Enrique monta cada año una guerra civil para evitar que la Guerra Civil se repita
"Lo que cada año recreamos en Grullos lo estamos viendo en Ucrania"

Julián Rus
Enrique Menéndez, fundador del grupo recreacionista Frente del Nalón. Este creativo publicitario criado en Avilés de familia candamina, de 52 años, es uno de los impulsores del grupo Frente del Nalón, que los próximos días 15 y 16 de septiembre celebrará en Grullos la undécima edición de su recreación de la Guerra Civil en Asturias, una jornada cada año más concurrida. Un centenar de personas, llegadas de toda España, recrean aquellos hechos con una única finalidad: mostrar la crudeza de la guerra para evitar que se repita.
"Todo surgió porque, algunos de los que ahora formamos parte del grupo recreacionista Frente del Nalón, estábamos en Arama, la Asociación para la Recuperación de la Arquitectura Militar Asturiana, que trabajó en toda la zona de La Degollada para la creación del Espacio Histórico Frente del Nalón (rutas señalizadas por las infraestructuras militares que hay en la sierra de Bufarán y El Pedroso del frente de la Guerra Civil entre septiembre de 1936 y octubre de 1937). A partir de ahí, varios miembros de Arama decidimos crear Frente del Nalón para hacer una recreación histórica que fuera un complemento a esas rutas".
"Yo siempre tuve mucho interés por la historia. Primero me interesó la Segunda Guerra Mundial y fui a conocer los campos de batalla. Visité Normandía o la Línea Maginot. Además, mi abuelo materno, José Vega, al que llamaban José de Mingo, sirvió durante la Guerra Civil en el Batallón de Ingenieros número 2 del Ejército de la República, haciendo fortificaciones por el concejo. De hecho, cuando terminó la Guerra, la primera casa que construyó, para vivir en ella, la hizo con ladrillos que fue quitando los nidos de ametralladoras. Había una escasez de material tremenda. Mi abuelo era albañil. Después hizo un montón de casas por Candamo".
"Creamos el grupo en 2011 y la primera recreación fue en 2012. Nosotros valoramos mucho que el Ayuntamiento de Candamo dijera que sí a una idea que en aquel momento era muy difícil de explicar. Imagínate, vas a un ayuntamiento y dices que quieres recrear una cosa tan trágica y con las heridas tan abiertas como la Guerra Civil. Si hubiéramos preguntado en otros cincuenta sitios, en cincuenta sitios nos hubieran dicho que no. Pero en Candamo nos dijeron que sí. Y entendieron su valor didáctico, es lo más importante que nosotros queríamos darle".
"Nos hemos hecho, digamos, un poco talibanes de la recreación. Buscamos el rigor histórico. Buscamos todo lo contrario de lo que muchas veces son las recreaciones, que terminan como fiestas medievales, como festivales de moros y cristianos".
"Recuerdo, el primer año de la recreación en Grullos. Hasta entonces, la única referencia que tenía el público en Asturias era ir a Carabanzo (localidad lenense donde se representaba la guerra de los romanos y los astures) o alguna recreación de los tiempos napoleónicos. Los amigos del grupo recreacionista Frente de Madrid vinieron en el papel de legionarios y el público los insultaba. Era un poco la mentalidad de Carabanzo. Al año siguiente hicimos unos papelinos que entregamos al público explicando lo que era la recreación histórica, que representábamos papeles que tampoco tenían que ver con nuestras ideas. Puedes encontrarte, como es el caso, con un concejal de León de IU que está en Candamo recreando a un falangista. El público lo entendió muy bien. Esto es algo que valoramos mucho: no tenemos críticas de nadie que venga a ver la recreación".
"Cuando empezamos, todavía había gente que había vivido la Guerra. Recuerdo que yo llevaba un abrigo de cuero de la época, que había salido de un anticuario de Llanes, y se me acercó una señora a decirme que aquel abrigo había sido de su abuelo. Se le saltaban las lágrimas. Nos llamaron de la residencia geriátrica y nos acercamos a ver a unos abuelos. Un señor, que había sido herido en el frente, cogió un fusil en las manos y no quería soltarlo. Tenía la mentalidad que era su fusil y él se estaba viendo en aquella época otra vez. Con el paso del tiempo los que van a las recreaciones ya no tienen abuelos que les hayan contado la Guerra. Por eso es tan importante transmitir esa memoria".
"Creo que si, en vez de empezar en 2011, hubiéramos empezado hoy igual no lo podríamos hacer, porque están los ánimos más extremados. Pero, bueno, nosotros somos muy cuidadosos. No se nos ocurre representar una violación o un fusilamiento, por ejemplo. Son cosas que no aportan. Nosotros queremos recrear la vida cotidiana, tanto de los combatientes como de la población civil".
"Para nosotros un recreador, una recreadora, es una persona que estudia un periodo de la historia y, de sus investigaciones, surge la recreación como herramienta divulgativa. Hay gente que nos llega con ideas confusas. Por eso, para que alguien entre al grupo Frente del Nalón está un año y medio o dos años en un estado que llamamos de ‘presocios’. Es muy fácil que te venga el facha que quiere hacer aquí lo que no puede hacer por la calle, o un comunista que quiera tirar piedras a los fachas; o el que viene a disfrazarse porque se jubiló. Como el que se apunta a yoga. No admitimos a todos. De cada diez que se interesan por entrar, normalmente nos quedamos sólo con uno o dos".
"Hay que tener mucho cuidado. Es muy fácil desviarnos y, por conectar con el público, te puedes poner a hacer el tonto. Y lo que para ti es una tontería puede ser muy ofensivo para la persona que te está viendo. Estamos haciendo las recreaciones cerca de lugares donde aún hay enterradas víctimas de la represión. Hay una responsabilidad tremenda. Estamos recreando hechos que siguen muy vivos en las memorias de las familias".
"Lo que cada año recreamos en Grullos lo estamos viendo en la guerra en Ucrania. Pensábamos que eso todo estaba olvidado, que no íbamos a ver más trincheras en Europa, que las guerras iba a ser algo tecnológica. Y nos damos cuenta que no, que las salvajadas y las atrocidades son las mismas. Que siguen los soldados enfangados en las trincheras igual que en la Guerra Civil, igual que en la Primera Guerra Mundial. La historia, claro que se puede volver a repetir. Para eso es muy importante conocerla, aunque sea una frase muy recurrida. La gente tiene que saber que los prados donde ahora hay vacas y gente feliz hubo un tiempo en que eran campos de batalla. Que aquí se estaba viviendo una guerra como la de Ucrania, donde se estaban matando hermanos y donde se estaban violando mujeres. Y que eso pasó aquí. No es una cosa que veas en los videojuegos o en las películas, o a miles de kilómetros. Esto que pasó aquí en tu barrio, en tu pueblo, en Candamo".
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