Juan José Ferreira, técnico del Serida: “No vamos a ver una Asturias sin fabas”

La entidad identifica una nueva variante del hongo antracnosis y desarrolla variedades resistentes que podrían marcar un punto de inflexión en los cultivos

Juan José Ferreira, técnico del SERIDA, durante su ponencia en el Ateneo Obrero de Villaviciosa

Juan José Ferreira, técnico del SERIDA, durante su ponencia en el Ateneo Obrero de Villaviciosa / C. V.

Villavicisoa

La crisis de producción que atraviesa el cultivo de la faba en Asturias ha centrado la jornada técnica celebrada en el Ateneo Obrero de Villaviciosa, dentro del marco de las XXXI Jornadas de les Fabes. Allí, el investigador del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida) Juan José Ferreira fue rotundo al asegurar que “no vamos a ver una Asturias sin fabas”, si bien matizó que la clave está en “trabajar juntos, coordinar todos los actores del sector y apostar decididamente por la investigación y la innovación”.

El Serida, a través de la ponencia del técnico, ha confirmado la presencia en Asturias de una nueva variante del hongo antracnosis, posiblemente de origen latinoamericano. Ana Campa, responsable del laboratorio de genética vegetal, explicó que esta variante fue identificada tras analizar muestras de infecciones de la campaña de 2024. Afortunadamente, variedades como "Maruxina 4" y "Maximina 3", desarrolladas por el Serida, han mostrado resistencia frente a esta nueva amenaza. “Aunque no una resistencia total, porque sí hay cierto manchado, la respuesta es positiva”, aseguró Campa.

Ferreira subrayó que las causas de la escasa cosecha de este año son múltiples y complejas. Descarta factores como las condiciones climáticas o la presencia de ácaro blanco, pero confirma que ha habido “un elevado destrío, con más del 50% de semilla no comercial, y un número excesivo de tratamientos fitosanitarios”. Para él, es crucial una mejor coordinación entre agricultores, cooperativas, administración e IGP, así como una mayor disponibilidad y uso de semilla certificada resistente. “Tenemos variedades desde 2010, pero apenas se utilizan. La pregunta es por qué”, planteó. Además, el técnico defendió el uso de herramientas de inteligencia artificial para la detección precoz de enfermedades y plagas. “Ya existen modelos que lo hacen en Estados Unidos. Aquí tenemos que empezar a utilizarlas cuanto antes”, dijo.

El debate continuó con la mesa redonda “¿Asturias sin fabes?”, en la que se abordó la incertidumbre del sector. Sergio Marqués, director de Proyectos Agropecuarios de Alimerka, fue claro. “El año pasado fue un desastre, y todo apunta a que mucha gente no se va a atrever a plantar este año. Aunque el próximo sea bueno, habrá déficit de fabas por la reducción en la siembra”. Marqués alertó del desgaste psicológico y económico que supone para los productores afrontar tres años consecutivos de malas cosechas. “Aquí todos los años se apuesta, y hay quien ya no puede seguir haciéndolo”, indicó.

Carlos Fernández, asesor agronómico, reconoció los avances del sector en las últimas décadas y defendió la labor del Consejo Regulador y del Serida. “Antes parecía que la IGP no existía. Ahora se trabaja mucho y bien”, dijo, aunque admitió que aún se puede mejorar en coordinación.

Desde el punto de vista de la producción, Rocío Martínez, de FabEo S.C., lamentó una gran caída en las cosechas, en su caso, de entre el 60 y el 70%, y expresó su preocupación por la falta de semilla certificada libre de enfermedad. “Lo que ahora necesitaríamos es un fitosanitario de los que había antes, para poder salir del paso, al menos que nos lo autorizasen durante dos campañas”, propuso.

Por su parte, el hostelero José Luis Díaz, del restaurante La Consistorial, aportó la visión del sector de la restauración. “La faba este año es de muy buena calidad, pero hay menos. También hay que decir que ha cambiado la tendencia, porque desde mi posición considero que antes comer fabada era de pobres, y ahora es de ricos”, detalló. Con la vista sobre la hostelería, Díaz abogó por diferenciar claramente la faba asturiana en las cartas de los restaurantes y valorar así el trabajo que realizan los restaurantes que se molestan en buscar buen producto y también valorar así el trabajo de los productores. “Hay que decir 'fabada con faba asturiana', eso también es importante”, señaló.

Esta cita puso sobre la mesa no solo los retos del presente, sino también las herramientas con las que el sector puede enfrentarlos. Como dijo Juan José Ferreira, “estamos mucho mejor que hace 30 años". "Tenemos una IGP fuerte, productores cada vez más profesionales y una investigación que no tiene ninguna otra región en España. El futuro depende de que sepamos aprovecharlo y avanzar juntos”, concluyó.

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