Expansionismo ártico

Groenlandia activa una coalición de gobierno de amplio espectro frente al expansionismo de Trump

El líder del partido Demokraatit de Groenlandia, Jens-Frederik Nielsen.

El líder del partido Demokraatit de Groenlandia, Jens-Frederik Nielsen. / EVGENIY MALOLETKA / AP

Gemma Casadevall

Gemma Casadevall

Berlín

El líder del partido centrista groenlandés Demokraatit, Jens-Frederik Nielsen, presentó este viernes el pacto de coalición para un gobierno de amplio espectro, determinado a mostrar 'unidad y cohesión' en medio de las tensiones derivadas del rumbo expansionista de Donald Trump. "Estamos bajo una enorme presión. Y debemos mantenernos juntos, porque juntos somos más fuertes", afirmó Nielsen, en declaraciones a la televisión pública groenlandesa KNR.

El partido de Nielsen fue el ganador de las elecciones parlamentarias celebradas hace 15 días, al obtener casi el 30 % de los votos. Fue una victoria contra pronóstico, tras la que empezó a negociar su coalición con otros tres partidos, todos ellos de signo independentista moderado. La presentación del pacto de gobierno se produjo a horas de la visita del vicepresidente de EEUU, JD Vance, y su esposa, Usha Vance, considerada una provocación tanto por Dinamarca com por parte de este estratégico territorio autónomo de Copenhague.

De las cinco fuerzas que obtuvieron escaños, solo queda fuera de la coalición: el independentismo radical de Naleraq, que se situó en segunda posición con un 24 % de los votos. Algunos medios groenlandeses consideran que este partido actúa como 'aliado' encubierto de los intereses de Trump. Naleraq pretendía convocar por la vía rápida un referéndum para la independencia de Groenlandia, a la que el estatuto de 2009 reconoce el derecho a la autodeterminación. El pacto de coalición en torno a Nielsen mantiene la idea de que una comisión parlamentaria, creada hace dos años, analice las vías jurídicas posibles hacia la independencia.

Nielsen gobernará así con el respaldo de 23 de los 31 escaños del Parlamento. Sus aliados son el socialista IA, el partido del presidente saliente, Múte B. Egede, junto con el socialdemócrata Siumut y el liberal Attasut. Todos estos partidos defienden el independentismo como horizonte político, pero sin plantear vías unilaterales. IA y Siumut se han estado alternando el liderazgo de los gobiernos groenlandeses desde el primer estatuto de autonomía de 1979. En la última legislatura gobernaron juntos.

La rapidez con que se ha negociado la coalición se atribuye en parte a las tensiones generadas por Trump. Tanto Egede com Nielsen y demás líderes groenlandeses rechazan una anexión por parte Estados Unidos. Todos ellos hicieron campaña con la consigna de que su territorio no está en venta y participaron en marchas conjuntas contra los planes de Trump. Naleraq se ha desmarcado algo de esta línea y busca un 'acercamiento' o asociación con Estados Unidos.

El rechazo a los planes de Trump es compartido por Copenhague. La primera ministra danesa, la socialdemócrata Mette Frederiksen, ha respondido con un 'no' a las sucesivas ofertas lanzadas por Trump, ya en primer mandato en la Casa Blanca, aunque ha insistido también en que la decisión corresponde a la población de Groenlandia, una isla de 2,2 millones de kilómetros cuadrados cubierta de hielo en un 80 % de su superficie y con apenas 57.000 habitantes.

La defensa de la isla helada

El Gobierno de Nuuk tiene amplias competencias autonómicas, pero no en política exterior ni en defensa ya que corresponden a Dinamarca. También de Copenhague percibe apoyo financiero que cubre alrededor del 50 % de sus presupuestos. El Gobierno de Frederiksen ha anunciado inversiones millonarias en su ejército y un reforzamiento de efectivos y logística en Groenlandia. Destinará así unos 2.000 millones de euros a la compra de tres nuevos buques, dos drones de largo alcance y reforzará las capacidades defensivas vía satélite en el Ártico. Hoy por hoy, el llamado Comando Ártico danés tiene desplegados en la inmensa isla apenas 80 soldados, más otros cinco o seis efectivos en su estación más cercana al Polo Norte.

La base estadounidente de Pituffik, en el noroeste de la isla, está regulada bajo este nombre por EEUU desde 2023. Pero en realidad la presencia militar de EEUU ha sido permanente desde la Segunda Guerra Mundial. Washington asumió su defensa en el periodo en que Dinamarca quedó bajo la ocupación de la Alemania nazi. En 1951 se reformuló el derecho estadounidense a construir y tener en la isla sus bases para el control y supervisión de la zona. De los 10.000 efectivos que llegó a tener entre 1940 y 1945 pasó a una dotación reducida para la llamada base de Thule, ahora conocida como Pituffik, con un centenar de efectivos. Es de alto valor estratégico,  ya que por su ubicación es la ruta más corta si Rusia llega a disparar sus misiles contra Estados Unidos. Para Trump, es imprescindible para garantizar la seguridad de su país. 

Visita sin contacto social

La decisión de Washington de replantear la visita inicialmente prevista de Usha Vance, junto con el consejero de Seguridad Nacional, Mike Waltz, fue acogida con alivio por Nuuk y por Copenhague. Los planes originales incluían una visita a la capital y la asistencia de la esposa del vicepresidente a una popular carrera de trineos tirados por perros. Limitarla a Pituffik evitaba mediáticos encuentros con la comunidad groenlandesa. A cambio, subió de nivel porque incluyó al vicepresidente en calidad de ‘acompañante’ de su mujer.

Para acabar de destemplar los ánimos, entre el replanteamiento de la visita y su ejecución se produjeron las nuevas y explosivas declaraciones de Trump contra Europa y por los derechos que EEUU se atribuye sobre la isla. El presidente estadounidense ha dejado claro que piensa hacerse con su control de una u otra forma. Pero está por ver hasta qué punto están dispuestos Washington y Copenhague a tensar la cuerda, teniendo en cuenta el cisma que comportaría una confrontación entre dos socios de la OTAN.

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