Con aplausos, vítores, una bandera asturiana y hasta confeti. Así recibieron esta mañana los familiares de los integrantes de la Banda de Gaitas "Villa de Xixón" a la formación, recién llegada de Nueva York tras alzarse con el premio a la mejor banda extranjera en el desfile de San Patricio, que transcurría por la Quinta Avenida. "Era lo que buscábamos, poner a Asturias en la Gran Manzana", comentaba José Luis García, director de la agrupación.
Hacia las diez de la mañana, las chaquetas rojas (y las maletas) empezaron a asomar por el autobús frente a la escuela donde ensaya la banda, en la calle Severo Ochoa, en Pumarín. Allí, un grupo de familiares aguardaba la aparición de los héroes gijoneses. Con nervios estaba Miguel García, padre de Paula y Celia, de 19 y 15 años, respectivamente, y componentes del grupo. "Estamos con una ilusión que es normal, nos compartieron que la experiencia fue brutal", indicó García, que mostró su "orgullo" de padre y reivindicó el esfuerzo que conllevó toda la preparación para la gran cita. "Fueron muchas horas y ensayos, muchos pasacalles y fiestas con su música", subrayó. Gaita en mano, Paula García puso la primera nota musical nada bajar del bus, despertando la ovación de los presentes.
"Estamos muy contentos, nos gratifica que tanto trabajo se vea recompensado", señaló José Luis García, que encomió el "compañerismo" de la expedición, de 75 personas. En el desfile tomaron parte 48 músicos y seis abanderados. Sonaron canciones como "El otro Finisterre" o "El Pichón". "Otras bandas, como escocesas o irlandesas, tenían el mismo patrón, y nosotros jugamos con el ritmo ternario y modos menores", explicó el director de la formación gijonesa, que afirmó que la organización destacó la "alegría" de las piezas interpretadas. Una alegría que bien mereció un reconocimiento que coronó el viaje.