Conflicto en Oriente Próximo

Turquía aspira a relevar a EEUU en la lucha contra un débil Estado Islámico en Siria que busca resurgir de sus cenizas

El país anatolio, que espera tener mucha influencia sobre la nueva Administración siria, anuncia una coalición regional para sustituir la presencia norteamericana en el país árabe

Familiares de combatientes de Estado Islámico, en el campo de Al Hol, en Siria.

Familiares de combatientes de Estado Islámico, en el campo de Al Hol, en Siria. / CAROL GUZY / CONTACTO / EUROPA PRESS

Adrià Rocha Cutiller

Adrià Rocha Cutiller

Estambul

La imagen, publicada por el Ministerio del Interior sirio, era una demostración al mundo: cuatro hombres esposados capturados en las afueras de Damasco. Tras ellos, como prueba, varios teléfonos, dos rifles de asalto, tres paquetes de explosivos y varias granadas de mano. Los detenidos —su captura ocurrió a mediados de enero— eran miembros del Estado Islámico (EI) en Siria, y su detención ocurrió gracias a algo nuevo, la comunicación y coordinación entre la nueva Administración siria y Estados Unidos, que oficialmente no reconoce a los nuevos amos de Damasco ni estar tratando con ellos; aunque sí lo haga. 

Desde entonces, este tipo de operaciones contra el grupo —en coordinación con Washington— han continuado. Desde la caída en diciembre del año pasado del régimen de Asad, el EI en Siria es más débil que nunca. 

"En 2024, el EI vivió un resurgimiento en Siria, y condujo una media de 60 ataques al mes. Pero desde la caída de Asad, la media está en 12 ataques", explica Charles Lister, experto en Siria del think tank Middle East Institute. "Hay varias razones que explican este cambio, como la creciente coordinación entre EEUU y Damasco. Pero esta nueva dinámica resultará fugaz si la nueva realidad de Siria no se gestiona bien. La derrota total del EI solo se logrará si la transición de Siria tiene éxito: con la formación de un gobierno que represente la diversidad del país; con una economía que pueda respirar y deje atrás las sanciones internacionales y con inversión extranjera, reconstrucción y rehabilitación del país. Si esto no ocurre, el EI puede renovarse y crecer de nuevo", añade.

Campos y prisiones

De todo ello, sin duda, el gran interrogante es el futuro de los campos del EI en el este de Siria, Al Hol y Al Roj, donde en la actualidad viven encerrados cerca de 10.000 hombres acusados a ser combatientes del grupo yihadista y 40.000 mujeres y niños. Todos ellos fueron capturados por las milicias kurdosirias durante las últimas batallas contra el EI, en 2019.

Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), la coalición del este sirio liderada por las milicias kurdosirias, anunció el mes pasado un acuerdo para su disolución e integración en la nueva Administración siria a finales de este 2025. El futuro de estos campos —y de los cerca de 2.000 soldados estadounidenses que protegen aún a las FDS— está completamente en el aire. 

"La situación en estos campos no es sostenible. Las FDS han gestionado estos lugares pobremente, y estos campos pueden acabar sirviendo como lugares de gestación de las próximas generaciones del EI. Necesitamos rehabilitación, reintegración y desradicalización, y más importante, justicia", apunta Ömer Özkizilcik, investigador asociado del think tank estadounidense Atlantic Council

"Pero esa no es la única amenaza que genera el EI. El grupo tiene aún presencia en las zonas del desierto sirio, y allí la lucha contra el EI no es posible sin inteligencia y vigilancia aérea. El Ejército sirio no tiene la capacidad de hacerlo. Por ello Turquía busca ahora rellenar este agujero, y enviar drones y cazas de combate en la zona, para proporcionar apoyo aéreo y vigilancia en la región", continúa el experto turco.

Un nuevo patrón

Turquía lo anunció la semana pasada: Ankara liderará una nueva coalición regional formada por Turquía, Irak, el Líbano, Jordania y la propia Siria para capitanear a partir de ahora la lucha contra el EI en Siria y quitar ese rol a EEUU y su anterior Coalición Interncional, conformada sobre todo por países de la OTAN.

Turquía, con la caída de Asad y la llegada al poder de los antiguos milicianos rebeldes sirios, se ha convertido en el gran nuevo patrón de su país vecino. "Turquía lidera esta nueva coalición regional porque, uno, ve al EI como a una amenaza obvia a su seguridad nacional. Pero sobre todo, Turquía quiere que EEUU salga de Siria y abandone las FDS. Para ello, Turquía debe convencer a Washington de que hay otra fuerza capaz de tratar con el EI. [El presidente turco, Recep Tayyip] Erdogan básicamente le propone a Trump: 'sal de Siria, que nosotros nos encargamos'", explica Özkizilcik.

La estrategia parece estar funcionando. Trump, en varias declaraciones a la prensa, ha alabado el papel de Turquía en la derrota del régimen de Asad. Medios israelís, citando fuentes de su propio Gobierno, aseguran que Washington ha confirmado a Tel Aviv, el gran aliado de EEUU en Oriente Próximo, que los estadounidenses empezarán a marcharse del país sirio en los próximos meses. 

"Con la caída de Assad y el apoyo regional a la nueva Siria, la necesidad de una presencia militar estadounidense sobre el terreno para contrarrestar al EI se ha reducido significativamente —dice Lister—. Sin embargo, una retirada prematura sería un grave error. Estados Unidos tiene una oportunidad ahora para golpear al EI irreversiblemente".

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