Enfermedades

Sarampión, mentiras y bulos: los primeros brotes (negros) de RFK Jr

El abogado antivacunas que dirige la sanidad pública de EEUU fuerza la dimisión del responsable del lanzamiento de la vacunación anticovid y encarga a otro antivacunas estudiar la relación entre vacunas y autismo. Además, su consejo de tratar el sarampión con vitamina A ha provocado intoxicaciones.

Robert F. Kennedy Jr, secretario del Departamento de Salud de EEUU.

Robert F. Kennedy Jr, secretario del Departamento de Salud de EEUU. / AP

Rafa López

Vigo

Apenas ha pasado un mes y medio desde que el Senado de Estados Unidos confirmó su nombramiento, pero ya afloran las primeras consecuencias –clínicas– de poner a un acérrimo antivacunas al frente del Departamento de Salud estadounidense. Algunos niños de Texas están siendo tratados por niveles tóxicos de vitamina A, la que Robert Kennedy Jr recomienda –sin base científica– para atajar el grave brote de sarampión que afecta al país. Denunciar su "desinformación" y sus "mentiras" le ha costado el puesto a Peter Marks, el máximo responsable de vacunas de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y arquitecto de la Operación Warp Speed, que desplegó la vacunación anticovid en tiempo récord. Por si fuera poco, RFK Jr ha designado a un activista antivacunas de larga trayectoria para liderar una nueva "investigación" sobre el supuesto vínculo entre las vacunas y el autismo, una de sus obsesiones.

'The Washington Post' informó en primicia, la semana pasada, que un nuevo empleado del departamento que dirige RFK Jr, llamado David Geier, encabezaría un nuevo y controvertido análisis sobre si las vacunas causan autismo. La prestigiosa revista 'Science', que desarrolla una serie de artículos sobre cómo la administración de Donald Trump está abordando la salud pública estadounidense, señala que esta revelación conmocionó a muchos científicos, ya que "Geier y su padre llevan mucho tiempo promoviendo esa misma idea y lucrándose con ella". El periodista de investigación Brian Deer, autor de un libro sobre esta cuestión, declaró al medio 'Stat': "Mi primer pensamiento fue... ¿es un bulo? No tiene la cualificación necesaria... No está cualificado para opinar sobre estos asuntos".

Estudio fraudulento

El bulo que vincula las vacunas con el autismo se basa en un estudio fraudulento publicado en 1998 por el médico Andrew Wakefield, que planteaba la hipótesis de que la vacuna triple vírica contra el sarampión, las paperas y la rubéola provocaba inflamación intestinal, lo que, a su vez, causaba autismo. El artículo, publicado en la revista científica 'The Lancet', fue retirado y Wakefield perdió su licencia médica tras descubrirse en una investigación que había actuado de manera deshonesta e irresponsable al elaborarlo. "Ese vínculo [entre vacunas y autismo] ha sido desacreditado repetidamente después del fraude de Andrew Wakefield en 1998. Tenemos décadas de investigación, innumerables estudios epidemiológicos y un consenso abrumador de la comunidad científica mundial legítima", remarca la doctora Andrea Love, inmunóloga, microbióloga y divulgadora estadounidense, en su portal de internet. "David Geier falseará los datos para afirmarlo, como lo ha hecho durante décadas. Eso no cambia la realidad", advierte esta científica.

Un investigador que lleva años advirtiendo sobre esta desinformación es Peter Hotez, científico de vacunas, pediatra y padre de una joven con autismo. Autor del libro titulado "Las vacunas no causaron el autismo de Rachel", el director del Centro para el Desarrollo de Vacunas del Hospital Infantil de Texas advierte en una entrevista con 'Infobae' que "el movimiento antivacunas en los Estados Unidos se está globalizando, lamentablemente".

Hotez, cuyo trabajo ha salvado innumerables vidas al desarrollar vacunas de bajo coste y libres de patentes, trabaja en el Centro Médico de Texas (Houston), el estado más afectado por el grave brote de sarampión: con datos actualizados el pasado viernes, Texas (especialmente sus condados al oeste) registra 400 de los 483 casos confirmados en veinte estados, con un aumento de un 28% en la última semana. En todo 2024 hubo 285 casos.

Durante una entrevista emitida por Fox News el pasado 4 de marzo, Kennedy sugirió que terapias como el uso de aceite de hígado de bacalao, que contiene vitaminas A y D, estaban "funcionando" en el tratamiento de pacientes con sarampión, al tiempo que despreció la vacuna para prevenir esta enfermedad altamente contagiosa.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha administrado vitamina A en África para reducir la mortalidad durante los brotes de sarampión en población desnutrida, ya que la deficiencia de vitamina A debilita el sistema inmunitario. Sin embargo, no hay desnutrición en Texas ni en otras zonas de EE UU a las que se ha extendido este brote.

"Los suplementos de vitamina A no evitarán que las personas contraigan sarampión", advierte Christopher Sudfeld, profesor de la Escuela de Salud Pública de Harvard, en un artículo de dicha institución. Añade que estos suplementos vitamínicos deben administrarse solo bajo supervisión médica, ya que un exceso de vitamina A puede causar efectos secundarios graves, como daños en el hígado.

Toxicidad por vitamina A

El Hospital Infantil Covenant de Lubbock (Texas) confirmó el pasado jueves a la Radio Pública de Texas que está tratando a niños con casos graves de sarampión que también sufren toxicidad por vitamina A. Según el hospital, ingresaron a cerca de una decena de pacientes pediátricos, todos ellos hospitalizados inicialmente por complicaciones del sarampión, pero que presentaron niveles altos de vitamina A que les provocaron una función hepática anormal.

Precisamente la preocupación por este brote de sarampión, que afecta en un 97% a niños sin vacunar, es lo que ha provocado la salida del principal responsable de vacunas de la Agencia de Alimentos y Medicamentos de EEUU, la FDA. "Ha quedado claro que el secretario [de Salud] no desea la verdad ni la transparencia, sino más bien desea una confirmación servil de su desinformación y sus mentiras", escribió en su carta de dimisión Peter Marks. Según 'The New York Times', Marks renunció tras ser citado el viernes por el Departamento de Salud, donde le dieron solo dos opciones: dimitir o ser despedido. Eligió lo primero.

"Socavar la confianza en vacunas bien establecidas que cumplen con los altos estándares de calidad, seguridad y eficacia que la FDA ha establecido durante décadas es irresponsable, perjudicial para la salud pública y un claro peligro para la salud, la seguridad y la protección de nuestra nación", añadió Marks en su texto de renuncia.

El pasado 13 de febrero, RFK Jr inició su mandato con la pomposa intención de "hacer que EEUU vuelva a ser saludable otra vez". No parece que lo esté consiguiendo.

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