El desgaste profesional sacude la educación: casi cuatro de cada diez docentes están desmotivados

El profesorado es el factor escolar más determinante de la calidad de los sistemas educativos. Sin embargo, la profesión vive un alarmante desgaste. Un nuevo estudio de EsadeEcPol confirma el delicado y difícil momento que atraviesa la docencia en primaria y secundaria debido, entre otros factores, al hartazgo y el cansancio, el peor clima de aprendizaje, la complejidad de las aulas, la ausencia de políticas específicas por parte de las administraciones, los sueldos a la baja y la alta temporalidad. Se trata de la tormenta perfecta para que el desánimo y la desmotivación campen a sus anchas por los claustros. El porcentaje de docentes que viven su trabajo con indiferencia ha pasado del 2% (2007) a un doloroso 37%. Esta cifra forma parte de la radiografía de una profesión en horas bajas que ahora mismo está inmersa en una compleja negociación entre el Ministerio de Educación y los sindicatos para modificar el grado de Magisterio y el máster para ejercer en las aulas de secundaria.

Desmotivación

Todos los informes apuntan a la misma dirección: existe una creciente desafección y pesimismo en buena parte de los profesionales de la enseñanza. El estudio de COTEC de 2024 advierte de que casi el 80% de los docentes admiten que hay alumnos que no desean estar en el aula, lo que entorpece el aprendizaje del resto. De hecho, solo el 44% opinan que los alumnos salen mejor preparados que años anteriores. El informe de EsadeEcPol subraya un dato también recogido por la Fundación SM: el porcentaje de docentes que admiten vivir su trabajo con indiferencia o desmotivación ha pasado del 2% en el año 2007 al actual 38%. Es decir, casi cuatro de cada diez están desmotivados con su profesión. Los profesores que, pese a todo, mantienen la ilusión son solo el 24% mientras que 2007 el porcentaje era del 60%. Además, casi un 40% muestra síntomas compatibles con la ansiedad y la depresión (no significa que estén diagnosticados clínicamente).

La complejidad de las aulas

"El desgaste de la profesión está agravado por el contexto de las aulas", explica Lucas Gortazar, director del área de educación del centro de Políticas Económicas de ESADE (EsadeEcPol) y autor del informe 'El estado de la profesión docente en España', publicado este martes. "La creciente complejidad del alumnado es real, con un importante aumento de la población de origen migrante", añade el investigador especializado en educación y política social, que recuerda que los alumnos y alumnas de primaria y ESO han pasado de ser 4,5 millones en 2009 a 4,85 millones en 2024.

En primaria, el porcentaje de alumnado de origen migrante ha aumentado progresivamente y en 2023 suponía ya el 32%. Una de las consecuencias es que está creciendo la población cuya lengua del hogar es distinta de la lengua de la escuela, algo que añade retos pedagógicos para profesores y alumnos. La pobreza infantil, además, lleva años aumentado. La proporción de niños y niñas que no puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado se ha duplicado entre 2019 y 2023. Varios informes internacionales confirman que el clima de aprendizaje ha empeorado significativamente, en las aulas hay demasiado ruido y se requiere mucho tiempo para comenzar la clase, llena de interrupciones. La complejidad de las aulas -concluye Gortazar- exige un profesorado cada vez más preparado para abordar la dificultad de gestionar una clase.

El estudio defiende un MIR educativo obligatorio para todos los docentes noveles y establecer una política de incentivos

Ausencia de refuerzo

El apoyo individualizado que requieren muchos alumnos es una de las asignaturas pendientes del sistema escolar. A pesar de programas como el Proa+, España “no es un país inversor en programas de refuerzo”, sentencia Gortazar. De hecho, nadie sabe muy bien dónde está el plan de reforzamiento en matemáticas y comprensión lectora que anunció el presidente Pedro Sánchez a bombo y plantillo tras conocerse el descalabro de PISA.

El estudio de EsadeEcPol revela que solo el 30% de los centros ofrecen clases adiciones de matemáticas frente al 65% de media en la UE. En España, el 61% tienen aulas para hacer deberes (en Cataluña es solo el 50%), por debajo del 77% de la OCDE. Entre la batería medidas para mejorar la situación, Gortazar incluye el desarrollo de un programa anual de apoyo socioemocional y refuerzo individualizado en matemáticas y lectura de 1.200 millones de euros al año para proteger al alumnado y al profesorado.

El acceso al grado

Gortazar no es especialmente optimista con las actuales negociaciones entre el Ministerio de Educación y los sindicatos para remodelar la profesión docente. El investigador afirma que esa futura reforma debería pasar por cambios de calado en los estudios universitarios de los futuros maestros. La nota de acceso para los grados de Educación (para ejercer en infantil y primaria) permanece entre las más bajas y no es uno de los grados que atraiga a los buenos expedientes académicos. Según Gortazar, una posible solución podría pasar por aumentar la nota de corte para atraer a los mejores estudiantes, aunque ello supondría disminuir la oferta de plazas, algo que a priori topa con la escasez de docentes en comunidades como Cataluña. La cuestión de las notas de corte es compleja. En Medicina, grado con las notas de acceso más alto, ya hay voces profesionales que plantean que esa altísima exigencia puede estar dejando en el camino a gente que podrían ser buenos médicos.

Otra opción que apunta Esade pasaría por extender a toda España las pruebas de aptitud personal como las que se hacen en Cataluña a los aspirantes antes de los exámenes de la Selectividad. Esas pruebas sirven para "desincentivar a los peores e incentivar a los mejores".

Respecto a los profesores de secundaria, el informe de EsadeEcPol advierte de que el máster que habilita para ejercer la docencia es "el cambio más importante en la formación inicial de los últimos 15 años" pero no ha logrado sus objetivos. Son profesionales con competencias académicas solventes pero pinchan en su preparación pedagógica y muestran vocación menos acusada que la de los maestros de primaria. “La capacidad para manejar aulas complejas y contextos de aprendizaje de distintos niveles se antoja uno de los mayores retos de los próximos años en la educación”, concluye el investigador.

El MIR, una necesidad

El informe de Esade considera necesario impulsar un MIR educativo de al menos un año (idealmente, dos). Este modelo, que nació en la época de Íñigo Méndez de Vigo (PP) como ministro, no gusta a los sindicatos y, de hecho, no está encima de la mesa en las negociaciones entre el ministerio y las centrales para reformar la profesión. El sistema solo está establecido en Cataluña con un proyecto piloto y voluntario, 'Sensei. Programa de residencia inicial docente', que se puso en marcha de manera voluntaria el curso 2023-24 con 250 plazas y un presupuesto de 11 millones de euros (5,6 por curso). Ante la ausencia de los fondos europeos que lo subvencionaba hasta ahora, la conselleria de Esther Niubó está trabajando para encontrar financiación y mantener el programa con un formato diferente durante los próximos tres años.

Incentivos

El informe de Esade también apuesta por poner en marcha un sistema de incentivos voluntario para promover el crecimiento profesional. Considera necesario crear rangos o categorías a las que los docentes puedan acceder en función de sus méritos (evaluaciones de sus colegas, direcciones y alumnado) o asunción de responsabilidades de dificultad añadida como trabajar en centros educativos de entornos complejos.  

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