Alessandro Lequio sentencia el paso de Terelu Campos por Supervivientes: "Lo de su padre me da tanto..."

El colaborador arremete contra la madre de Alejandra Rubio

Alessandro Lequio

Alessandro Lequio

F. L.

La comentada entrevista que concedía Terelu Campos en De Viernes tras su paso por Supervivientes sigue dando qué hablar. En el plató del programa, la colaboradora contó desde detalles de su paso por el reality hasta uno de los episodios más duros de la vida de las Campos: el suicidio de su padre.

Sin embargo, Alessandro Lequio, uno de los principales azotes de las hijas de María Teresa Campos, no ha tardado en dejar por los suelos tanto la historia como el concurso de la televisiva.

"Lo que hico en '¡De viernes!' es técnica Campos 100%, ella iba a hablar de su paso, yo diría lamentable, de la isla y en vez de eso se dedicó a exagerar al cuestión del cenicero y lo de su padre me da tanto pudor que no puedo decir nada", comentaba Lequio y reiteraba sus palabras: "Lo hacía en Telecinco y Adriana Dorronsoro sabe perfectamente que lo que estoy diciendo es verdad porque una de las personas que lo veía sigue trabajando en esta casa, es de la máxima confianza de Adriana y dijo 'Alessandro se ha quedado corto. Le tenía que poner la manita para que escupiera los chicles".

Trayectoria

Alessandro Lecquio es licenciado en Historia por la Universidad de Turín (1986). Formó parte del cuerpo deportivo de la policía italiana, denominado Fiamme Oro. Poco después de casarse con Antonia Dell’Atte dejó su trabajo en la policía para pasar al departamento de actividades internacionales de la empresa automovilística FIAT. Su primer destino, en mayo de 1989, fue Varsovia, siendo enviado un año después a Madrid, como adjunto del presidente de FIAT Ibérica, Paolo Annibaldi. La periodista Ruth Baza, en la biografía que escribió sobre Alessandro Lecquio, describía este puesto como "vacío de contenido porque no tenía secretaria, valorado en unas 300.000 pesetas y conseguido a través de influencias" –el dueño de FIAT, Gianni Agnelli, era íntimo amigo de su madre Sandra y tío materno de su primo Giovanni Torlonia.

En 1992 fue despedido de su trabajo en FIAT. Posteriormente pasó a ganarse la vida dando clases de defensa personal en un gimnasio instalado en 1993 por la familia de su entonces pareja, Ana Obregón, en la madrileña calle de Serrano –el gimnasio quebraría y acabaría cerrando en 1995. A su vez, comenzó a conceder entrevistas exclusivas en la prensa rosa y a intervenir en programas de televisión. Preguntado por Ruth Baza acerca de la comercialización de su vida personal en los medios, Alessandro Lecquio contestó con las siguientes palabras textuales:

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