Entrevista | Gabino de Lorenzo Exalcalde de Oviedo

Gabino de Lorenzo rompe siete años de silencio: "Lo del Oviedo fue un error, lo reconozco; no esperé 15 días a ver una solución"

Cuatro horas de charla de "un jubilado mirando fotos": a partir de su libro de fotografías, el que fue controvertido alcalde de Oviedo y gran figura del PP asturiano se suelta con LA NUEVA ESPAÑA

"Cuando dejé la alcaldía estaba todo hecho para veinte años o casi", afirma el exregidor, que hace un exhaustivo repaso por su trayectoria municipal: "En 1988 Oviedo era divina para entrar a transformarla"

This browser does not support the video element.

J.A.

Chus Neira

En marzo de 2018 Gabino de Lorenzo abandonó la Delegación del Gobierno e hizo mutis por el foro político. El que durante 21 años había sido alcalde de Oviedo con ruido y nueces evitó desde entonces las declaraciones y las entrevistas. A De Lorenzo se le pudo ver durante estos años en los funerales y en las comidas. Siempre con amigos. Ahora, la publicación de un libro de fotografías, "Oviedo, del blanco y negro al color", ha logrado sacarle del mutismo público y convencerle para hacer un paréntesis en este retiro vital y ofrecer una entrevista reposada con LA NUEVA ESPAÑA. La cita, a mediados de esta semana, fue en un céntrico restaurante de Oviedo, Casa Arturo, y se prolongó durante cuatro horas. De Lorenzo, fiel al personaje, se presenta ahora con algún nuevo disfraz: el del "jubilado que se sienta a mirar fotografías de un álbum", el del paisano que acaba de cumplir 82 años y al que empiezan a olvidársele algunas cosas. No tantas, en realidad. Come todavía menos que antes –como un pajarín–, pero aún le gusta la sobremesa larga. Prefiere hablar de los buenos años del gabinismo a través de las fotos, lamenta algunas cicatrices y malas jugadas y se niega a lanzar mensajes sobre el aquí y el ahora. Los guantes siguen colgados.

Gabino de Lorenzo (Oviedo, 14 de febrero de 1943) acaba de cumplir 82 años y entre sus manos, casi como si fuera un regalo, enseña con orgullo el libro "Oviedo, del blanco y negro al color".

-¿Qué es este libro que nos presenta ahora?

-¿Puedo decir que es excelente? Nunca vi un libro tan bien hecho, la verdad. Se trata, fundamentalmente, de un libro fotográfico, sobre una actividad que ya cesó y que aquí se resume con fotos.

-Y apenas texto.

-Quería evitar cualquier roce, cualquier cosa que pueda molestar por un lado o por otro. O bien porque te des demasiado aire o porque te metas con...

Con Prosinecki / .

Prosinecki recibe un cachorro de cocker. "Me dio por criar perros. ¡Y qué perros más hermosos! ¿Por qué lo hice? No sé, igual me apretó el casco aquí y no recuperé. Pero no hubo perros más guapos en España y diría que ni en el mundo. Ahora tengo cuatro en Benia, pero son todos de siete leches". 

-Pero ya que vuelve a hablar después de su salida de la Delegación de Gobierno, en 2018, algo tendrá que decir, supongo.

-Lo que yo quería decir es que en 1888, cuatro años después de su publicación, tú leías la primera línea de "La Regenta" de Clarín y decía: "La heroica ciudad dormía la siesta". Bien, un siglo después, en 1988, cuando yo entré de concejal en el Ayuntamiento, la frase era totalmente aplicable. En 1988 Oviedo era una ciudad divina para entrar en ella y transformarla. De verdad.

-No para entrar a vivir.

-No, para reformar. Oviedo había que ximielgala y a mí me lo pusieron a huevo. Un paisano como yo, ingeniero, que venía de la actividad de la construcción, y esto estaba miraras para donde miraras para cambiarlo entero. Porque Oviedo tenía unas carencias absolutas. Por ejemplo, una ciudad que se entiende como ciudad musical, en aquellos tiempos, tenía que alquilar bandas de gaitas para los desfiles, normalmente a Hevia, porque no había. Y por eso creamos la banda de gaitas. Pero es que pasabas por el paseo del Bombé y veías esa maravilla que es el kiosco y tampoco teníamos banda de música que tocara. También hubo que crearla. Para las actividades líricas necesitabas una orquesta sinfónica. Porque Oviedo tenía una temporada de ópera tradicional, pero no tenía orquesta sinfónica.

-Estaba la OSPA.

-Pero su cesión a Oviedo tenía un montón de problemas, no era fácil. Y para la temporada de zarzuela había que contratar orquestas que estuvieran por España de gira. Me acuerdo una vez, por ejemplo, que contratamos una orquesta rusa. Y, claro, unos rusos tocando zarzuela, pasodobles...

-Aunque la OFIL, la que montaron aquí en ese momento, se puso en marcha con "Los Virtuosos de Moscú".

-Sí, les echamos el guante. Eso fue decisivo para que empezara a funcionar bien desde el primer día. Y todo ello supuso una transformación extraordinaria por la parte cultural. Tampoco teníamos una sede sinfónica y construimos el Auditorio en un agujero que había ahí, donde los antiguos depósitos, que parecía que no había solución ninguna. Y hoy, ya ve, creo que la semana pasada estuvo aquí otra vez Sokolov. Eso no lo puedes hacer si no tienes un local como el Auditorio.

Con George Bush / .

"Por Oviedo pasaron unas personas que no pasaron por ningún lado. Raúl Alfonsín, que era presidente de Argentina, George Bush (en la foto), Gorbachov. Pasaban y daban una conferencia en el Campus Internacional. Es que hay que fijarse en quién estuvo aquí: ¡Nelson Mandela, Chomsky!"

-Su proyecto no fue solo cultural, ¿no?

-Ya digo que Oviedo llevaba 100 años durmiendo la siesta. Dabas una vuelta por aquí en 1988 y veías la plaza de la Catedral inundada de coches. Y una Catedral negra. Esa no era ni gris. Oviedo, que por eso el libro se titula "Del blanco y negro al color", tenía unas fachadas de un gris marengo que te producían tristeza. No habían visto nunca una brocha, o solo la vieron el día que nacieron y nunca más. Limpiamos todas las fachadas. Todas.

-¿A qué se refiere con todas?

-A que un concepto que siempre apliqué es que Oviedo no solo es el centro. Es Oviedo municipio. Y apliqué el mismo criterio para el centro que para los barrios más y menos humildes, y para los pueblos. Las mismas farolas, jardineras y baños. Todo igual. De eso me siento orgulloso.

-En los ochenta hubo otro tipo de florecimientos, ¿no? Piense en la movida.

-Pero la movida, me suena, fue un cambio a nivel nacional, ¿no? La movida, ¿qué es?, ¿que salías por la noche, cachondeo…? Vale, pero con eso no sacas adelante una ciudad. ¿Quién estuvo aquí tocando, Pin el Molín?

-Hubo un festival de jazz, seguro que se acuerda, porque luego usted lo retomó.

-Yo no niego nada, pero … Miguel Jasón, ¿conóceslu?

-No me doy cuenta.

-No, fíu, fue una broma. Estaba en el pregón de San Mateo, la plaza llena, yo decía cuatro chorradas y dije, al leer el programa, que venía "Miguel Jasón". Y tres mil personas preguntándose quién coño era esi. Era Michael Jackson, claro.

Con Carlos Sainz / .

"Este era un circuito de rally en la zona del antiguo matadero. Me metieron en el coche y Carlos Sainz empezó a hacer trompos. Ahí las pasé putas, tengo que confesarlo"

-Tuvo la ambición de rivalizar con Gijón en los grandes conciertos.

-Es que aquí traías a Pin el Molín y resulta que pinchaba en La Bañeza, y entonces había que traer a un primo segundo suyo porque no llegaba a Oviedo. Nadie se acuerda de eso, pero yo sí. Me acuerdo un año que el número fuerte de las fiestas eran "Los Chichos", y no llegaron porque algo pasó en La Bañeza… Y mientras tanto Gijón metía miedo la programación que hacían. Ahí estaba Tini Areces. Pero trajimos lo mejor de lo mejor: Michael Jackson, Elton John, "U2", Julio Iglesias… Vino todo el mundo.

-Pero para impulsar la transformación de la ciudad en los noventa –siempre se dijo– usted cuando llegó a la Alcaldía se encontró las cuentas saneadas. Es decir, encontró perres en el cajón.

-Había dos cajones.

¿Dos cajones, dónde?

-De verdad, allí, en Tesorería. Había dos cajones. Uno estaba lleno de duros y el otro estaba lleno de facturas sin pagar. ¿Vale? Ye así. ¿Cómo no te vas a encontrar manteca? ¿Dígame en qué se lo gastaban, qué habían hecho?

...

-Vale, vale, no diga más. Pues eso que dice, también estaba sin pagar, seguramente.

-Fueron más de veinte años en la Alcaldía. Cuando lo deja, en enero de 2012, ¿ya estaba de vuelta de todo?

-No quiero ser fanfarrón, pero ya era muy difícil porque estaba todo hecho para veinte años o casi. Solo había que mantener y atender alguna cosa que iba surgiendo. Ya habíamos hecho las peatonalizaciones, que, por cierto, ahora siguen peatonalizando y Mendizábal queda preciosa. Es un acierto seguir peatonalizando. Canteli lo está haciendo bien.

Con Fidel Castro / .

"Con Fidel estuve ocho horas o diez. Ya no sé ni lo que nos contamos. Pero sí me acuerdo de que a las dos de la mañana sale el tema de la langosta que habíamos comido. Y Fidel coge y llama al cocinero. Llegó un paisano con un gorro de esos, ya por el hombro, claramente durmiéndose. Fidel le pidió que nos diera la receta, y él la escribió en un papel, la firmó y me la dio. La tengo en casa. Faltan las langostas, pero si las traéis, la receta la pongo yo"

-No siempre se entendieron bien aquellos proyectos.

-Todo esto fue muy criticado en su momento. Mire. Yo nací aquí hace 82 años, no hay duda conmigo. Soy carbayón, conozco la ciudad y la ciudad no es una ciudad fácil. Cualquier cosa que hagas o pretendas hacer siempre va a salir un grupo en contra. Yo, dentro de las medallas que me he podido colgar, que ya no me queda ninguna que ponerme, tengo la de llenar la plaza del Ayuntamiento cagándose unos en mi madre y los otros en la puta que me parió. Pues sí. Cualquier cosa nueva que hicieses… ¡Pum!

-Pero le votaban.

-Pero era una crítica total por todos los lados. Yo me acuerdo cuando peatonalizamos Milicias Nacionales, que allí está La Mallorquina. Pues un día que estaba por el Campo San Francisco me llegó Federico [Álvarez], el dueño, que no te voy a decir que era mi amigo pero sí un conocido, y de estar allí tomando copas. Pues me coge por la solapa de golpe y me empieza a decir que si quiero hundir a su familia. Y le digo: ‘Vamos a ver, tienes allí el autobús con el tubo de escape enchufado a la barra del bar y ahora te vamos a dejar hasta una zona para que pongas terraza ¿y me dices que yo te quiero hundir?’. Le dije que al año volvía y que si no estaba convencido se lo retiraba. Al año estaba encantado. Pero eso fue así, fue muy duro.

-¿Lo recuerda con tanta oposición?

-Es que Oviedín era intocable. El Fontán, por ejemplo. Eso era lo mío, llevaba media vida dedicado a cuestiones de construcción. Si no tenía arreglo, ¿qué había que hacer? Tirarlo y hacerlo de nuevo igual. Madre mía la que se armó.

-Casa Ramón lo había recuperado sin tirarlo.

-Hacía cuatro días que lo había hecho. Pero el resto era madera podrida. Algunas casas no tenían ni retretes. Casi no había vecinos. Y casi me matan. La manifestación fue… No se hizo otra tan gorda.

-En realidad, sí, la del catastrazo.

-Haz muchos años que no oía esa palabra. No me acuerdo. ¿Que hubo una subida de impuestos porque subieron por la cadena natural o por iniciativa de un servidor? Igual no, ¿eh?

-Coincidió también con una revisión nacional.

[Gabino de Lorenzo hace un alto. Se toma su tiempo. Bebe un poco de vino y sigue]

-Este vino está muy rico. A mí me gusta mucho más un buen crianza que un reserva. No tiene ningún sentido que un vino esté metido ahí en una botella quince años. Los corchos son la clave de todo esto. Y un corcho normalmente deja mucho que desear con los años. ¿Estamos de acuerdo? Habría que poner un corcho de plástico y se acabó. Eso es como lo del Fontán. Estaba cayendo, ¿qué hay que hacer? Tirarlo. ¡Y leña para Gabino!

Con Fraga / .

"Fraga vino a Oviedo y a mí me habían advertido de que te fundía a preguntas. Efectivamente, pasábamos por el Campo San Francisco y me empezó a preguntar por los árboles. ‘¿Y qué especie es esta?’ Y yo, que no distingo un fresal de un castañar, mirando en los letreros. Y él seguía. ‘¿Y este otro?’. Al llegar al Ayuntamiento empezó a preguntarme por los cuadros de las escaleras y entonces le dije: ‘Mire, don Manuel, yo sería feliz si usted no me hiciera más preguntas. ¿No ve la sudada que traigo?’. Lo entendió muy bien. Me dio un abrazo y en la vida me volvió a preguntar más. Eso sí, estuvimos en el despacho hablando muy en serio de política"

-Hubo muchas operaciones polémicas. La de los palacios, por ejemplo.

-Ya no me acuerdo. Es que la cabeza mía no digo que esté jodida, pero está entrejodida.

-No me creo que no se acuerde de Calatrava.

-Pero esti Calatrava… ¿Había terminado la carrera? Porque igual lo cogí yo por Olloniego para que viniera a hacer esto… A ver. Es una figura mundial y es muy guapo el Calatrava.

El restaurante donde se desarrolla la entrevista es uno donde Gabino de Lorenzo solía coincidir, cuando venía a Oviedo, con Arturo Fernández. La comida sigue con pausas en la conversación. Llegan unos pimientos asados y esa tapa le trae a la memoria al célebre actor asturiano. Era, dice De Lorenzo, uno de sus platos preferidos.

-¡Qué gran personas era, qué tipo más serio! Y luego esa imagen teatral que tenía… Arturo tenía su propia compañía, y en Gijón le putearon para trabajar en el Jovellanos. Porque Arturo tenía un pequeño problema, que es que era de derechas, y el amigo Tini Areces, que en paz descanse, no le dio ninguna facilidad. Pero aquí se las dimos todas. ¡Qué coño, si llenaba el teatro! Y además no pedía un duro. Era un monstruo, Arturo.

-¿Y a usted de dónde le venía la querencia por la zarzuela?

-De haber escuchado zarzuela en discos. Es que me encanta. Si la zarzuela la tuviese otro país ya la hubiese puesto en las nubes, que es donde se merece estar. Yo no podía ser aficionado porque aquí no se trabajaba mucho.

-Al flamenco sí era aficionado, ¿por qué?

-Porque era golfo. Y cuando fui a Madrid, que estuve un año allí, estudiando, tuve mis buenas noches en los tablaos. Allí conocí a Enrique Morente. También a Paco de Lucía.

-Lo trajo al Campoamor. Hay una foto en el libro.

-Sí, salimos los dos muy sonrientes en el camerino, pero lo que no sale en el libro es que a los diez minutos, cuando yo ya estaba en el palco y estaba el Campoamor hasta arriba, con la gente colgada de la lámpara, me llamaron, no sé si fue Enrique el Protos [Enrique Fernández, jefe de protocolo municipal], para decirme que Paco de Lucía no salía. Así que volví al camerino y me dijo que no, que no podía salir, que no estaba en condiciones. Y yo le cogí, casi como me había cogido a mí Federico el de La Mallorquina, y le dije: "¡Chatín!, tranquilo, sales ahí, haces así y con el primer rasgueo de guitarra tiras el teatro abajo". Y así fue. Le había entrado el miedo escénico.

-Flamenco, zarzuela…

-Bueno, yo me acuerdo la primera entrevista que me hizo LA NUEVA ESPAÑA, en 1987, con un titular que decía: "Es aficionado al flamenco, a los toros y al boxeo". Y, claro, Oviedo se echó las manos a la cabeza pensando quién nos venía aquí.

-Organizó veladas de boxeo.

-Como aquella petardada que me metieron en el Palacio de los Deportes.

-¿Cuando vino Mickey Rourke?

-Sí. Era una exhibición. Pero la gente pitaba. Si le daba, porque le daba, y si no, porque era tongo. Yo no esperaba nada más que lo que vimos. Mickey Rourke boxeaba de puta madre. Era un actor. Y luego vino uno de Canadá que llevó una mano de hostias… Pero esa noche vimos lo que no se vio en la vida. Unas chavalas cojonudas que no las traía ni Antonio Masip [se refiere a Grace Jones y Samantha Fox], y una velada de boxeo por la que el público pagó lo normal.

-Y pensando en aquella primera entrevista, me decía, ¿usted cómo llegó a esto de la política?

-Yo era un afiliado de Alianza Popular y me vino a buscar Isidro Fernández Rozada. Pasé dos o tres días jodidos porque sabía que eso suponía detener mi carrera profesional. Llevaba veinte años trabajando más los siete que me había llevado la carrera. No sé, era renunciar a todo para venir a hacer oposición. Porque tenía muy claro, en aquellos tiempos, año 1987, que el PSOE arrolla en todos los lados.

-¿Y por qué se había afiliado?

-Por mi ideología. Mi pensamiento es de derechas.

-¿Sin matices?

-Franquista no.

-¿Pero conservador, de centro, liberal…?

-De centro, no. No puedes ir por esa línea porque vas de llombu, y caes de un lao o de otro. No. Yo soy de derechas. No creo en la actividad pública del Estado. Y eso que trabajé veinte años en una empresa pública.

Gabino de Lorenzo, durante la charla en Casa Arturo, en Oviedo, muestra su teléfono Motorola, el mismo que lleva utilizando siempre. / .

-¿En ninguna actividad pública del Estado?

-No creo en eso de pedir al Estado que te eche una mano y ponga una empresa. No. Con mi dinero no me ponga una empresa estatal. Para eso están los empresarios. Y punto. El Estado está para gobernar y cobrar los impuestos.

-Sí está de acuerdo en pagar impuestos.

-Sí, creo que hay que pagar impuestos y hay que gestionarlos y gastarlos en lo que hay que gastarlos. Pero no en otras cosas. ¿Cuántos asesores hay que tener? Yo nunca tuve un asesor.

-Alguno sí tuvo.

-No, no me asesoraron en nada. Fueron personas que llevaban sus responsabilidades. Unos en prensa, otros en protocolo… Pero yo no entiendo que eso sea un asesor.

La sobremesa empieza a alargarse. Gabino de Lorenzo repasa algunas fotos del libro. Eugenio Prieto le impone la insignia del Real Oviedo en una de ellas. El fútbol no trae buenos recuerdos al exalcalde de Oviedo.

-Algunas sombras de sus años de alcalde. Su intento de lanzar un nuevo club que sustituyera al Real Oviedo, en plena de crisis 2003. ¿Cómo lo recuerda?

-Fue un error. Lo reconozco. El Oviedo estaba endeudado hasta los cojones y bajó a tercera división. Y yo no esperé 15 días a ver qué solución le dábamos. Pero luego, cuando vi que el Oviedo seguía, corté el ACF. Hay equipos en España que se hicieron así, con uno de Tudela Veguín que desaparece el equipo principal si tiene una deuda inasumible. El Málaga no sé qué, o el Almería… Yo reconozco mi error. Soy oviedista y por el Oviedo no hice más que luchar a favor. ¿El campo de fútbol qué os parece? 30.000 espectadores. Propiedad del Ayuntamiento. Tampoco di yo patadinas por los alrededores buscando un terreno. Y al final encontré ese.

-El Asturcón fue otro proyecto fallido.

-No prosperó. Y cuando vaya al cielo, porque estoy convencido de que marcho de cabeza para allá, ni purgatorio ni leches, ya os contaré por qué no prosperó. Porque yo, desde niño, y llevo 82 años en Oviedo, fui al concurso hípico. En San Lázaro, no sé dónde. Entonces el Asturcón no prosperó por un error mío. Y este sería el segundo error. A mí siempre me gustaron los animales. Criaba y crié caballos, caballos que no saltaban, caballo andaluz, español, el de la Feria de Sevilla, el más bonito del mundo. Pero no son atletas, son para pasear. Lo del Asturcón creo que se necesitaba porque había afición, y si yo no hubiese tenido caballos hubiese prosperado.

-Veo que recuerda mucho las críticas, la lucha.

-Es que antes la oposición era brutal, durísima. Eso no pasa ahora. Si hoy me preguntan quién es el jefe de la oposición no sabría decir. ¿Pero en mi época? Tenías que ir a los plenos con las tripas bien cogidas para que no te saliesen, porque te abrían por todas partes.

-Pues en aquella época parece que lo lidiaba bien.

-No, era encajador. Hacía así, ¡pas! Y otra vez p’alante.

-Y ahora…

-¿Ahora qué?

-Tengo una pregunta complicada sobre la situación actual.

-Nada, ya se lo digo yo: Dos veces al día, lo tengo reducido completamente. Hay que tener fuerza de voluntad y cojones.

-No, no. Le quería preguntar sobre el PP en Oviedo y en Asturias. Los congresos...

-Estoy apartado completamente. No digo nada y quiero seguir así otros 30 o 40 años, que con la vida deportiva que llevé es lo que me quedará. Los políticos tienen esa manía de apartarse y seguir tocando los cojones. Yo no, yo quiero seguir apartado. Desde que lo dejé, en 2018, nadie puede decir que dije una palabra. A mí no me gusta nada el político retirado que viene a contar cada tres meses. No. Si estás retirado, estás retirado. Y si no, sigue toreando y a las cinco de la tarde te vistes de luces. Te vendas las manos, te pones los guantes y al ring. Hoy estáis aquí con un jubilado viendo unas fotos. Nada más.

-Pero escuchará a Barbón, a Queipo, tendrá sus opiniones…

-No escucho ni al lucero del alba. Pero solo voy a decir una cosa: Las elecciones no se ganan, se pierden.

...

El último capítulo de este encuentro, antes de las despedidas, deja un pequeño apunte personal.

-Usted, con ser de Oviedo de toda la vida, ¿cree que no se le consideró suficientemente ovetense?

-Se me consideró, como decía antes, que llegaba un tío aficionado a los toros, al flamenco y al boxeo. Y yo era doctor ingeniero de Minas, de los poquísimos que debe de haber en España.

-Era un hombre hecho a sí mismo.

-Mi padre era ordenanza del Instituto Nacional de Previsión, en la calle Argüelles. Ahí nací yo. Antes de eso, mi padre estaba ordeñando las vacas en Mestas de Con. Eran una familia humilde, con 12 o 15 vacas. Un día, en plena Guerra Civil, pasa el ejército, los nacionales, y lo reclutan a él y a su hermano, aunque en mi casa no eran de izquierdas ni de derechas, nunca los vi pronunciarse. El resto eran todo muyeres, seis hermanas. Al hermano lo matan en una batalla en Llanes. A mi padre lo declaran inútil por un tiro. Al acabar la Guerra no podía volver al pueblo, donde todo ye a mano, y lo traen aquí, lo meten de portero y luego de ordenanza. Y a trabayar. Mi madre trabajaba de criada en una casa ahí mismo.

-¿Y usted?

-Yo empecé a dar clases a los 13 años. Daba clases de puta madre. Daba clase en todos los lados y ganaba una pasta. Se me daba bien y la Escuela de Minas me valía para dar más clases. Tenía cola. Con Sabino Suárez, que luego fue director de Campsa, compañero mío, nos asociamos y dábamos clases en El Entrego.

Pulsa para ver más contenido para ti

Al día siguiente de esta conversación LA NUEVA ESPAÑA volvió a quedar con Gabino de Lorenzo para fotografiarle en el Campo San Francisco. Era el día de San Gabino. Su hijo le llama para felicitarle. Es la una de la tarde y está preparado para ir a comer con unos amigos. Un grupo de policías de sus años de alcalde. Unas setas y un cachopo. Nada más. El resto, silencio.

Suscríbete para seguir leyendo

¡Suscríbete y no te pierdas esta noticia!

Ayúdanos a adaptar más el contenido a ti y aprovecha las ventajas de nuestros suscriptores.

SUSCRÍBETE

Si ya estás registrado pincha aquí.

Pulsa para ver más contenido para ti