Relato íntimo sobre la muerte por suicidio
Mara Torres: "Mi hermana quería vivir, su mente se convirtió en su enemiga"
"Todavía hay un estigma y un silencio que rodea al suicidio, que no ayudan ni a las familias ni a quien está sufriendo"
"Si pudiera ir 15 años atrás le preguntaría a Aly: '¿Te está pasando algo que no nos quieras contar?'

Mara Torres, en Barcelona, antes de la entrevista. / Marc Asensio Clupés / EPC
Fidel Masreal
Han pasado más de diez años pero todavía hay mañanas en las que se despierta y no puede parar de llorar. Mara Torres (periodista y escritora de éxito) perdió a su hermana Aly, que murió por suicidio. Tras dudarlo mucho, ha decidido dar a conocer lo vivido, de la mano de textos de Aly, para lanzar un mensaje: nunca subestimemos los indicios. El resultado es el sobrecogedor libro 'Recuérdame bailando", que a los pocos días de ser publicado ya va por una segunda edición.
-¿Por qué decidiste hacer público algo tan íntimo?
-Cuando muere mi hermana por suicidio yo no sabía nada del suicidio. Nada. Me tiré años viendo entrevistas a psiquiatras, documentación de psicólogos, terapeutas... para intentar entender qué había pasado. A los tres o cuatro años me puse a escribir un texto para intentar recomponer los días posteriores a la muerte de mi hermana. Mi mente lo había bloqueado. Y yo recordaba que me había sentido muy cobijada. No quería que eso se me olvidara.
El silencio produce falta de información. A nosotros nos faltó información y a mi hermana también
Empecé a escribir. Nunca me planteé firmarlo. Pero cuando dije a mi editora qué estaba escribiendo y lo leyó, me dijo 'es un material muy potente'. Le contesté que no lo iba a firmar. Y su respuesta fue que esperaría el tiempo que fuera necesario. Cuando encontré el texto de mi hermana ["Frente al espejo"] y decidí incorporarlo, me di cuenta de que si no lo firmaba estaba precisamente entrando en la línea del silencio que es lo que no había ayudado ni a las familias ni había ayudado a mi hermana Aly. El silencio produce falta de información. A nosotros nos faltó información y a mi hermana también.
-Por encima de la intimidad, hay pues una voluntad de romper el silencio, decidida en familia
-Claro. Nosotros nos preguntamos muchas veces qué hubiera sido si no encontramos el texto de mi hermana [un texto autobiográfico que ocupa la mitad del libro de Torres] y no hubiera dejado cartas. El abismo hubiera sido total.
Si no hubiéramos encontrado el texto de mi hermana y las cartas, el abismo hubiera sido total
-Hay una pregunta que supongo que te has hecho millones de veces: '¿Por qué?' ¿Te acabas martirizando si te la haces demasiado?
-Al principio, buscas una causa. Pero yo siempre supe, porque conocíamos muy bien a mi hermana, que no podía haber una única causa porque era una persona querida, una treintañera normal con una vida luminosa, divertida... Me hice esa pregunta: ¿Y si no hay una causa, y si hay varias causas? Lo que nos ha enseñado el libro de mi hermana es que tenía algún problema relacionado con salud mental, porque es algo que viene gestándose desde muy atrás.

Mara Torres. / Marc Asensio Clupés / EPC
-Es importante lo de las causas en plural, porque aparece un intento de suicidio a los 13 años, una medicación que ella tomaba que tenía efectos secundarios, una parte emocional de relaciones con los hombres...
-Piensa que cuando me encuentro con su texto, me doy cuenta de que pone realidad a una teoría: que es muy difícil diagnosticarlo porque no hay una causa, hay muchas causas, hay factores de riesgo.
Me hice esa pregunta: ¿Y si no hay una causa, y si hay varias causas?
Mi hermana muere sin un diagnóstico. Pero cualquiera que lee lo que le pasaba a ella entiende que hay una incapacidad para gestionar la vida. Mi hermana no tenía problemas como para no querer vivir, quería vivir, su mente se convierte en su propia enemiga.
-En el libro hablas de los indicios, seis meses antes, de la importancia de no pasarlos por alto...
-Cuando mi hermana tiene un intento de suicidio a los 13 años, y dice que lo comete porque su mejor amiga le había dejado de hablar, nos dijeron -y no estoy derivando ninguna responsabilidad- que no le diéramos demasiada importancia porque había sido una llamada de atención. Hoy sabemos que un intento de suicidio multiplica por 20 las posibilidades de que acabes suicidándote.
Cuando tuvo un intento de suicidio a los 13 años, nos dijeron que no le diéramos demasiada importancia
-Y lanzas el mensaje de no tomarlo a broma...
-No te lo tomes a broma. Yo lo que creo es que tienes que decirle lo que te pasa a la gente que te quiere o a los profesionales, no a la gente que tú quieras que te quiera. En estos diez años ha cambiado muchísimo la información sobre salud mental, tu mismo tienes una sección que habla de la mente. Hemos aprendido muchísimo, pero todavía hay un estigma y un silencio que rodea al suicidio, que no ayuda ni a las familias ni a las personas que están sufriendo.
Hay que hablar, hay que preguntar, para que las personas como mi hermana no se sientan solas
-En el texto de tu hermana aparece mucho la idea del amor romántico. ¿Hasta qué punto pesa todavía sobre las mujeres esta imagen?
-Hay una parte en la que digo que mi hermana decía que estaba enamorada del amor, como todas nuestras amigas. He sido cuidadosa en que no haya ninguna posibilidad de idealizar algo tan grave como el suicidio. No quiero que haya ninguna posibilidad de idealizar, por eso el libro es tan triste.
En estos diez años ha cambiado muchísimo la información, tu mismo tienes una sección que habla de la mente
-Hay muchas reflexiones de ella sobre la falta de autoestima, la inseguridad...
-Ella tiene una imagen distorsionada de sí misma. Era una mujer muy atractiva y, sin embargo, pesaba 50 kilos y se veía gorda y fea. Tiene una relación extraña con la comida, con la ansiedad. Todo eso es muy sorprendente, porque luego tenía una vida luminosa. Es la paradoja. Probablemente, tenía una depresión profunda desde muy atrás.
-Quería vivir...
-Quería vivir. Era una huida de sí misma. Los expertos te dicen eso: quieren vivir. Probablemente, lo que hacen es estar todo lo que pueden en la vida, por nosotros, por la gente que quieren.

Mara Torres, en Barcelona. / Marc Asensio Clupés / EPC
-Y cuando deciden lo que deciden es seguramente que no pueden más...
-Yo digo que mueren por suicidio porque si digo que se suicidan parece un acto marcado por la voluntad. Yo creo que es un acto marcado por su mente. Todos los médicos dicen que puede prevenirse, eso no significa que pueda evitarse.
-Han pasado más de diez años... Escribir ha sido terapéutico para ti, ¿cómo ha sido el duelo?
-Contarlo, nos acompañó muchísimo. No negar lo que había pasado, no esconderlo. Necesitamos el mismo cariño y dignidad que cualquier persona que pierde a un ser querido a destiempo.
Es un acto marcado por su mente. Todos los médicos dicen que puede prevenirse, eso no significa que pueda evitarse
Cuando lo escribí viví un segundo duelo, porque tuve que recordar todo lo que había pasado y había mucha parte que mi mente había bloqueado. Escribí durante un año. Estaba profundamente triste y al mismo tiemo estaba haciendo un programa de radio tan feliz.
-Han pasado más de diez años ...
-He tenido una vida muy discreta. Nadie sabe nada de mí. De repente, mostrar una intimidad así es un tema muy delicado. Los periodistas que me entrevistaban lo hacían con lágrimas en los ojos. Ver esa empatía, esa complicidad y ese cariño me llenaba de fuerza pero, por otra parte, me hacía desmoronarme un poco, como ahora [se emociona]. Me impacta la atención que este tema ha provocado.
-Denota que una necesidad muy grande...
-Una de las palabras que más me han dicho es la valentía y las gracias por sacar el tema. Hay mucha gente que necesitaba que empecemos a enfocar el suicidio sin sensacionalismo pero con sensibilidad, como podemos entrar en los colegios para explicar a los chicos que esto puede ocurrir, estas son las armas que puedes tener, a las familias a afrontarlo.
-Si pudieras ir 15 años atrás, ¿qué cambiarías?
-Le preguntaría a mi hermana: '¿Te está pasando algo que no nos quieras contar?' Nosotros quizás lo confundíamos con melancolía. Quiero volver a hace quince años con lo que sé ahora. Eso es lo que quiero [se emociona de nuevo]
Era una huida de sí misma. Probablemente, lo que hacen es estar todo lo que pueden en la vida, por la gente que quieren
-El libro también llama a celebrar la vida...
-El libro se llama 'Recuérdame bailando', porque mi hermana disfrutaba de la vida. Cuando estaba bien, lo disfrutaba a tope. He llegado a pensar que compensaba el estar mal con los momentos en los que estaba bien. Era especialmente vital. Un amigo suyo me decía: si tu hermana llega a saber el imán que era para los demás... Siempre estaba para los demás. Ahora todos sus amigos me dicen: gracias por volverme a traer a Aly [llora].
-¿Cómo es tu relación ahora con tu hermana?
-Hay una parte que me gusta muchísimo que es firmar el libro a medias. Y también lo que supone hablar de ella, recordarla. Cuando escribí, ¿por qué no lo dejé?
El libro se llama 'Recuérdame bailando', porque mi hermana disfrutaba de la vida. Cuando estaba bien, lo disfrutaba a tope
Porque junto a la tristeza profundísima, podía compensarlo recordando como era nuestra vida compartida y nuestra vida cotidiana. Por una parte, estoy triste y por otra estoy alegre. Cuando quedamos las amigas, es lo que era el funeral: luminoso y triste. Estábamos todas con el libro en la mano, llorábamos y reíamos.
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