Las relaciones exteriores del Reino astur

Francisco Aguado: "Alfonso II eludió el culto extremo a las reliquias, no lo fomentó"

"La influencia visigoda es consustancial al Reino de Asturias, otra cosa es que intentemos negarlo", señaló el médico e historiador

Por la izquierda, Raquel Álvarez, Francisco Aguado y Carmen Casal, ayer, en el Club. | DAVID CABO

Por la izquierda, Raquel Álvarez, Francisco Aguado y Carmen Casal, ayer, en el Club. | DAVID CABO

María José Iglesias

María José Iglesias

Oviedo

"Alfonso II, el Casto, eludió el culto extremo a las reliquias, no lo prohibió, pero tampoco lo fomentó. Su influencia era visigoda y bizantina, pero en ningún caso carolingia". Lo aseguró ayer en el Club LA NUEVA ESPAÑA el médico y especialista en la historia del Reino Astur (718-924), Francisco Avelino Aguado, que negó la conexión entre la monarquía asturiana y el imperio construido por Carlomagno.

"Las crónicas asturianas no dicen nada de Santiago y la arqueología deja claro que Alfonso II no participó en la construcción del templo de Compostela", señaló Aguado, que ofreció una conferencia auspiciada por Tribuna Ciudadana, dedicada a explorar las relaciones y conexiones entre la monarquía asturiana y Bizancio.

Uno de los rasgos del rey Casto, que a juicio de Aguado avalan su preferencia por el mundo visigodo, estriba en su carácter iconómaco, "combatía las imágenes, al igual que visigodos y bizantinos", destacó el autor, entre otros, del libro "San Julián de los Prados y la Asturias iconómaca de Alfonso II el Casto", en el que argumenta la relación del edificio con el arte visigodo.

También resaltó la religiosidad profunda y sincera de Alfonso II: "En la iglesia de San Tirso de Oviedo se conserva una inscripción muy deteriorada que es sin duda, original, en la que el propio rey pide que se rece por su alma, para que se perdonen sus pecados. Era realmente muy creyente y no profesó como monje, para él hubiera sido incompatible con asumir el reinado", explicó, en el transcurso del acto, presentado por la periodista Carmen Casal y Raquel Álvarez, directiva de Tribuna Ciudadana.

"El visigotismo es consustancial al Reino de Asturias, otra cosa es que ahora intentemos negarlo", abundó Aguado. "Santa María del Naranco es un misterio. Solo un edifico que se conserva en Toledo tiene la misma planta, y no presenta rasgos carolingios", señaló. "No existe un referente previo; no es un templo ni una basílica. Es un palacio", sentenció.

En el convulso escenario de los siglos VII y VIII, el Reino de Asturias emergió como un actor fundamental en la resistencia a la expansión islámica, un poder en constante negociación con los grandes imperios de su tiempo: Bizancio y los carolingios.

"El proceso de construcción de alianzas, disputas ideológicas y los choques militares configuraron un paisaje geopolítico multipolar que marcó la historia de estos siglos", aseguró el conferenciante, ante una sala que se llenó para escucharle.

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