Laura Madrueño vuelve a repetir aventura y se embarca en 'Supervivientes 2024' como presentadora desde Honduras. Durante este tiempo, permanece alejada de su casa en la que vive junto a su marido Álvaro Puerto y su mascota Niebla: un rústico chalet ecológico situado en plena naturaleza en la sierra de Madrid. El salón de Laura Madrueño es la estancia más acogedora de su casa. Rodeada de grandes ventanales por los que entra mucha luz, la sala cuenta con un gran sofá convencional de color gris oscuro y una mesa baja de cristal sobre la que tiene un mantel de fibras naturales. La cocina de la presentadora mantiene una de las características principales en su casa: la sostenibilidad. Todos sus electrodomésticos son de una gama ecológica que ofrecen el mínimo consumo y poder controlar sus funciones a través de una app en el móvil. En la estancia predomina la madera de los muebles de almacenaje y la piedra negra de la encimera que se alarga hasta crear una gran isla en el centro, con grifería metálica y decoración industrial. En la casa de Laura no podía faltar un huerto. La presentadora del tiempo cuenta con una pequeña huerta en su casa donde tiene plantado todo tipo de frutas, verduras y hortalizas, y que riega de manera natura y sostenible: la casa cuenta con un sistema de canalones en el tejado que acumula el agua de lluvia en dos depósitos para el posterior riego. Además, es la zona favorita de su casa ya que acostumbra a compartir numerosos vídeos en sus redes sociales cultivando y cuidando de su huerto. Además, la presentadora de Supervivientes también tiene gallinas o "sus dinosaurios", como ella las llama cariñosamente. Precisamente ahora el Gobierno ha puesto el punto de mira en los usuarios que cuenten con gallinas para el autoconsumo. En el caso de los huevos de estas gallinas, es necesario saber que la ley prohíbe su autoconsumo, al contrario de lo que muchos creen. Así, las posibles sanciones a estas infracciones pueden suponer multas (en base al régimen sancionador de otras tantas leyes como la ley de Aguas, la ley de Residuos o la ley de protección de la atmósfera, citados en esta norma) que oscilarían entre los 600 y los 3.000 euros. Por ejemplo, la Conselleria de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación ha informado que la tenencia de aves para el autoconsumo o consumo familiar en Cataluña no puede superar las 30 gallinas ponedoras de huevos y los 50 pollos de capacidad, y está obligada a cumplir unos requisitos mínimos de sanidad animal e inocuidad de los productos. La cria de aves para el autoconsumo en Cataluña está regulada por el Decreto 40/2014 del 25 de marzo, de ordenación de las explotaciones ganaderas, que establecen las condiciones para la tenencia de un número reducido de aves de corral por parte de particulares para el autoconsumo familiar de carne y huevos, ha informado la Generalitat de Cataluña en un comunicado este lunes. Además, los animales se deben adquirir en establecimientos inscritos en el Registre d'Explotacions Ramaderes (REGA), de la misma forma que las granjas avícolas de autoconsumo. Como el autoconsumo no permite la comercialización y no significa riesgo para la seguridad alimentaria, la norma actual permite hacer una advertencia antes de proponer un expediente sancionador y el propietario de las gallinas puede dar cumplimiento a las medidas requeridas dentro de un plazo.