Magdalena Solsona Batlle inicia en el Ateneo el taller de música y movimiento para personas mayores

La iniciativa busca romper con la idea de que el envejecimiento está ligado a la inactividad

Magdalena Solsona, quien impartirá el taller de música y movimiento en el Ateneo Obrero de Villaviciosa

Magdalena Solsona, quien impartirá el taller de música y movimiento en el Ateneo Obrero de Villaviciosa / R. C. V.

Villaviciosa

A medida que envejecemos, el cuerpo cambia, la movilidad se reduce y, en muchas ocasiones, la vida cotidiana se vuelve más sedentaria. Sin embargo, diversos estudios han demostrado que mantener la actividad física y la estimulación cognitiva ayuda a mejorar la calidad de vida en la tercera edad. En este contexto, surgen iniciativas que buscan revalorizar el papel del arte y el movimiento en el bienestar de las personas mayores. Uno de estos proyectos es el taller de Música y Movimiento para Personas Mayores, que comenzará a desarrollarse en el Ateneo Obrero de Villaviciosa este viernes. Esta actividad, dirigida por Magdalena Solsona Batlle, busca promover el ejercicio físico, la conciencia corporal y la expresión artística a través de la música. 

A menudo, cuando se habla de actividad física en la tercera edad, se piensa en ejercicios de gimnasia suave o paseos al aire libre. Sin embargo, el cuerpo no solo es una herramienta para moverse, sino también un vehículo de expresión y creatividad. Solsona explica que uno de los objetivos de este taller es ayudar a los participantes a redescubrir su cuerpo y su potencial a través del movimiento y la música.

"Hay cuatro vertientes en este taller. Poner atención e intención en el cuerpo, en hacer dinámicas de movimiento corporal y de danza a través de la música. Queremos que cada vez vayan tomando más conciencia sobre su cuerpo y ciertos movimientos", explica. El movimiento, cuando se trabaja de forma consciente y con un enfoque lúdico, no solo mejora la flexibilidad y la coordinación, sino que también ayuda a prevenir dolencias articulares y musculares. Además, permite a los participantes conectar con su propio ritmo y adaptar los ejercicios a sus capacidades individuales, sin exigencias ni presiones", dice.

El segundo eje del taller es el uso de la voz. Para muchas personas mayores, la voz se convierte en un elemento olvidado, reducido a la comunicación funcional del día a día. Sin embargo, utilizar la voz de manera activa —ya sea a través del canto o de ejercicios vocales— tiene múltiples beneficios. El trabajo con la voz no solo fortalece el aparato respiratorio y mejora la dicción y la proyección vocal, sino que también tiene un impacto en la autoestima y la expresión emocional. Diversos estudios han señalado que cantar en grupo, por ejemplo, libera endorfinas, reduce el estrés y fomenta la sensación de pertenencia y comunidad.  

Otro aspecto clave del taller es el uso de la música, no solo como acompañamiento, sino como herramienta activa de trabajo, ya que la música tiene un impacto positivo en la memoria y en la conexión emocional, especialmente en personas mayores. "Muchas dinámicas estarán acompañadas por música de fondo, y en función de los intereses y capacidades del grupo, se podrá potenciar más un aspecto u otro", añade Solsona. El uso de la música en contextos terapéuticos ha demostrado ser especialmente eficaz en personas con deterioro cognitivo, como el Alzheimer o la demencia. Canciones asociadas a momentos significativos de la vida pueden ayudar a recuperar recuerdos y emociones, reforzando la identidad y la sensación de continuidad en el tiempo. 

El taller no solo se centra en la actividad, sino que también incorpora técnicas de relajación y mindfulness adaptadas a las personas mayores. "También habrá una parte del taller donde haremos ejercicios de relajación, ya sea a través de meditaciones guiadas o de la percepción del silencio", explica la monitora.  

El envejecimiento va acompañado de una serie de cambios fisiológicos que pueden generar ansiedad, insomnio y tensiones musculares. Incorporar estrategias de relajación ayuda a mejorar la calidad del sueño, reducir la presión arterial y fomentar un estado de bienestar general. Además, el taller plantea la actividad desde una perspectiva lúdica, promoviendo la idea de que el juego no es exclusivo de la infancia. Solsona explica que "se buscará que la gente mayor tenga esta cosa de volver a ser niños un ratito. Porque jugar es fundamental, sin importar la edad que tengas". 

"Las personas mayores que son más vitales son las que se han cuidado más a nivel físico. Muchas veces, el deterioro viene porque han trabajado toda su vida y, al llegar a cierta edad, dejan de poner atención a su cuerpo. Y cuando el cuerpo se apaga, se va apagando todo", reflexiona Solsona. Por ello, iniciativas como este taller buscan romper con la idea de que el envejecimiento está ligado a la inactividad. Mantener el cuerpo en movimiento, estimular la mente y fomentar la creatividad son estrategias clave para un envejecimiento activo y saludable. 

Magdalena Solsona cuenta con una trayectoria profesional vinculada a la educación no formal y al trabajo con distintos grupos de edad. Recientemente, su labor en residencias de personas mayores la llevó a reflexionar sobre el impacto positivo del arte en la tercera edad. "Al trabajar con personas mayores he visto el potencial que hay detrás del arte, del cuerpo, del movimiento y de la voz. Desde ahí, podemos potenciar la creatividad y mejorar la calidad de vida de las personas", explica.  

A lo largo de su carrera, ha desarrollado talleres de teatro, música y expresión corporal tanto para niños como para adultos, siempre con un enfoque que combina la creatividad con el bienestar.  "Toco la guitarra, canto y siempre he estado vinculada al mundo artístico. Me apetecía compartir desde ahí, desde la creatividad y la conexión con el cuerpo", concluye.  

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