CHOQUE EN EL GOBIERNO

Yolanda Díaz confía que el PSOE reforme la tributación del SMI pese a la pinza PP-Sumar para que se tramite

Sumar asume que el posible acuerdo con el ala socialista se producirá durante el trámite parlamentario, tras levantar el veto de Hacienda

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, este miércoles en el Congreso.

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, este miércoles en el Congreso. / Eduardo Parra

Madrid

Yolanda Díaz mantiene su órdago a María Jesús Montero para evitar que los perceptores del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) tengan que tributar tras la última subida aprobada. Después del sonoro choque con el ala socialista del Gobierno desde el mismísimo Palacio de la Moncloa el pasado febrero, Sumar presentó una iniciativa para enmendar los planes de Hacienda y se muestra dispuesto a llegar hasta el final, aunque eso suponga unir sus votos con el PP para levantar el veto del Ejecutivo en la Mesa del Congreso y permitir así su trámite y debate parlamentario.

En las filas de Díaz mantienen la mano tendida a su socio de Gobierno y priorizan un acuerdo con el PSOE para reconvenir la situación y evitar una posible reforma apoyada por el principal partido de la oposición. Sin embargo, asumen que ese acuerdo difícilmente podrá alcanzarse en el corto plazo y creen en todo caso llegará una vez que desbloqueen las iniciativas en la Mesa del Congreso, tras la pinza con el PP para levantar el veto de Hacienda, que este mismo miércoles avanzó su intención de oponerse a las tres proposiciones de ley registradas para reformar la tributación -de Sumar, PP y Podemos- apelando a la afectación de los presupuestos en vigor.

El socio minoritario del Gobierno constata que, más de un mes después de que estallara la polémica, las posiciones siguen enrocadas y ven "bastante improbable" que puedan moverse de aquí a la primera semana de abril, cuando previsiblemente se reúna la Mesa para estudiar el veto. Confían aún en que pueda alcanzarse un acuerdo con el ala socialista, al considerar que terminará dando su brazo a torcer ante lo 'impopular' de la medida y el riesgo de que la reforma salga con la oposición. Pero empiezan a asumir que este acuerdo, de llegar, se producirá una vez que el trámite parlamentario eche a andar, y tras haberse unido al partido de Alberto Núñez Feijóo para torcerle el brazo en la Mesa al ala socialista del Gobierno. Fuentes bien situadas de Sumar advierten de que harán "todo lo necesario para garantizar la justicia fiscal", dejando entrever que mantienen su intención de llegar hasta el final, en caso de no alcanzarse un acuerdo con el PSOE.

Sólo después de ese primer golpe en la mesa ven opciones que el ala socialista del Gobierno se avenga a negociar, y en el grupo parlamentario creen que habrá que buscar una vía intermedia para dar una "salida digna" a Montero. Creen que lo impopular de la propuesta obligará a los socialistas a rectificar, más aún después de abrirse el debate en el Congreso. Y en caso de que no haya acercamientos sobre este asunto, se aferran a la "autonomía" del grupo parlamentario para el trámite en el Congreso y enmendar a Hacienda, pese a formar parte del mismo Gobierno.

De las tres propuestas de reforma que hay sobre la mesa, desdeñan la iniciativa de Podemos, que fue el primer partido que la presentó y que se limita a añadir un apartado en la Ley del IRPF y al que ven grandes lagunas jurídicas. Tampoco aprueban la norma del PP, que aprovecha la iniciativa para plantear un incremento de la exención más generalizado, y que no sólo afecta a los perceptores del SMI. Así, en la eventual negociación con el resto de fuerzas, tratarán de que pivote sobre su propia propuesta, que supone una reforma del impuesto para automatizar la exención para el SMI, aunque a día de hoy tampoco se descarta enmendar el texto de los populares.

Esta nueva fase obliga a tender puentes entre dos aliados insospechados, Sumar y PP, que a día de hoy evitan pronunciarse sobre la existencia de contactos entre ambas formaciones para abordar este asunto. No sería la primera vez que Díaz y Alberto Núñez Feijóo, que hace dos años y medio pactaron en una cena forzar juntos la bajada en el IVA de los alimentos. En esta ocasión, hay silencio total sobre los contactos.

Pasar de pantalla

Sumar ha aprovechado este debate pasar de pantalla y dejar atrás los quebraderos de cabeza que le ha traído el debate sobre el aumento del gasto militar. El choque con María Jesús Montero le ha supuesto un balón de oxígeno después de semanas extremadamente difíciles para la vicepresidenta segunda, que ha hecho verdaderos equilibrios para no romper con la estrategia del Gobierno pese a las fuertes discrepancias de su propio grupo parlamentario. Para superar este asunto, desde Sumar han reverdecido la pugna con Hacienda, en un intento de marcar perfil frente al PSOE en un asunto donde -aquí sí- la ministra de Trabajo se mueve con comodidad. En Sumar son conscientes de la importancia de esta medida, que impacta de lleno en el ámbito del Ministerio de Trabajo, conscientes del efecto directo que tendría para los 2,6 millones de trabajadores que perciben el salario mínimo.

El socio minoritario del Gobierno ha atravesado semanas aciagas a cuenta de la exigencia de Europa y de la OTAN de incrementar el gasto militar ante la amenaza de Donald Trump de abandonar la Alianza Atlántica en caso de no hacerlo. El propio Sánchez, que en un primer momento se resistió a acelerar la inversión de 2% previsto inicialmente para 2030, terminó cediendo en este punto, mientras varios sectores de Sumar, como IU o Compromís, se oponían abiertamente a cualquier aumento de inversión, reclamando incluso la salida de España de la OTAN.

Estas diferencias tensaron el ánimo en las filas de Yolanda Díaz, que en todo momento ha evitado confrontar con el presidente en este asunto aunque sin llegar a ofrecer una imagen de unidad entre las dos alas del propio Gobierno, para no soliviantar a sus propios aliados. La indefinición que hasta ahora ha mantenido Sumar tendrá que concretarse en una votación este jueves, donde Sumar ha blindado la unidad de voto en su grupo a costa de apoyar en el Congreso una moción del BNG extremadamente beligerante con el incremento del gasto en defensa, con el plan de 800.000 millones de euros para rearme de la Unión Europea y con la propia existencia de OTAN.

El socio minoritario del Gobierno apoyará los seis puntos que componen la iniciativa, incluida la salida de la Alianza Atlántica, en una concesión a IU y a su reivindicación histórica del movimiento anti otanista. Una postura que llega en plena pugna con Podemos, que ha aprovechado el aumento del gasto militar para recrudecer su ofensiva contra Sumar, a quien sitúa dentro de la "coalición de la guerra" junto a PSOE y PP.

Después del calvario del último mes, donde Díaz ha navegado en la indefinición, la vicepresidenta de Gobierno quiere devolver el debate a su propio terreno, entre la fiscalidad y el ámbito laboral. Yolanda Díaz trata de reflotar este choque con Hacienda para poner el balón en un campo que, consideran los suyos, le es mucho más propicio. Y los plazos han jugado a su favor, ante la inminencia de que Hacienda presente su veto a las propuestas de reforma.

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