De barrios a parroquias: un recorrido por las necesidades del concejo

Cimavilla, la reivindicación de un barrio como "lugar para vivir"

Políticas que eviten una turistificación masiva, mejoras en movilidad y en zonas verdes y más seguridad ciudadana, entre las peticiones

Cimavilla

Sergio Álvarez, presidente de la asociación vecinal "Gigia" de Cimavilla, tiene clara una premisa: el barrio Alto de Gijón no debe verse como un "producto", sino como "un lugar para vivir". Una reivindicación extendida entre los residentes, que piden huir de la "turistificación" para impulsar medidas que repercutan en, al fin y al cabo, los vecinos de todo el año, y no únicamente en quienes pasan en Cimavilla unos días o semanas. Incentivar la oferta de vivienda de alquiler para residir, una mayor seguridad ciudadana, mejoras en los servicios públicos y en zonas verdes o instalaciones deportivas figuran en una lista de peticiones que el colectivo vecinal aborda con mucho mimo en sus procesos participativos y que, recalcan, "no son nuevas".

Unos 2.700 habitantes están censados en Cimavilla, apunta Sergio Álvarez, que insta a bloquear la concesión de licencias de pisos turísticos y a controlar y sancionar las viviendas ilegales de esta tipología. Y también reclama que Vipasa "empiece a arreglar" las viviendas que gestiona. Mejorar la accesibilidad y movilidad es otra de las prioridades. Precisamente están en marcha las obras de la plataforma única, las cuales han provocado la pérdida de aparcamientos. "Exigimos que hubiese un plan B, que diesen alternativas, pero quedamos relegados", sostiene Sergio Álvarez, mientras Eva Abad, la tesorera de la asociación, ratifica esa sensación asintiendo con la cabeza. "Hay una guerra diaria aquí para encontrar aparcamiento", declara Abad. Lo hace desde la Casa del Chino, el local social y punto de reunión multifuncional de los vecinos.

El ingente ocio nocturno de Cimavilla también trae de cabeza a sus residentes, que reivindican una mayor seguridad policial y que se garantice el derecho al descanso. "La conciliación con el ocio nocturno es un problema histórico", asevera Sergio Álvarez, que también insta a erradicar el vandalismo. Las pintadas están a la orden del día en el casco histórico gijonés, con las consecuencias que su limpieza conlleva para las arcas municipales.

Impulsar los servicios públicos tampoco falta en la ristra de reivindicaciones, con el deseo de mejoras en los equipamientos educativos, como el colegio Honesto Batalón, o la demanda de un consultorio de proximidad, pues el centro de salud de Puerta de la Villa es el más cercano para los vecinos. Y, claro: no hay transporte público que conecte Cimavilla con el resto de la ciudad. La situación se agrava porque hay muchos mayores viviendo en el barrio. "Ya que está de moda ‘El 47’ por los Goya a ver si nos ponen la línea 47", bromea Lorena Menéndez, vocal de la asociación "Gigia". "Es un barrio complicado para moverse si no es andando", afirma Patricia Sánchez, otra vocal de la entidad.

También piden en Cimavilla que las políticas culturales "no vayan ligadas al modelo de ocio y turismo", que se diseñen teniendo en cuenta la opinión ciudadana. Tabacalera, en el foco. "Queremos que no sea solo una sala de exposiciones y un museo para crear flujos turísticos", subraya Sergio Álvarez, el líder vecinal de una zona en la que los comercios escasean y los establecimientos hosteleros abundan.

Actuar en las zonas verdes, con el Cerro de Santa Catalina como referencia en este sentido, también sobresale en el conjunto de peticiones, si bien ya está contemplada una partida de 100.000 euros para mejoras en la iluminación. "El Cerro es una posibilidad para uso y disfrute, no solo para que un visitante suba a ver el Elogio del Horizonte", destaca Sergio Álvarez sobre un entorno en el que están en desarrollo los trabajos para la creación de un centro de interpretación en la batería militar alta. Un proyecto del que los vecinos recelan. Sobre el parque infantil, manifiesta Carla Petrelli que "hay cuatro juegos contados" y que, para más inri, las condiciones del espacio no son las mejores. A juicio de Petrelli, el transporte público es primordial en Cimavilla para dotar de "autonomía" a pequeños y mayores.

Existe cierto hartazgo entre los residentes cuando Gijón acoge un gran evento. ¿Por qué? Porque siempre repercute en Cimavilla con "masificación de entradas y salidas" o "cortes constantes de tráfico". "No se debe perjudicar al barrio entero", enfatiza Sergio Álvarez, que insiste en la necesidad de fomentar el mantenimiento del mobiliario urbano, adoquines o baldosas. Y en un plan de actuación en viviendas y solares abandonados, que son un "nidos de ratas", denuncia Lorena Menéndez.

Enrique García acostumbra a pasear con el perro "Roy" por el Cerro. Vecino de la zona de la plaza de la Soledad, no es muy optimista con la implementación del transporte público. "Son calles tan pequeñitas que, en cuanto un coche aparque mal, ya se corta la circulación", proclama García, que lamenta estos "problemas intrínsecos a un casco antiguo". En la calle Artillería está la carnicería Brisamar, cuyo propietario, José Manuel López, afea las "molestias" que ocasionan las obras por la plataforma única. "Está todo levantado, la gente tiene que pasar por la carretera", reprocha López, que reivindica más presencia policial por las noches.

Juan Manuel Bonhome, uno de los "capitanes de la marea" sportinguista e ilustre vecino del barrio Alto, aboga por un "dispensario", por ejemplo, en Tabacalera. "Es de primera necesidad", ahonda su mujer, Charo Miravalles. En la calle Batería vive Rubén Llames, que pone la mirada en la vivienda. "Aquí sale una vivienda y en hora y media ya está vendida", comenta Llames, entrenador del Cimavilla Basket y que pide mejoras en la pista ubicada junto al skatepark. Para él, las decisiones de las administraciones van más enfocadas a contentar al turista que al vecino, perspectiva que urge a cambiar para incentivar que Cimavilla sea, en palabras del presidente vecinal, Sergio Álvarez, un barrio "habitable".

El decálogo de Cimavilla

  1. Ampliar la oferta de vivienda de alquiler para residir y no conceder más licencias de pisos turísticos.
  2. Mejoras en la accesibilidad y movilidad con plataforma única.
  3. Una mayor seguridad ciudadana.
  4. Mejoras en los servicios públicos, como educación y salud.
  5. Políticas culturales que fomenten la participación ciudadana.
  6. Un transporte público que conecte con el resto de Gijón.
  7. Mejoras en las zonas verdes e instalaciones deportivas.
  8. Minimizar el impacto de las obras y de eventos de la ciudad en el barrio.
  9. Impulsar el mantenimiento de adoquines o mobiliario urbano.
  10. Un plan de actuación en viviendas y solares abandonados.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents