Opinión

Trompas de caza del depredador

Ante el anuncio de la "recuperación" de un mínimo arroyo de nombre Pisón me entra un escalofrío, visto lo ocurrido a media docena de grandes árboles talados sin piedad en su breve ribera. Las excusas tienen su argot: "limpieza de cauce", "regeneración", "eliminación de plantas invasoras", "renaturalización", etc. Un recoleto paisaje que estaba ya en una acuarela de Evaristo Valle de 1912 ("El capellán D. José María Valdés") y pese a todo había sobrevivido. ¿Qué será de sus patos, ahora en la cría, de alguna focha, de la garcilla que hacía vida fuera de bandada, del estridente ruiseñor bastardo que saluda al paseante, del martín pescador del que hablé un día? ¿Quién vela por ellos, no teniendo voto? Entrarán las máquinas, harán limpieza étnica, vaciarán lo que había y dejarán un cauce artificial pulcro y sin vida. Avecillas del Señor, ¿cuándo será vuestra semana de pasión?

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents