras se miden los destrozos de sus viviendas.

Ejercicios militares

Estos ejercicios con fuego real son apenas un entremés de los que empezarán la semana y se alargarán durante 10 días. Son conocidos como Escudo de la Libertad y pretenden afinar la preparación ante un hipotético conflicto con Corea del Norte. La península es una de las zonas más erógenas del continente. Corea del Sur, Japón y Estados Unidos celebran maniobras cíclicas, ya sea en solitario, en dúo o trío, pero siempre enervando a Pionyang porque las considera ensayos de invasión. En ese frenesí bélico no extraña que cíclicamente haya que lamentar los fallos de puntería. Tres años atrás, en unas maniobras mixtas entre Corea del Sur y Estados Unidos, un misil balístico de corto alcance defectuoso aterrizó en un campo de golf. No explotó pero sus llamas aterrorizaron a los jugadores.