In memoriam
El emotivo recuerdo del grupo Eleuterio Quintanilla a Ana Gloria Blanco: "Tenía un espíritu intercultural"
Demostró como nadie que obras son amores, colaboró, acogió, peleó, con la furia de los oriundos de la Cuenca del Nalón

Velatorio de Ana Gloria Blanco / Marcos León
Grupo Eleuterio Quintanilla
Una magnífica imagen de "Banksy" ilustra la primera entrada de la página web que el Grupo Eleuterio Quintanilla estrenamos en nuestro trigésimo cumpleaños, en 2024, legado de Ana Gloria Blanco Orviz. Un fantástico mural de Mapecco, que incluye un retrato de su emblemática directora, fue el regalo por su jubilación al IES Padre Feijoo y al barrio de la Calzada. Entre esos dos lugares tenía Ana G, como la llamamos en el Grupo, el corazón partío. En el Feijoo lo saben, en el Eleuterio lo sabemos.
Ana llegó al Grupo Eleuterio Quintanilla y al equipo directivo del IES de la mano de Chema Castiello. Era difícil decir no a Chema. Ana, incansable, demostró como nadie que obras son amores, colaboró, acogió, peleó, con la furia de los oriundos de la Cuenca del Nalón, por los desheredados, por el feminismo, por la igualdad, y al Grupo nos dejó, adrede, una herencia en vida con la retranca gallega – perdonadnos, por esta vez, el estereotipo– de su espíritu intercultural. Porque Ana era de Ciañu, de Galicia, de la Calzada y se sentía parte de otros muchos lugares del mundo… Ana era una persona estupenda. No sabemos qué vamos a hacer sin ella.
La Parca ha usado sus tijeras contra nuestro Grupo Eleuterio Quintanilla demasiado pronto demasiadas veces. Hoy nos ataca de nuevo y nos deja un vacío inmenso. Deseamos escribir unas palabras sobre Ana Gloria. ¿Qué decir ante esta desolación que nos invade? Quien la conoció, no pudo dejar de admirarla y quererla. Bien lo sabemos todas las personas del Grupo.
Estaba donde había que estar, cuando había que estar y como había que estar. Era constante e incansable en todas las tareas que acometía. Tenía una paciencia infinita. Trabajaba contra la desigualdad noche y día, compartía un chocolate y solucionaba todos los problemas.
Ana Gloria era casa. Recoger y continuar con su legado nos dará cobijo y fuerza para seguir adelante.
Este artículo lo firman los compañeros y compañeras del Grupo Eleuterio Quintanilla (sección de educación del Ateneo Obrero de Gijón) en recuerdo de Ana Gloria Blanco Orviz.
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