Patrimonio en riesgo: Valdebárzana alerta del deterioro de su iglesia románica y reclama una intervención "urgente"

El templo, a punto de cumplir 836 años, presenta problemas de goteras y humedades: "Da pena verlo así"

Monte Naredo y Rocío Campos, ante la iglesia.

Monte Naredo y Rocío Campos, ante la iglesia.

José A. Ordóñez

José A. Ordóñez

Valdebárcena (Villaviciosa)

Transcurridos casi 836 años desde que el obispo Rodrigo presidiera el solemne acto de consagración, un ya lejano primer domingo de agosto de 1189, los vecinos de la parroquia maliayesa de Valdebárcena encienden la alerta roja ante el grave deterioro que sufre su iglesia de San Andrés, una de las grandes joyas del románico rural de la región. La incuria a la que se ha visto sometido el templo desde que en 1985 se llevara a cabo la última intervención para su conservación, está pasando factura y amenaza con generar daños irreversibles. «La cubierta está mal, con muchas goteras; hay problemas de humedad, especialmente graves en unas de las cabeceras, y la inestabilidad del suelo del interior supone un peligro, sobre todo para la gente mayor», relata Montse Naredo, presidenta de la Asociación Vecinal San Andrés de Valdebárcena.

La inscripción fundacional.

La inscripción fundacional. / J. A. O.

Naredo coincide con Rocío Campos, vicepresidenta del colectivo vecinal y edil socialista del Ayuntamiento de Villaviciosa, en la «necesidad» de actuar «cuanto antes» en un templo que, además de una indudable relevancia artística e histórica, también tiene un enorme valor sentimental para la parroquia. «Es nuestra iglesia de toda la vida y da verdadera pena verla así», subraya Campos, que también saca a colación durante la visita la mala imagen que pueden llevarse los turistas, especialmente los del «autobús del Románico» que fleta todos los veranos la Fundación Cardín para descubrir la notabilísima colección de iglesias de ese periodo que atesora el concejo maliayés.

El alcalde, Alejandro Vega, lleva tiempo alertando de la necesidad de actuar en San Andrés de Valdebárcena para detener su deterioro y asegurar una correcta conservación. Es más, para el regidor se trata de la «prioridad» en materia de protección patrimonial, una vez que se han ejecutado ya las obras de rehabilitación de la también románica iglesia de Santa Eulalia de La Lloraza. «Hay un proyecto hecho y la inversión andaría por los 300.000 euros, así que a ver si en los próximos presupuestos del Principado hay dinero para actuar, porque hace mucha falta», abundan Naredo y Campos sobre la solución para un templo en el que se oficia misa cada quince días y que acoge los funerales por los fallecidos de la parroquia.

Las humedades de la iglesia.

Las humedades de la iglesia. / J. A. O.

El hecho de que tenga la catalogación de Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural (BIC) impide que desde la asociación vecinal se puedan ir llevando a cabo mejoras en la iglesia. «No podemos tocar nada», lamenta Naredo, que también llama la atención sobre la «ruina total» de la cercana «casa del cura», antiguo edificio dotado de hórreo que pertenece al Arzobispado y que se encuentra en un estado de absoluto abandono. «Ni miran para él, cuando podría prestar un buen servicio al pueblo», afirma la presidenta del colectivo vecinal.

La "casa del cura".

La "casa del cura". / J. A. O.

San Andrés de Valdebárcena conserva buena parte de su fábrica original y la lápida de consagración. Los relieves ornamentales con motivos vegetales, animales y musicales son únicos en el Románico maliayés y destacan en una edificación con más de 800 años de historia cultural y espiritual de unos vecinos que claman por su rehabilitación.

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