Opinión

Cornellana sale al encuentro

Más allá del milenario del monasterio de San Salvador

Mi infancia también son recuerdos de la N-634 camino de Tapia de Casariego, cuando la dureza de dicho recorrido obligaba a las paradinas correspondientes. Entre ellas, claro, Cornellana, donde los bocadillos de carne en Casa Grana, marcaban la diferencia. Después, los llambiones nos relamíamos con los Carajitos del Profesor en la capital del concejo.

El caso es que Cornellana está de milenario y ha irrumpido en el escenario con la armonía del Principado de Asturias, de su Ayuntamiento y de la iglesia parroquial, de acuerdo en casi todo. El parador nacional es la máxima aspiración para esta localidad, que daría un impulso definitivo a esta comarca después del silencio de la empresa láctea que la dejó por otra. Por otra conveniencia para sus dividendos, quiero decir.

Lo cierto es que el catedrático Ángel Medina ha puesto primero en orden "La Misa de Gaita", y el Taller "Lolo de Cornellana" la interpreta allí donde se le requiere, por amor al arte. Como corolario musical, la obra sinfónico-coral "Sancti Salvatoris in Corneliana", del compositor Guillermo Martínez, da la nota y eleva a mayores una partitura para el recuerdo. La Fundación "Valdés Salas", desde el Museo Prerrománico de San Martín, alumbra generosamente todo este proyecto poniendo en valor la historia del concejo, y revalorizando más si cabe el Camino Primitivo hacia Compostela, tras el reconocimiento del propio monasterio como Patrimonio Mundial de la Humanidad (2015).

Y a todo esto, el Consejo Sectorial de Cornellana agrandando el espacio con una programación de conferencias, publicaciones, conciertos (ópera incluida). Ojalá nada se parezca a los fuegos de artificio en una noche de verano, y las luces permanezcan resplandecientes por siempre. Mil años son nada.

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