Natalia Pastor despierta con su obra la memoria de personas con Alzheimer

La artista ejerce de guía en una visita de usuarios del centro de día de Lada a su exposición "Poética de la escombrera" en la pinacoteca Eduardo Úrculo

El grupo, con Diana López y Natalia Pastor, segunda y tercera por la izquierda, al final de la visita. | D. O.

El grupo, con Diana López y Natalia Pastor, segunda y tercera por la izquierda, al final de la visita. | D. O.

David Orihuela

David Orihuela

Langreo

Diana López es la directora del centro de día para personas con Alzheimer y otras demencias de Lada, en Langreo. Está acostumbrada a trabajar con personas con deterioro cognitivo avanzado y conoce "casi" a la perfección sus reacciones ante los estímulos, pero este miércoles se llevó una sorpresa que le emocionó. Los usuarios del centro de día y los del centro social de Lada visitaron la exposición "Poética de la escombrera" de la artista lavianesa Natalia Pastor que se puede ver hasta el 25 de abril en la pinacoteca Eduardo Úrculo de La Felguera. La propia creadora ejerció de guía.

Natalia Pastor ofrece explicaciones a los visitantes. | D. O.

Natalia Pastor ofrece explicaciones a los visitantes. | D. O.

Mientras se completaba el grupo, parte de los asistentes accedieron a la pinacoteca. La primera sorpresa. Una mujer se emociona al reconocer los cuadros de Úrculo. "Me respigo", reconoce Diana López al verlo.

La visita a la muestra de Natalia Pastor comienza por una obra en la que se ha dibujado a ella misma con la chimenea de la térmica de Lada, ya prácticamente desaparecida, quebrada en el interior de su pecho. Es el símbolo del cuerpo roto, del dolor no solo de la mujer sino de toda la cuenca del Nalón. Un hombre en silla de ruedas alza el brazo, señala el cuadro y la enfermedad y la emoción le impide decir lo que está pensando. "Sí, es la chimenea de la térmica de Lada", explica la artista, a la que no la han hecho falta las palabras, con la mirada entendió perfectamente lo que el espectador quería decirle. El hombre cierra los ojos, los abre, aprieta los labios, vuelve a levantar la mano señalando hacia la obra: "Esta ye una idea maravillosa". Natalia Pastor entendió en apenas unos segundos que la manida afirmación de que el arte lo completa la mirada del espectador es real. En la mirada de ese hombre, en esas palabras arrancadas a una mente que amenaza ruina, estaba toda la poética artística.

La visita fue muy especial para la de Laviana. A Natalia Pastor le costó reconciliarse con la Cuenca cuando regresó de estudiar Bellas Artes en el País Vasco. El encuentro que vivió este miércoles con las mujeres y los hombres que han ayudado a construir ese paisaje que ella ahora reivindica desde el arte sirvió para que la artista se diese cuenta del acierto que ha sido quedarse en su tierra, ponerse los guantes de boxeo y luchar por lo que le rodea. Por esas mujeres sin las que las Cuencas no serían esa tierra amable de acogida. Esa tierra que acogió al propio padre de la artista, llegado de Córdoba, o a Ramón Hernández, que llegó de Jaén y ayer visitó la exposición junto a su esposa, Ana Martos, que reconoció en la obra de la artista la ropa de trabajo de su hermano, ya fallecido, en Talleres del Conde.

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