¿Cómo debe defenderse el mundo de un subastero?

El mundo ya tiene el temario del gran examen al que le va a someter Donald Trump durante su segunda presidencia: aranceles universales del 10%, del 20% a la UE, del 34% a China y del 25% para los automóviles, entre una larga lista de nuevos gravámenes. Aquí la lista completa. En términos comerciales, Estados Unidos volverá el próximo sábado a la situación de 1930. ¿Cómo responder? Si fuera un ataque convencional en una guerra comercial convencional la respuesta sería subir la apuesta. Pero, la UE y el resto del mundo se enfrentan a un subastero que busca esta reacción compulsiva para tener la ventaja en la negociación. El arte de las subastas consiste en saber en qué precio pararán los otros que pujan. Y los subasteros son los especialistas en amedrentrar a los demás para sacar el mejor precio, sin importarles nada ni nadie. El reto es determinar hasta qué porcentaje está dispuesto a ceder Trump. No es fácil, hay miles de millones en juego, 21.000 solo para España. Pero jugar con el tiempo es la mejor baza. El subastero basa en parte su éxito en el efecto sorpresa, en tener la iniciativa, aparentando que no está asumiendo riesgo alguno y que son los demás los que se la juegan. Por eso hay que poner en evidencia que Trump también tiene riesgo y él es quien tiene prisa en esta puja. ¿Está dispuesto a aguantar unos meses con un arancel del 20% a la UE si el porcentaje real al que querría llegar es el 5? Esa es la baza que tiene la UE y la que parece que está jugando China.

La fiesta del llamado "día de la liberación" quedó algo empañada por los rumores de una salida inminente del gobierno de Trump de uno de sus emblemas: Ellon Musk. Se anticipa un "día de la implosión" en el que las fuerzas contradictorias que sustentan la coalición negativa que ocupa hoy la Casa Blanca empiecen a huir de las consecuencias del modo de hacer del subastero. Musk igual pensaba conseguir muchas ventajas del gobierno de Trump, pero, de momento, uno de sus negocios principales, Tesla, pierde cuota de mercado y valor en bolsa por el coste de oportunidad de los faroles de Trump. Ese es el camino. El tiempo va contra Trump y a favor del resto del mundo. Lo importante en no caer en la provocación y doblar la apuesta. Como decía el concurso de la televisión de los 90, el tiempo es oro.

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