El viaje de incógnito de Paunovic al Carlos Tartiere: "¡A mí dame a Sibo!"

El técnico siguió en directo el Oviedo-Granada de la primera vuelta en el municipal ovetense

Paunovic

Paunovic / efe

Nacho Azparren

Nacho Azparren

Abrigado por las gradas del Tartiere y en compañía de Claudio Arzeno (su segundo) y de algunos amigos ovetenses, Veljko Paunovic siguió el pasado 14 de diciembre en directo el Oviedo-Granada, duelo estrella de la jornada en Segunda. El serbio aún dirigía por aquel entonces a Tigres, en México, en pleno parón de la competición, y buscaba futbolistas interesantes que reclutar para la Liga azteca. Le habían hablado de la competitividad de Colombatto, de la chispa de Hassan, del desparpajo de Chaira… Y allí, en su vieja casa, se presentó para tomar notas. Tras el choque, victoria seria del Oviedo 2-0, y ya en la cena, le preguntaron a Paunovic si alguno de esos nombres subrayados de antemano le habían convencido. "¡A mí dame a Sibo!", dicen que comentó espontáneamente el nuevo entrenador del Oviedo.

Su fijación por el centrocampista, al que no conocía hasta aquella noche, tiene mucho que ver con su idea futbolística. Los que le han visto trabajar, destacan de Paunovic el carácter ofensivo de sus equipos, ese gusto por los extremos abiertos y el balón, pero no de una forma monótona, sino buscando la verticalidad. Pero, por encima de todo, señalan que le gusta que sus equipos tengan ritmo, se muestren activos. Y ahí Sibo, aunque no sea un fino estilista, siempre aporta revoluciones a la jugada.

De hecho, cuentan los presentes aquella noche,que a Paunovic le gustó el Oviedo de Calleja ante el Granada, en una de las actuaciones más convincentes de la temporada, pero también echó en falta algo más de ritmo en la propuesta.

Y será, seguramente, su gran misión en este Oviedo al que el último mes se le ha hecho bola. No será sencillo para Paunovic imponer su estilo de primeras, pues solo contará con tres sesiones antes del estreno, el domingo(16.15 horas) ante el Málaga.

El serbio es consciente de ello y por eso tratará de primeras de dirigirse a lo emocional, de hacer crecer al equipo en confianza. Cuando un técnico asume el cargo a mitad de temporada, la primera misión siempre es limpiar las cabezas para que las piernas empiecen a funcionar.

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