Segunda vuelta

Daniel Noboa es reelegido presidente de Ecuador con un amplio margen y su rival Luisa González denuncia "fraude"

Escrutado más del 90% del padrón electoral, la ventaja de casi 12 puntos es irremontable, según el Consejo Nacional Electoral

"¡Noboa presidente!", gritan seguidores del gobernante de Ecuador para festejar su reelección

"¡Noboa presidente!", gritan seguidores del gobernante de Ecuador para festejar su reelección

Abel Gilbert

Abel Gilbert

Buenos Aires

Dabiel Noboa fue proclamado este domingo presidente reelecto de Ecuador por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Obtuvo un sorprendente 55,85% de los sufragios, con el 93% del padrón electoral escrutado. Su rival, Luisa González, consechó casi el 44,15% de las voluntades. Pero la candidata opositora desconoció el resultado oficial. "Me niego a creer que exista un pueblo que prefiera la mentira a la verdad. Es por eso que nosotros, todos los que nos unimos en contra de la violencia, vamos a pedir el recuento y que se abran las urnas", dijo la aspirante del partido del expresidente exiliado Rafael Correa, mientras los simpatizantes de Noboa salían a las calles de Quito y Guayaquil para festejar. González recordó que Noboa nunca pidió licencia como presidente (en Ecuador, el presidente debe traspasar el poder durante la campaña) para competir de igual a igual y "usó a las autoridades del CNE para hacer lo que se diera la gana". Lo más problemático, en su opinión, fue la declaración del "estado de excepción" a pocas horas de los comicios, alegando un aumento de la violencia urbana. "Por qué, para qué, para garantizar el más grotesco fraude electoral que estamos presenciando los ecuatorianos".

El CNE rechazó la denuncia de González. "La democracia se fortalece cuando se respeta la voz del pueblo, y esa voz se ha escuchado con claridad", dijo y destacó el "correcto funcionamiento" de la maquinaria. Noboa esperó ese mensaje para presentarse ante la sociedad como vencedor. "No queda ninguna duda quién ha sido el ganador. Todos han dado su corazón para lograr la paz, la justicia y el progreso", dijo, y recordó que su campaña esta vez no solo fue digital. "Fuimos a los lugares más descuidados para dar una ilusión".

Según el hijo del magnate bananero, Álvaro Noboa, no solo la gente "muy joven" decidió votarlo, sino "mucho adulto mayor que se puso la camiseta de Ecuador con un compromiso y un patriotismo que nunca había visto". Indiferente a las reclamaciones del correísmo, a las que pasó por alto con inequívoco desdén, el presidente aseguró que "Ecuador está cambiando" y "ha escogido un camino diferente". Las futuras generaciones, prometió, como si todavía estuviera en campaña, "tendrán una vida más justa y un Gobierno más transparente". El país, remarcó, "quiere ser diferente" y no está dispuesto a "regresar al pasado". Noboa reconoció que "no es un camino fácil" aunque sí posible gracias "a los que creyeron en este joven presidente en los tiempos más difíciles". A mediados de mayo inicia su segundo mandato.

Euforia y desconfianza

"Ninguna encuesta dio una diferencia como la que estamos viendo hoy en el CNE", dijo una apesadumbrada González. Los sondeos habían pronosticado una fuerte paridad en lo que se presentaba como las elecciones más reñidas de la historia política de ese país. Para el oficialismo, los consultores se equivocaron, una vez más. La rival habló de trampa. "Quiero ser muy clara, la revolución siempre ha reconocido una derrota cuando así lo demostraron las estadísticas". No hizo mención a pruebas que avalaran su acusación.

Rafael Correa, líder de la Revolución Ciudadana y padrino de González, tampoco se demoró en expresar su desacuerdo con las cifras oficiales. "Todos saben que estos resultados son imposibles. Sacamos el mismo 44% de la primera vuelta. Estos mafiosos hubiesen podido disimular un poquito má", dijo el expresidente. Los cortes de energía y desastres naturales provocaron un profundo enojo en la sociedad. El fracaso en los hechos de la estrategia de seguridad no hizo más que profundizar el temor ciudadano. Esos factores habían mejorado sustancialmente la competitividad de González en el primer turno de febrero. Los problemas siguen estando en el centro de las inquietudes colectivas. Sin embargo, no se tradujeron en el esperado "voto de castigo" contra Noboa. González había sumado para esta confrontación al movimiento indígena, sectores de la izquierda independiente y hasta del centro derecha. Esa sumatoria no se ha traducido en sufragios. Las cifras del CNE sumieron al correísmo en un mar de perplejidad que con el correr de las horas devino indignación y una voluntad de impugar la victoria de Noboa.

Gobernabilidad y efecto regional

El correísmo creía estar palpitando un cambio de ciclo político. Esa confianza se apoyaba en su inédita alianza electoral con el movimiento indígena y otros sectores a ambos lados del arco ideológico. Los pueblos originarios desoyeron a sus líderes y no avalaron el pacto. La analista Sofía Cordero expresó su sorpresa por el tenor de la denuncia de González, habida cuenta de que la ventaja de Noboa es de más de un millón de votos. Por lo pronto, su discurso anuncia tiempos de una absoluta intransigencia que, se estima, no se expresará en la calle sino en el Congreso, donde Revolución Ciudadana tiene 67 curules (escaños), uno más que el oficialismo.

La victoria de Noboa no está disociada de los reacomodamientos políticos regionales en relación con los cambios en la Casa Blanca desde el 20 de enero de 2025. El presidente decidió alinearse de manera automática con la Administración de Donald Trump. Junto con el argentino Javier Milei y el salvadoreño Nayib Bukele expresará las ideas más cercanas a Washington. Esa proximidad no le garantiza inversiones norteamericanas ni una salida de la recesión que ha afectado a ese país que no se encuentra indemne a la "guerra comercial" lanzada por el multimillonario republicano ni a su política de deportaciones compulsivas.

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