Entrevista | Agustín Iglesias Caunedo Exalcalde y presidente del PP de Oviedo
"Me presionaron para dimitir; ahora soy yo quien cree que debe pasar el testigo"
"Canteli realiza una agenda ambiciosa y reformista de la ciudad; a Gabino de Lorenzo le tocó reinventar Oviedo", asegura el hasta ahora líder de los populares ovetenses
Tras nueve años investigado por el caso "Pokémon" ha quedado exonerado de todos los cargos: "Perdí oportunidades personales y profesionales"

Agustín Iglesias Caunedo, el martes, en Oviedo. | IRMA COLLÍN

Agustín Iglesias Caunedo (1971), exalcalde y presidente del PP ovetense, no optará a repetir al frente del partido en la ciudad. Asegura que dice adiós a la primera línea política y confía en un acuerdo interno que permita una candidatura de unidad, que no de consenso, para tomar las riendas del PP en la capital asturiana, donde los populares cuentan con mayoría absoluta en el Ayuntamiento.
-Deja de ser presidente del PP de Oviedo. ¿Por qué?
-No se puede usted imaginar las presiones y amenazas que he sufrido en los últimos años para que dimitiera. Algunas no solo fueron amenazas, sino que se ejecutaron. Llega un momento en que uno decide que hay otras personas que deben tomar el testigo. La política es una carrera de relevos: yo tomé el de Gabino de Lorenzo y ahora me toca dejarlo. Es el momento adecuado para que otros asuman la dirección del Partido Popular de Oviedo.
-¿Y usted dónde va a estar?
-En el mismo sitio del que vine: en la militancia. Esta semana cumplí 54 años, seré un militante comprometido.
-¿A qué amenazas se refiere?
-Personales y profesionales para forzarme a dimitir.
-¿Por qué?
-Hay personas a las que les gusta el protagonismo cuando no les corresponde. Pero mire, lo asumí y asumí las consecuencias. La vida sigue.
-En todo caso, esas amenazas no tuvieron efecto…
-¿Cree usted que después de haber aguantado nueve años de investigación del caso "Pokémon" me va a amedrentar cualquiera que antes presumía de ser amigo mío? No. ¿Sabe usted lo que supone levantarse cada mañana sabiendo que le van a pintar la cara un día tras otro? Yo sí. ¿Le gusta el cine?
-Claro.
-Me encanta Robert de Niro en "Toro Salvaje". Me gusta cómo Jake La Motta afronta los combates. No creo que usted sea capaz de ponerme un solo ejemplo en el que un martillo haya roto un yunque. Pues he tenido compañeros de partido que no habían estudiado física y pensaban que sí. Pero todo eso no tiene que ver con mi decisión de ahora.
-¿Qué la motiva, entonces?
-Es una decisión personal que no he consultado con nadie y comuniqué a quienes trabajan conmigo. No es revocable, yo no me voy a presentar a presidir el partido en Oviedo. Y lo que pido es que hablen, que hagan lo que tengan que hacer.
-En todo caso, no parece que haya usted dejado clara ni fácil la sucesión.
-Debería ser pactada, al menos; se trata de hacer política. Veo normal que en un partido vivo haya diferentes personas con aspiraciones, pero en un marco común. Necesitamos un partido fuerte, unido y con capacidad de movilización para revalidar la mayoría absoluta de Alfredo Canteli, ayudar a Álvaro Queipo a lograr la victoria autonómica y la nacional a Feijóo. En Oviedo debemos seguir siendo ese partido ganador, cohesionado y orientado a la victoria que hemos sido siempre.
-¿Y eso se consigue con una candidatura de consenso para presidir el partido?
-Una lista de unidad, que no es lo mismo que de consenso. En una lista de unidad todas las personas con ganas y capacidad tienen un espacio político para dar lo mejor de sí mismos.
-¿Es eso posible?
-Sí, pero se requiere política. Volviendo al símil del martillo, no todo se arregla a golpes, a veces necesitas un destornillador o una llave inglesa. Hay que hablar, crear espacios y a veces dar un pequeño paso atrás para que no haya encontronazos. Hace falta fontanería. El papel del fontanero es muy distinto al del gabinetero, que últimamente se trata de tipos pagados con fondos públicos que se dedican a intrigar y obstaculizar el funcionamiento democrático de las organizaciones.
-¿Si no hay arreglo se acabará en una gestora?
-Yo estoy para que el PP sea más fuerte, no para dinamitarlo. Amenazar con una gestora solo puede hacerlo un tonto o alguien con intereses ocultos que intenta beneficiarse de que haya conflicto. La solución política se alcanza hablando, creando oportunidades y dejando espacio. No se trata tanto de buscar una persona como de conformar un equipo. Esto no es una capillita ni un proyecto personal de nadie.
-Insisto. ¿Habría mimbres jurídicos para plantear una gestora?
-El PP de Oviedo funciona de una manera excepcional. Más allá de aspiraciones legítimas, todos estamos comprometidos a apoyar a nuestro grupo municipal, al parlamentario de -Asturias y a nuestros representantes en Madrid. Siempre hemos sido ejemplo de movilización. ¿Me quiere decir que en el año 2025 la solución a una posible divergencia en una organización democrática es secuestrar la democracia, retirando el derecho al voto? ¿A los mismos militantes que el año pasado auparon a Álvaro Queipo o apoyaron a Núñez Feijóo? Discrepar no significa poner en riesgo el funcionamiento del partido. Ahora bien, creo que es posible un acuerdo. No hablamos de diferencias esenciales entre las personas que en estos momentos se preparan ante el congreso local. Yo trato de que así sea…
-Se habla de Mario Arias, de Gerardo Antuña…
-Hay muchas personas capacitadas. No es momento de lanzar nombres, sino de crear condiciones para un diálogo que propicie esa unidad. Estamos a tiempo. E insisto: una candidatura de unidad, no de consenso. Tiene poco sentido plantear que para que dos no peleen busquemos a alguien que no da la talla.
-¿Cómo es la relación con Alfredo Canteli? Sigue sin afiliarse.
-Me apoyó y ayudó siendo yo Alcalde y antes de serlo. Si él me necesita sabe que cuenta conmigo. Está haciendo un muy buen trabajo con su equipo, haciendo avanzar la agenda política de la ciudad, con objetivos ambiciosos. Mi relación con él es vieja y cordial. Aún hablé largo rato con él la semana pasada y, ¿sabe? al congreso local de Oviedo no dedicamos ni un minuto. Hablamos de proyectos de ciudad. En 2019, Canteli dio un paso al frente y se sacrificó para recuperar la Alcaldía para el PP. Que no milite ya lo hemos asumido como algo normal; el día que quiera dar el paso será muy bien acogido en esta que es su casa, pero todo funciona con normalidad. También le digo: en Oviedo la bicefalia ha sido un éxito. Estoy seguro además que el próximo equipo del PP de Oviedo mejorará aún más esa coordinación con el Ayuntamiento. Las organizaciones aprenden y hemos gestionado la cohabitación de forma más que razonable.
-Usted fue heredero del gabinismo. ¿Cómo ve la ciudad?
-Canteli se está centrando en una agenda ambiciosa y reformista de la ciudad. La ciudad avanza y cada vez es más competitiva. A Gabino de Lorenzo le tocó reinventar el futuro de Oviedo. Hoy es normal hablar de congresos o turismo, pero en 1991 Oviedo cerraba por vacaciones. Utilizando las siglas que se emplean en deporte, yo tuve el orgullo de trabajar con el "GOAT" (siglas en inglés de "el mejor de todos los tiempos"). Ahora Oviedo es distinto y Canteli está haciendo un gran trabajo, compatible con el que se hizo en otro momento histórico.
-¿Cómo es su relación con Álvaro Queipo?
-Fluida. Tiene el reto de conformar y consolidar un proyecto alternativo al PSOE para 2027. Estuvimos cerca de lograrlo en 2023 y estoy seguro de que corregiremos los errores o desaciertos de aquella campaña. Está trabajando mucho y rodeándose de un equipo en el que confía. Tiene todo mi apoyo y le deseo toda la suerte.
-Todas sus causas relativas a "Pokémon" quedaron anuladas. ¿Cómo se siente?
-Hay una frase de Séneca: "Nada se parece tanto a la injusticia como la justicia tardía". Si hace nueve años alguien me hubiese dicho que eso se prolongaría tanto, no sé si habría tenido fuerzas para afrontarlo. Pero la vida pasa muy rápido como para perder el tiempo mirando al retrovisor. Es evidente que he perdido muchísimas oportunidades políticas y profesionales. Lo que más sorprende es el fuego amigo: que haya compañeros y compañeras de partido, con nombres y apellidos, que aprovechaban cada ocasión para tratar de medrar a costa de mi situación. Por cierto, algunos de ellos siguen viviendo del presupuesto público, incluso acompañados de sus familias, porque han hecho de la política su pyme, un negocio familiar. Es gracioso que, además, se definen como profesionales. Lo que he ganado es libertad para hablar; antes callaba y ahora ya le digo que no voy a hacerlo jamás. También le diré una cosa: ninguno de los que trataron de atropellarme hace nueve años me ha dado ahora la enhorabuena o alguna palabra de aliento. Espero que no tengan el coraje de tratar de hacerlo. Eso sí, he contado con el apoyo incondicional de mi familia y mi círculo más cercano.
-¿De verdad que no le veremos más en política?
-No puedo prever el futuro, pero lo más fácil es que no me vean; eso sí seguramente continuarán viendo a los mismos, que esperan jubilarse. Incluso lo reconocen.
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