Opinión | Lo que hay que oír

Los amigos ya están hechos

Argayos y socavones en las normas ortográficas

Ni me río de la gente que habla o escribe fuera de las reglas que nos hemos dado nosotros mismos (no voy contra la persona), ni creo que las normas ortográficas y gramaticales sean palabra de Dios (se han cambiado, se seguirán cambiando). Pero, de momento, son las que son y no veo por qué no deba rechinarme un pelín y protestarlo aquí el que pasito a pasito me llenen de argayos y socavones quienes más deberían preocuparse por trazar el recto camino (o sea, los profesionales de la lengua). Nunca existió un tiempo en el que más fácil fuera acceder al buen decir. Nunca existió un tiempo en el que más orgulloso estuviese el analfabeto funcional de su ignorancia. Dicho lo cual... les invito a unas sonrisas.

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Hay que ver cómo están las plazas de aparcamiento en la capital asturiana. No por escasas, no por incómodas, no por abundantes... Por agresivas. Están como están por agresivas. Lean conmigo: "Trifulca en un garaje de Oviedo: un hombre de 77 años, grave en el HUCA tras ser golpeado por una plaza de aparcamiento". Enunciada así la cosa, el hombre entró en el parquin y debió de disgustar a una de las plazas de aparcamiento, la cual (o la cuala) se fue a por él y lo golpeó. Cómo escribimos algunos de ustedes.

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Una diputada sostiene que la quita "supondrá un alivio para la economía, pero no podemos alzar las campanas al vuelo con este anuncio". Y un servidor espera que nunca su señoría se vea forzada a "alzar" las campanas. En todo caso, que las "eche" al vuelo o a vuelo (o sea, que celebre con júbilo la liberación de la deuda), pues las campanas pesan como campanas y a ver si nos da un disgusto al andar alzándolas.

Nunca existió un tiempo en el que más orgulloso estuviese el analfabeto funcional de su ignorancia

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"Detenidos con dos kilos de coca cuatro narcos gallegos en un operativo con la policía". Al pie de la letra, quiere decir el parrafito que el cuerpo encargado de velar por el mantenimiento del orden público y la seguridad de los ciudadanos (la policía) se empeña ahora en disponer operativos (en organizarse para actuar) en alegre relación coadyuvante "con" (en la preposición está la madre del cordero) los malos. Pues vaya por Dios. ¿No hubiese sido más justo, real, cierto, veraz y verdadero tirar de la partícula "de", y dejar la cosa "en un operativo de la policía"?

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Qué tema más delicado, diría un cursi. Sánchez, Ayuso, sus jueces y sus partes. Tan delicado que un probo escribidor no sabe o no quiere o no puede titular bien y nos solmena lo siguiente: "El PP cita a Sánchez en la comisión sobre su mujer, pero no irá". Mi pregunta de lector: ¿Quién no irá? ¿El PP, Sánchez, su esposa acaso? Y sigo con enigmas del Madrid político: "El novio de Ayuso se querellará contra Sánchez en el Supremo tras no acudir a la conciliación". Y vuelvo a preguntar como lector: ¿Quién de los dos no acudió? ¿No acudió el novio de Ayuso (se llama, por cierto Alberto González Amador: ¿valdría llamarlo González?) ¿No acudió Sánchez? Ay, las antonomasias; ay las malas redacciones; ay, si me hubieran tenido los redactores esos de profe de Lengua.

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Termino con una repentización espléndida. Uno de mis nietos (doce años) me telefonea para informarme de que se acaba de apuntar a un campamento. En plan abuelazón, me falta tiempo para deshacerme en alabanzas sobre las bondades de la vida al aire libre, el senderismo, el deporte, la dulce disciplina grupal, la escalada, el deporte vario y variado, el compañerismo, la canción fraternal... y demás mentirijillas encomiásticas. "Además, así podrás hacer amigos", le añado por si dudase. Y ahí va mi muchacho con una corrección que me parte por el eje: "No, los amigos ya están hechos. A lo que voy es a pasarlo bien". Como tiene toda la razón, pues punto en boca.

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