Opinión

Villaviciosa

Reseteo mundial

Creo que gran parte de la culpa la tuvieron los primeros aparatos electrónicos que nos fueron enseñando varias palabras en inglés como “player”, “recorder”, “standby” o “reset”… y que, poco a poco y casi sin darnos cuenta, se fueron colando en nuestro vocabulario patrio. Para los que andábamos metidos entre esas máquinas de sonido e imagen el término “reset” significaba una “puesta a cero”. Un “volver a empezar” en toda regla y no hablo de la famosa y oscarizada película española.

Hoy la palabra “reseteo”, reinicio o como la  quieran llamar, la incluyo en el título, pues ya es una voz coloquial que entienden hasta los más jóvenes que, según dicen, están mucho más preparados que nosotros que somos de la llamada ‘vieja guardia’.

Al empezar con esta tarea semanal en la que ya llevo más de dos años tenía mis dudas, pues eso de “regreso al pasado” está muy manido y ‘más gastado que la pipa de un indio’. Sólo trato de expresarles esta sensación que tengo al creer que estamos retrocediendo en vez de avanzar. Siento que vamos inexorablemente hacia atrás y si me apuran, casi al principio de los tiempos. Por eso también vinieron a mi cabeza otros posibles títulos para este artículo tales como “Memoria histórica”, “Jurásico” y hasta “Paraíso terrenal” -que no “natural”- porque en ese ya vivimos y se llama Asturias.

Hoy, como asturiano y frente al ordenador, escribo con inmensa pena y silenciosa tristeza por el terrible accidente minero que se ha producido este pasado lunes treinta y uno de marzo en Cerredo (Degaña), causando la muerte de cinco trabajadores leoneses y dejando heridos a otros cuatro. El conocimiento de la explosión de grisú y escuchar las primeras noticias me hicieron reaccionar de forma inmediata.

Aún y sin saber bien por qué, me vino a la cabeza el recuerdo de mi abuelo Luis Rivaya Llamedo y los muchos días que siendo niño pasé con él en aquel Mieres lleno de vida y totalmente minero de los años sesenta. En mi caso y a diferencia del abuelo de Víctor Manuel, “papá Luis” no fue picador, pero sí el notario de esa pequeña ciudad asturiana que contaba con casino, piscina municipal, campo de fútbol y por supuesto… pozos, castilletes e industria siderúrgica cuando el río Caudal discurría frente a la casa de mis abuelos todavía con sus aguas de color carbón.

Supongo que habrán escuchado como yo que “ya no quedan minas” en esta Asturias que ha ido perdiendo sus señas de identidad con un mineral que tanto ayudó en aquellos tiempos a pesar de la peligrosidad que aparejaba la extracción del mismo desde las entrañas de la tierra…

¿Cuánto tiempo ha pasado desde el último accidente con tantas víctimas mortales? Creo que este ha sido el más importante en lo que llevamos de siglo. Del pasado me vienen a la memoria el del Pozo Nicolasa de Mieres (1995), y otro que hubo en Turón en 1967.

Se dice que sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena… ¿Y mientras qué? ¿Rezamos? ¿Nos acordamos de ella? Casi seguro que no y sin embargo, al poco de producirse este accidente en Cerredo, empezamos a escuchar frases muy recurrentes para tan triste ocasión: “En estos tiempos esto ya no debería pasar”, “Habrá que depurar responsabilidades”… ,“Llegaremos hasta el final con la investigación”…

Son palabras que suenan a huecas y que no significan nada para las cinco familias que han perdido a los suyos ni tampoco para las otras cuatro que esperan que se recuperen quienes están hospitalizados. A los fabricantes de titulares y a todos en general les recomendaría que leyeran o escuchen con atención las palabras de Rebeca, la hija de Iván Radío, uno de los mineros fallecidos: “Vuestra ausencia retumba y nos sacude por dentro como la peor de las bofetadas de la vida…Lo mínimo que merecéis es que vuestro nombre resuene hasta el último rincón del mundo… Me enseñaste a todo, papá, pero no a vivir sin ti”.

El luto y las lágrimas se apoderaron de la Comarca de Laciana, de Castilla y León, de Asturias y creo que hasta del resto de España. En situaciones como esta sí “Estamos unidos” y no como en “Estados Unidos” donde hasta los votantes del presidente empiezan a temblar porque gracias a Donald Trump, se dice que ha llegado el “Día de la Ruina” tras presentar unos aranceles salvajes para el resto del mundo mundial.

Simultáneamente el hombre más rico del planeta, Elon Musk, parece que empieza a ‘tomar las de Villadiego’ dejando de aparecer por los jardines de la Casa Blanca y por el famoso despacho oval -ahora sin niño- que en 1998 “pisaban y… más”, el presidente Bill Clinton y una joven becaria llamada Mónica Lewinsky. Por si fuera poco las ventas de sus coches eléctricos han caído en picado y son muchos quienes se manifiestan por distintas ciudades y países en contra de los famosos vehículos de la “T”.

Por su parte la Unión Europea tampoco ha sabido parar los pies al primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que ha recibido con honores a su homónimo israelí, Benjamín Netanyahu, buscado por crímenes de guerra por la Corte Penal Internacional de La Haya. Un líder repudiado por muchísima gente por la invasión y genocidio en la franja palestina de Gaza. ‘A más a más’ -como dicen los catalanes- Orbán dice retirarse de la CPI convirtiendo a Hungría en el único Estado miembro de la UE que no formará parte del tratado que aglutina a los veintisiete países comunitarios.

Viendo como está el panorama creo que tampoco es erróneo bautizar como “reseteo mundial” al título de hoy pues, con la marcha que lleva nuestro mundo, todo apunta a que retrocederemos hasta el paleolítico volviendo a utilizar los mamporros y hachas de piedra para cazar a los nuevos mamuts o para enfrentarnos a unos contra otros…

Debo remontar el vuelo y dejar de lamentarme mostrándome tan derrotist, puess todavía confío en la coherencia de muchos seres humanos -y aunque casi está mal visto- sigo creyendo en la buena fe y en eso que llamamos sentido común. Por eso voy a dar un giro total a partir de este instante tratando de recuperar el ánimo aunque me vea obligado a saltarme la dieta de adelgazamiento en este tramo final.

Les hablaré de algo grande, rico y bueno, que tenemos en Villaviciosa desde hace ya quince años que son los mismos que han transcurrido desde que llegó la TDT (Televisión Digital Terrestre), y nos quedamos sin NTV Nuestra Televisión -analógica- de la Comarca de la Sidra que fue apagada el 3 de abril de 2010.

Hoy domingo finaliza una nueva edición del concurso que ha elegido “La Mejor Fabada del Mundo 2025” cuya entrega de premios fue retrasada hasta el pasado jueves para respetar el luto oficial decretado en Asturias por el accidente minero ocurrido en Cerredo/Zarréu. La gran triunfadora de este año ha sido “Casa Morán”, de Collanzo (Aller), que utilizó alubia de Casa Gómez de Tineo y compango local con el que también se llevó el premio en ese apartado. A continuación se clasificaron  los restaurantes “La Gitana”, de Gijón y la “Sidrería Prida”, de Nava…

Y la mejor fabada no elaborada en Asturias es madrileña. El galardón denominado ‘Cocina de Paisaje’ se lo llevó un restaurante con nombre muy asturianu y cantarín como es “La Tonada”... Gran alegría también al conocerse que la “Sidrería Bedriñana” de Villaviciosa, se convertía en ganadora del “Memorial Amable Bedriñana”, un premio que recuerda permanentemente a su fundador -un hombre bueno y muy querido- que nos dejó de forma repentina el 20 de diciembre de 2018.

Ya han pasado varios días y volviendo hacia atrás parece ser que no están muy claras las cosas por la mina de Degaña y se empieza a hablar de una presunta y no autorizada extracción de carbón así como de diversas irregularidades. A nivel de la CEE y al margen de lo de Viktor Orbán, la Unión Europea tratará de avanzar en una posible negociación (y ojalá acuerdo), con respecto a los aranceles de Donald Trump.

A la espera de lo que suceda me quedo con ese plato exquisito que es la fabada asturiana cuando se clausuran Les Xornaes de les Fabes al tiempo que me preparo con ilusión y máximo respeto para la próxima Semana Santa de Villaviciosa que iniciará sus actos el viernes 11 con el Pregón de este año que correrá a cargo de Don Andrés Martínez Vega, subdirector del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA).

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