ENERGÍA

Frente pronuclear de los gigantes energéticos: Repsol se suma a Iberdrola, Endesa y Naturgy contra el apagón de las centrales

Imaz suma su voz a las grandes eléctricas y avisa de que el cierre de los reactores obligará a quemar más gas y elevará las emisiones contaminantes en España.

Las eléctricas propietarias de las centrales admiten contactos con el Ejecutivo pero le piden una decisión ráplida para aplazar los cierres: “El Gobierno está dispuesto a hablar, pero sus tiempos son diferentes”.

Central nuclear de Almaraz, en Cáceres.

Central nuclear de Almaraz, en Cáceres. / REDACCIÓN

David Page

David Page

Madrid

Las presiones al Gobierno para alargar la vida de las centrales nucleares y revisar el calendario de cierres pactado por las eléctricas, que contempla clausuras escalonadas desde 2027 y hasta 2035, no dejan de crecer tanto desde el ámbito político (con el PP a la cabeza) y desde el empresarial, con un frente común de las grandes energéticas que va sumando nuevos apoyos públicos.

Las grandes eléctricas propietarias de los reactores reclaman ahora abiertamente al Ejecutivo renegociar el calendario de cierre. Lo piden claramente Endesa e Iberdrola -los mayores operadores nucleares- y, de manera más matizada y menos entusiasta, también lo hace Naturgy -que tiene participaciones minoritarias sólo en algunas plantas-. A la petición de retrasar los cierres de las centrales nucleares se suma también Repsol, que no tiene participación alguna en los reactores y que incluso se vería beneficiada por el apagón nuclear por sus intereses en el negocio del gas natural.

“Si cerramos la nuclear, vamos a usar más gas, vamos a depender más de las importaciones de gas y vamos a generar más emisiones", advirtió este lunes el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, en unas jornadas organizadas por El Español. El ejecutivo mostró su confianza en que el Gobierno tome las “decisiones correctas” y prolongue la vida de las centrales más allá de las fechas de cierre previstas. “Repsol no está en la energía nuclear. Si no hay energía nuclear, se va a consumir más gas y no nos vendría mal”, apuntó, pero subrayó que el sistema eléctrico nacional necesita suficiente producción de energía firme para cubrir las necesidades de demanda frente a la generación intermitente de las renovables.

Iberdrola y Endesa reclamaron un diálogo directo con el Gobierno para debatir sobre la conveniencia de alargar la vida de las centrales nucleares y aplazar las clausuras programadas, y admiten que ahora hay contactos con el Ministerio para la Transición Ecológica al respecto. “Estamos hablando con el Gobierno sobre la posibilidad de postergar el cierre nuclear un poco”, explicó este lunes el consejero delegado de Endesa, José Bogas. “Yo lo que quiero es un pacto de Estado, propuesto por el Gobierno y votado en el Congreso”, sentenció.

“El Gobierno está abierto a hablar y discutir, pero los tiempos de unos y otros son diferentes”, dijo el máximo ejecutivo de Endesa en relación a la urgencia que tienen las eléctricas de tomar una decisión rápida sobre un posible aplazamiento del cierre central nuclear de Almaraz (las clausuras de sus dos reactores están previstas para 2027 y 2028), dado que sería necesario adoptarla casi en las próximas semanas por la necesidad de organizar la contratación de personal y programar las compras de combustible nuclear y las inversiones necesarias.

Las grandes eléctricas pactaron en 2019 entre ellas y con Enresa, la empresa pública encargada de desmantelar las centrales y de gestionar los residuos radiactivos, un calendario de cierre progresivo de todos los reactores. El acuerdo con Endesa, Iberdrola, Naturgy y EDP -las eléctricas propietarias de las plantas- establece una clausura escalonada de las plantas que arrancaría en 2027 (con Almaraz) y culminaría con el último el cierre en 2035 (con Trillo).

“El acuerdo de cierre de 2019 busca organizar el proceso y evitar cometer el mismo error de Alemania con un cierre abrupto de las centrales. Pero desde 2019 han pasado muchas cosas”, subrayó, por su parte, el consejero delegado de Iberdrola España, Mario Ruiz-Tagle. “Lo razonable es que nos sentemos ha hablar de nuevo. Hagamos un análisis abierto, transparente, sosegado y no cometamos un error (…) Tengamos cuidado con las decisiones que tomamos hoy, que tienen coste y que nos podemos arrepentir en el futuro”.

Tanto Iberdrola como Endesa están mostrando, ahora sí claramente y en público, una posición de defensa de prolongación de las nucleares como vía para asegurar el consumo intensivo de electricidad de grandes proyectos industriales (como los centros de datos o la extensión de la red de recarga de coches eléctricos) y hacerlo con una tecnología energética como la nuclear sin emisiones de efecto invernadero. Una postura que también respalda Naturgy, pero con menos fervor.

Naturgy es el principal operador de centrales de gas para producir electricidad y una de sus apuestas de futuro pasa por la producción de biometano para cubrir las necesidades de industrias y hogares que no puedan electrificarse. Pero la compañía entiende que, hasta que haya un mayor despliegue de renovables y haya suficiente capacidad de almacenamiento (baterías para guardar la electricidad de fotovoltaicas y eólicas para utilizarla no sólo cuando se produce, sino en el momento en que haga falta), seguirán haciendo falta la nuclear como producción firme y las centrales de gas como protección más flexible. “Las nucleares deben fucionar hasta que el sistema eléctrico esté preparado”, dijo también este lunes el presidente de Naturgy, Francisco Reynés.  

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