“Los caprichos” de Goya, reinterpretados a través de 80 grabados y 20 series en el Museo Barjola

El artista Juan M. Moro utiliza los “mannekind” para “no dejar pie con bola”: “Tocan desde la política a la educación, y cuestiones personales y sociales

Pablo Antuña

Pablo Antuña

Una reinterpretación de los famosos “Los caprichos” de Goya, a través de 80 grabados, “con cuestiones llanas, tópicas, y otras más cultas o profundas”. El artista Juan M. Moro muestra en Gijón en el Museo Barjola su propuesta “Los caprichos de Mannekind”, en los que refleja la disparatada condición humana. “No dejo pie con bola”, subraya el autor. “Cada uno tiene su gracejo y su vuelta. Con unas propuestas más profundas y otros más livianas, con lo que me gusta y lo que hago en general con mi propia vida”, destaca.

Si Goya, en su serie, abordaba cuestiones de su época, como el papel de la iglesia, el clero, la inquisición o el papel de la nobleza, ahora Juan M. Moro ha querido trasladar esas reflexiones a la sociedad actual, a través de esas 80 estampas de base fotográfica, construidos por el propio autor los escenarios reflejados. “Utilizan imagen y palabra, que funciona complementariamente, apoyándose o contradiciéndose, creando una cierta duda o situación especial para con el espectador”, resalta.

Grabador de origen, el artista, ensayista y Catedrático de Dibujo en la Universidad de Cantabria, ha utilizado también la fotografía y los medios digitales en esa construcción, pese a que toda su trayectoria ha girado en el grabado. Y en esos 20 capítulos toca “desde la política a la educación, no solo cuestiones sociales, sino también personales del individuo y su existencialidad”, afirma Moro.

Del Nacer, Ser, Estar, Sufrir, Querer, Saber, Pensar, Obrar, Dañar, Simular, Embaucar, Creer, Soñar, Olvidar, Holgar, Consumir, Mudar, Azar, Huir y Concluir son el nombre de las 20 series que presenta el artista en las paredes del Museo Barjola. Por ejemplo en la Del Querer aparecen “las dos partes que constituyen al ser humano, el cuerpo y el alma, o el cuerpo y el espíritu, forma parte de lo que hoy en día la idea que se tiene sobre el ser humano”, explica Juan M. Moro, que se refiere también a la obra “Amor Plutónico”, con “una relación con los animales un tanto exagerada”.

En otro punto, el Del Olvidar, saca a la luz “Historias de pandemia”, con dos “manenkind” tumbados en mascarillas, con preocupaciones diversas, uno como en una hamaca y el otro enfermo en un hospital, con esas dos sensaciones en ese periodo de incertidumbre.

También alude al aforismo “el límite del lenguaje es el límite de mi mundo”, de Ludwig Wittgenstein, con el “mannekind” encerrado en un teclado de máquina de escribir. O aparece “el dedo del jefe que todo lo decide”, con el texto “Lo veneran”.

“El libro ‘Los Caprichos’” de Goya es un referente del grabado y la crítica social”, cuenta Juan M. Moro, que ya tiene tres publicaciones con sus líneas de trabajo, las del estudio antroproceno y el “mannekind”.

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