Automoción

Los aranceles al automóvil de Trump no afectarán directamente a España

Estados Unidos no importa vehículos fabricados en nuestro país, cuya producción se va especialmente a Alemania, Francia, Reino Unido, Turquía, Italia, Bélgica y Portugal.

Empleados trabajan en la cadena producción de un modelo de Cupra.

Empleados trabajan en la cadena producción de un modelo de Cupra. / EP

Xavier Pérez

Donald Trump ha vuelto a coger el winchester y a disparar. ¿Al aire? Para España, de momento, sí. El anuncio del presidente de Estados Unidos de aplicar medidas arancelarias de hasta el 25% a los vehículos producidos de fuera del país ha sacudido nuevamente los mercados y la maltrecha geopolítica mundial, aunque no es nada nuevo. Ya avisó el día 1 de su mandato. Muchos pensaron que era otro globo sonda, pero nada más lejos de la realidad.

No obstante, esta medida apenas afectará a España. ¿Por qué? Pues sencillamente porque desde las 15 plantas españolas no sale ni un solo vehículo hacia Estados Unidos. De los 2,38 millones de coches que fabricamos en España ninguno cruza el Atlántico. Tampoco está previsto que lo haga ninguno en el futuro. La balanza comercial entre España y Estados Unidos en materia de automoción tiene prácticamente un empate técnico. Ni exportamos ni importamos.

Ni salen, ni entran

Hasta el pasado mes de enero y contanto un año completo desde enero de 2024, los principales destinos de nuestros vehículos son países europeos (por orden de volumen) como Alemania, Francia, Reuno Unido, Turquía, Italia, Bélgica, Portugal, Polonia y Austria. Marruecos también está en nuestro top 10. El único vehículo que podría llegar a Estados Unidos es la Mercedes Vito producida en Vitoria para ser taxi en ciudades como Nueva York, aunque la marca alemana ya no los homologa como tal, así que tampoco.

Si observamos el informe de la balanza comercial que facilita Anfac (Asociacion Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones) también se puede ver que España tampoco podria aplicar ninguna sanción a los coches americanos. Porque no importamos ninguno (y no es de extrañar, son modelos sin sentido en nuestro país). Alemania es nuestro principal suministrador seguido de China, Turquía, república Checa, Japón, Corea del Sur, Reino Unido, Francia, Eslovaquia y Suecia. Sin rastro de 'Tío Sam'.

No obstante, algún daño colateral se acabará produciendo tarde o temprano, ya que las plantas españolas dependende multinacionales del automóvil con base en Europa. Eso podría producir algún desajuste productivo en función de la evolución de las políticas de producto de cada marca. Alemania será la gran perjudicada en este último disparo de Trump. Analizando friamente la politica de Trump (arropado por su sombra Elon Musk, que no es ni americano) no es descabellada su idea de imponer aranceles a la producción foránea ya que el objetivo proteccionista es aumentar la productividad de las fábricas en suelo estadounidense.

Reacción en Europa

Desde ACEA, la asociación de fabricantes europeos, ya han manifestado su preocupación y es que los aranceles no solo afectarán a las importaciones en EE. UU., que según ACEA impactará con más fuerza en los consumidores estadounidenses, sino que las medidas sobre las piezas de automóviles perjudicarán a los fabricantes de automóviles europeos que producen automóviles en EE. UU. para los mercados de exportación. Los fabricantes europeos exportan entre el 50% y el 60% de los vehículos que fabrican en EE.UU., lo que supone una importante contribución positiva a la balanza comercial estadounidense. Con ello, los fabriantes componentes españoles están expectantes.

La mayor afectación llegará a las marcas asiáticas y 'premium' europeas (Mercedes, Audi, Volkswagen, Porsche y BMW) serán las más afectadas.. No obstante, firmas como Hyundai ya ha trabajado bien el terreno y esta misma semana presentaron en la Casa Blanca acuerdos para invertir 6.000 millones de dólares (5.570 millones de euros) en una acería en Luisiana capaz de producir 2,7 millones de toneladas de acero al año, como parte de una inversión mayor de 21.000 millones de dólares (19.500 millones de euros) en Estados Unidos.

La incógnita de Cupra

A la única marca que podría afectar todo este embrollo es a Cupra. La firma española de Seat S.A. tiene prevista su llegada al mercado de Estados Unidos "en esta década" tal y como anunció su presidente Wayne Griffiths. No obstante, lo hará con modelos fabricados en suelo americano. La planta del grupo Volkswagen ubicada en Chattanooga (Tennessee) es uan de las candidatas. De hecho, responsables logísticos y de producto españoles ya han visitado la fábrica. La entrada de Cupra ser hará con dos modelos SUV, uno grande y otro será el Cupra Formentor eléctrico, los dos hechos allí y distruibuidos por Penske, una de las mayores redes de concesionarios de Estados Unidos.

Wayne Griffiths dejó claro en la conferencia de resultados de la compañía que la aventura americana sigue en pie. "Nuestra idea era entrar antes del final de la década, aunque la situación geopolítica y política en Estados Unidos complica un poco las premisas que tuvimos hace pocos años", explicaba. "No perdamos de vista que hay que fabricar allí para ser rentables, pero también, para cualquier rentabilidad que quieras tener al fabricar coches en Estados Unidos, debes pensar que debes poder exportar estos coches de Estados Unidos a Europa. Si no, no sale", añadió.

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