Así funciona la estación meteorológica de El Castro, operativa en Salas desde hace dos décadas: "Es una labor diaria"
"Genera curiosidad saber lo que llovió y te quedas con ese entusiasmo de ir todos los días a comprobarlo", señalan Óscar Francos y María Oliva Segurola
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T. Cascudo
La pequeña localidad de El Castro, en la parroquia salense de Bodenaya, alberga una estación meteorológica que recoge datos para la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Al frente de este sencillo instrumento está el matrimonio formado por María Oliva Segurola y Óscar Francos que cada día, y desde hace veintidós años, recogen los datos referentes a la lluvia registrada en la zona. "Genera curiosidad saber lo que llovió y te quedas con ese entusiasmo de ir todos los días a comprobarlo", cuenta esta pareja que regenta una ganadería y una casa de turismo rural en este núcleo próximo a La Espina.
Óscar Francos muestra la vasija que recoge la lluvia. / T. Cascudo
Fue el padre de Óscar, de Casa La Americana, quien tuvo la idea de instalar la estación. Aunque, añade Segurola entre bromas, "cuando vio el libro y todo lo que había que anotar, me lo dejó a mi". Y añade esta mujer natural de Tineo: "Mi suegro era amigo de los que tenían la estación de Camuño y lo animaron. Era un hombre muy inquieto al que le gustaba saber de todo y, por eso, nos animamos". En 2003 instalaron la estación en una zona verde junto a la ganadería. La AEMET, que hace unos días homenajeó al matrimonio por su colaboración, señala que la estación de El Castro está "en un buen emplazamiento, en terreno despejado y montañoso, orientado al oeste".
Las observaciones de El Castro comenzaron en mayo de 2003, primero como estación pluviométrica manual y después como estación termopluviométrica. Cuenta el matrimonio que la parte del termómetro pudrió y ahora solo miden las lluvias, aunque les gustaría recuperar la medición de la temperatura.
El aparato en sí mismo es sencillo, pues es un mástil con una vasija en la que se recoge la lluvia. "Es muy artesanal", apuntan. Así que la principal labor es medir cuánta cantidad de agua se recoge en este contenedor. Por ejemplo, el último fin de semana lluvioso cayeron en El Castro 60 litros por metro cuadrado. El récord registrado fue de 140 litros por metro cuadrado y fue poco después de instalar la estación. Sin embargo y pese al cambio climático, el matrimonio constata pocos cambios respecto a las lluvias. "Seguimos igual que siempre", apunta Segurola. Su marido apunta que el único cambio es que "nieva menos que antes".
La tarea de la estación es constante porque hay que dar cuenta de diferentes fenómenos atmosféricos, ya sea agua, tormenta, granizo, nieve, o rocío, escarcha y niebla. "Es atado porque es una labor diaria", relata. Tres veces al día (mañana, mediodía y noche) se registra esta información en un libro y, una vez al mes, se envían los datos a la AEMET. En su caso, remiten la información a Cantabria.
"Mucha gente te pregunta porque genera curiosidad. Tengo clientes habituales en la casa de turismo rural que cuando llegan ya me preguntan que cómo vamos de lluvias. Incluso nos tienen llamado por temas de seguros, para tener datos de la lluvia registrada", precisa Segurola, que se confiesa satisfecha con esta colaboración con la AEMET desde Salas.
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