Giro adulto

Maria Hein: "Pienso en el fin del mundo, porque nos estamos cargando el planeta a nivel tanto moral como biológico"

La cantante mallorquina publica este viernes su tercer álbum, ‘Katana’, en el que deja atrás su imagen más inocente en un cancionero tendente a la oscuridad, simbolizado por el sable tradicional japonés: “elegante y letal, un poco como soy yo”

La artista mallorquina Maria Hein, el pasado 26 de marzo antes de la entrevista con EL PERIÓDICO.

La artista mallorquina Maria Hein, el pasado 26 de marzo antes de la entrevista con EL PERIÓDICO. / Macarena Pérez

Jordi Bianciotto

Barcelona

En este tercer álbum de Maria Hein flotan los temas nucleares de su imaginario, el amor y el desamor, pero cobrando un cariz distinto. ‘Katana’ acoge sombras y violencias, y se huele la sangre en la propia canción titular, en torno a esa imagen del sable tradicional japonés, propio de los samuráis. ¿Una nueva Maria Hein llama a la puerta? “Quería dejar atrás esa imagen de una Maria inocente, dulce, niña, y pasar a hacer algo más adulto, en letras y en sonidos”, explica la cantante y compositora de Felanitx, vecina de Barcelona desde 2021. 

Concierto de Maria Hein durante la primera jornada del Primavera Sound 2024.

Concierto de Maria Hein durante la primera jornada del Primavera Sound 2024. / Ferran Sendra

La evolución es muy perceptible, porque veníamos de un par de sencillos (‘Hana’ y ‘Mochi de sakura’, publicados hace un año) bañados en una estética k-pop con ciertos ecos infantiles. Ahora, buscando pistas que la ayudaran a definirse “al 100%”, Maria Hein, que en octubre cumplió 21 años, mira más al Japón, un guiño a su padre, que cuando era pequeña la animó a practicar judo y que tenía en casa dos hermosos ejemplares de catana. “Un arma preciosa. Quería que fuese el símbolo del disco, porque es a la vez elegante y letal, peligroso. Yo soy un poco así, tengo esas dos caras, sobria y con mucho carácter. ¡Pero que nadie piense que soy una bruja!”, ríe. “Un poco rencorosa sí que soy, y eso sale el disco, transformado en venganza, pero de un modo metafórico”. Ese “kill, kill”, un ‘tag’ que salpica algunas canciones (inspirado en el filme ‘Kill Bill’), apunta a “matar los recuerdos, el pasado”. 

Alianza con Mushka

Ha trabajado esta vez con siete productores, jugando con los extremos. Figuras reconocidas del entorno urbano como Kabasaki, Bexnil y Roots conviven con Joan Lupi y Camil Arcarazo, músicos de ascendiente jazz. “He juntado polos opuestos en muchas partes del disco. Y en medio están Sr. Chen y Jovedry”, explica. En tres temas aparece, como coautora, Mushka, de quien destaca sobre todo “su lenguaje muy interesante como letrista”. 

‘Katana’ despliega un cancionero envolvente, con un halo onírico en roce con la sensualidad y el misterio, a través de ‘beats’ minimalistas y sugerentes dinámicas melódicas. Sintonía con el Japón en los videos de ‘Nonadas’, grabado en la jungla de neones callejeros de Tokio, y de ‘Ninja’, el nuevo, donde vemos a Maria Hein en la habitación de un ‘ryokan’. “Cuenta la historia de amor imposible con un ninja, que se pasa la vida matando gente. No te gusta lo que hace, pero aun así no puedes evitar que te guste esa persona”. 

Si algo ha distinguido siempre a Maria Hein es su registro vocal, un ingrediente que en el actual pop urbano suele resaltarse poco, enmascarándolo con efectos de producción. “Mucha gente me dice: ‘aprovecha esta voz que tienes, que no siempre se aprecia en tus canciones’”, explica. Ahí está ‘De nit’, pieza casi ‘a cappella’, donde se aprecia su distinguible melisma mediterráneo, como en la adaptación de ‘Alenar’, de Maria del Mar Bonet. “Ella es mi primer referente. También Rosalía, Sílvia Pérez Cruz, Rita Payés, Maria Arnal… Esas mujeres cantantes han hecho que yo tenga esta forma de cantar”. 

Rumbo al juicio final

Donde más se luce su poderío vocal es la que culmina el álbum y completa el recorrido hacia la oscuridad: nada menos que una adaptación del ‘Cant de la Sibil·la’. Un fragmento de cinco minutos y medio de este drama litúrgico medieval, conservado en Mallorca a lo largo de los siglos pese a las prohibiciones por su carácter pagano. Ella lo canta desde los nueve años. “La ‘Sibil·la’ forma parte de mí, de mis raíces, de Mallorca y de los Països Catalans. Ella es una mujer poderosa que canta con una espada, que es como una catana, así que vi mucho sentido a incluirlo en el álbum”, explica. La pieza dialoga con la que abre el disco, ‘El jorn final’, con su avistamiento del fin del mundo.

Ahí, la violencia ya no es metafórica. La elección de este tema, ¿tiene algo de reflejo de estos tiempos en que nos amenazan epidemias y conflictos bélicos? “Sí, yo pienso en el fin del mundo. Más que nada, porque nos estamos cargando el planeta en todos los sentidos, a nivel moral y biológico. La toxicidad de las redes, las guerras, el calentamiento global…”, reflexiona. “Mi madre y mi abuela me hablan de su juventud y, aunque hubiera el franquismo, todo era mucho más fácil, más básico. Yo no quiero tener hijos, ni llegar a ser abuela, si sé que el mundo va a seguir así”. A la espera de que se tuerzan tan siniestros presagios, Maria Hein se prepara para una larga gira que, en Barcelona, recalara de entrada en el Cruïlla, el 9 de julio. “Me apetece mucho. Y de cara otoño a haremos salas, e iré por primera vez a Madrid”.

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