SEMANA DE LA MODA CATALANA

080 Barcelona Fashion alza la persiana del mayor escaparate de la moda del futuro

Desde hoy y hasta el viernes 24 marcas mostrarán sus nuevas colecciones, casi la mitad diseñadas por creadores millennials y centennials con nuevos patrones a tener en cuenta

Desfile de Alvar Merino en octubre

Desfile de Alvar Merino en octubre / 080 BARCELONA FASHION

Laura Estirado

Seis meses después, vuelve la 080 Barcelona Fashion. La 35ª edición de la cita más importante de la moda catalana se celebrará, por penúltima vez, en el recinto modernista de San Pau, desde este martes, 1 de abril y hasta el próximo viernes. Un total de 24 diseñadoras y diseñadores y marcas mostrarán sus últimas colecciones en este evento impulsado por el Consorcio de Comercio, Artesanía y Moda (CCAM) de la Generalitat.

Además de las firmas pal de paller, fieles en el programa de las últimas ediciones, como Simorra, Escorpion, Custo Barcelona, Lola Casademunt By Maite, Txell Miras o Dominnico, la programación de primavera incluirá más nuevos que nunca, y algunos que se presentan por segunda vez. Bien, porque llegan directos de la pasarela de Madrid, como Acromatyx, ManéMané o Ernesto Naranjo o María Escoté, que vuelve a Barcelona; bien, porque son firmas jovencísimas que se estrenan, como AAA Studio o Rubearth.

Atraídos por BCN

Para la organización esta atracción por Barcelona es lógica. Según Marta Coca, directora del Área de Moda y project manager de 080 Barcelona Fashion, "además de los valores que la plataforma ha ido cultivando a lo largo del tiempo, como la sostenibilidad y circularidad, la moda honesta, la apuesta por la diversidad y las propuestas más vanguardistas y disruptivas, en los últimos años la proyección internacional se ha convertido en un factor clave".

Esta edición mantiene las cifras de octubre, cuando vinieron 552 periodistas y creadores de contenido, de los cuales un centenar eran internacionales, con récord de influencers famosos, llegados de Italia, Francia, Reino Unido y, en especial, de EEUU. Altavoces de una industria vibrante que representa el 2,4 % del PIB catalán y da trabajo a más de 70.000 personas.

Esta vez, "se encontrarán con una decena de marcas dirigidas a millennials pero también Generación Z, con las preocupaciones de estas comunidades. Todas ellas con un relato muy bien estructurado más allá de los desfiles, con un patronaje, unos tejidos y unos colores muy acordes con su narrativa", asegura Coca. Para ella, los que diseñarán la ropa del futuro "son una generación que muchos han estudiado juntos, con una formación muy completa, en escuelas de prestigio, y en un entorno internacional, donde han llegado a trabajar para grandes casas".

Hablamos con Ernesto Naranjo, AAA Studio, Alvar Merino, Rubearth y ManéMané, cinco jóvenes marcas, para que nos cuenten cómo nos vestirán en los próximos años. Y estos son algunos patrones recurrentes:

Hay una constante que se repite en las cinco marcas entrevistadas y es cómo los límites entre femenino y masculino se están diluyendo. El sevillano Ernesto Naranjo, que creó su marca homónima en 2018, después ganar el Mercedes Benz Fashion Talent en Madrid Fashion Week, de formarse en la prestigiosa Central Saint Martins de Londres y de trabajar mano a mano con John Galliano en su etapa de Maison Margiela, asegura "que le encanta que los jóvenes no tengan esos límites en la cabeza" y que las 'boutiques' con planta de chico y de chica "llegará un momento que desaparecerán".

Lo mismo opina Arnau Climent, el debutante más joven -tiene 23 años- de esta 35ª edición de la 080, al frente de su vanguardista marca sin género y ultrasostenible AAA Studio. "La ropa solo es ropa, el género está en quien se lo pone", asegura el que ya ha sido bautizado en revistas especializadas como el creador del chándal perfecto.

Aunque nació en Burgos, completó su formación en Barcelona y hoy el estudio de David Merino, creador de Alvar Merino, está en Cubelles (Garraf), desde donde diseña para hombre y mujer desafiando los códigos tradicionales. La mezcla de estilos es lo suyo y famosos son sus corsés para chico y chica, las fornituras metálicas y el patronaje XL con reminiscencias al Balenciaga de Demna Gvasalia. "Las marcas jóvenes no tenemos problemas de lanzar una colección con una idea de inspiración, con un 'leit motiv', pero si nos apetece podemos meter una pieza totalmente disruptiva, porque nos gusta mezclar y porque simplemente queremos", reivindica.

Para el cacereño Miguel Becer, alma de ManéMané, que debuta en la 080, tras triunfar en Madrid, y conquistar a divas como Beyoncé, Rosalía, Dua Lipa, Kendall Jenner o Bad Bunny, "estamos viendo un momento en el que se hacen propuestas, pero el público más joven las recoge y consigue darle un lenguaje propio, una intención propia". También aplaude que se diluya "el clasismo de la moda" y que ahora sea "muchísimo más democrática".

Gabriel Nogueiras nació en Venezuela y luego vivió en EEUU y Galicia. Antes de aterrizar en Barcelona, hace cuatro años, triunfó en Madrid (ha sido galardonado tres veces en la Mercedes Benz) con su marca Rubearth [acrónimo de reuse, be, art y earth], con la que se ha alzado como uno de los cuatro galardonados emergentes de la 5ª edición de Barcelona Fashion Foward. También es uno de los 'novatos' de esta 080, si bien su proyecto tiene unas coordenadas marcadas a fuego, característica común a los diseñadores de su generación. Aunque se alinea con la cultura cool kids, y no olvida la sastrería artesanal, como su generación está atento a más factores: el arte, la música, las causas políticas y, en su caso, sobre todo, la tecnología y la IA. "Trabajando muchos años para casas comerciales de esta industria, me harté de hacer ropa que no contaba nada. En plan, se venden flores, pues hagamos flores", observa. Asegura que los nuevos clientes valoran que haya "una narrativa detrás, una historia". La suya ahora se centra en la tecnología. "Este año colaboro con Mónica Rikić, artista electrónica y programadora creativa, y en la colección The Green Flash Theory mostraremos un abrigo con ocho robots incrustados que le darán movimiento a unas flores que se abrirán y cerrarán", adelanta a este diario.

"La sostenibilidad no es hacer cosas con cáñamo o lino, es hacer las cosas bien para que duren más; y si duran más, has de comprar menos, y se han de hacer menos tintes y se contamina menos...". Así de certeras son las palabras del joven Arnau Climent (AAA Studio), que recalca que, además de los tejidos de calidad, su generación ya está mirando mucho el tema de la proximidad: "Son tonterías, pero por ejemplo, el tema de los cordones, en lugar de comprarlos en cualquier parte del mundo, prefiero comprarlos en una mercería de aquí. Otra manera de ser sostenibles, a su entender, es que una misma prenda tenga varios usos.

En el discurso de estas cinco marcas analizadas sale recurrentemente la palabra "artesanía". Dice Naranjo, que las nuevas generaciones están buscando "un equilibrio entre modernidad y artesanía. La juventud no puede olvidar las cosas bien que se han hecho en el pasado, pero nosotros estamos ahí para darle la vuelta y usarla de otra manera. También es una forma de darle valor a la prenda, y se sepa por qué cuesta lo que cuesta". En el caso de Miguel Becer (ManéMané), su proyecto aúna lo moderno y cierta tradición folclórica: "Me sirve para experimentar porque entiendo la moda como una herramienta para mirar hacia el futuro y construir un mundo mejor".

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