La resolución de un caso que estremece a toda la región

Resuelto el misterio del cadáver de Somiedo: ¿qué "impulso" movió a los dos detenidos a deshacerse de su hermano entre la nieve?

Los investigados tiraron a la víctima el día de su muerte, en diciembre de 2014

"En vida, se desvivieron por cuidarle; están arrepentidos", afirma su defensa

VÍDEO: Resuelto el misterio del cadáver de Somiedo diez años más tarde

Pablo Palomo

Gijón

Una jueza insistente, una reforma legal, una golosa pensión y una huida hacia adelante de casi una década que terminó con sus huesos en la cárcel de Asturias. Esas son algunas de las claves que explican la historia de Enrique y Enriqueta J. C., los dos gijoneses investigados por ahora por un presunto delito de detención ilegal de su hermano, Luis María, el conocido como "el hombre delgado", al que abandonaron tras su muerte por un paro cardiaco en diciembre de 2014 en una cuneta de la carretera AS-227, en Somiedo. Había nieve aquel día. Ocultaron su muerte, según se desprende de una investigación desvelada ayer en primicia por LA NUEVA ESPAÑA, durante una década para seguir cobrando la pensión que este tenía asignada por su elevado grado de minusvalía. Los dos, según su entorno, se mostraron colaboradores en la comisaría de la Policía Nacional, confesaron lo que habían hecho e, incluso, según estas fuentes, "están arrepentidos".

Un cambio legislativo, clave para esclarecer el misterio

Las pruebas de ADN en el cuerpo de Luis María habrán de confirmar la versión de los hermanos. Los dos ya tienen cada uno su abogado particular, pero mantienen la misma versión. A medida que avance la instrucción habrá que ver por qué delito se sientan ante el juez porque, al ocultar la muerte de su hermano, localizado en enero de 2015 por unos excursionistas, técnicamente nunca lo retuvieron. Lo que se sostiene desde su defensa es que ellos se "desvivieron" en vida para cuidar a Luis María, que llegó al mundo con una parálisis cerebral que le hacía inválido total. Ya ayudaron a sus padres en esta tarea y lo hicieron después de su muerte, sobre el año 2000. Su custodia, explican estas fuentes, la tenían desde el 2003. "Se encargaba de él todo el tiempo", añaden.

Piso de la calle Alonso Ojeda, en el barrio de El Llano, donde vivió la familia de "el hombre delgado" de Somiedo. En el recuadro, retrato difundido por la Guardia Civil en enero de 2015.

Piso de la calle Alonso Ojeda, en el barrio de El Llano, donde vivió la familia de "el hombre delgado" de Somiedo. En el recuadro, retrato difundido por la Guardia Civil en enero de 2015. / Ángel González

En realidad no eran tres hermanos, sino cuatro. El cuarto hermano, indican desde su defensa, se "desentendió" del cuidado de Luis María. Su parálisis cerebral le hacía necesitar cuidados las 24 horas del día. Con el paso de los años, por no poder moverse, se fue deformando. "Hacían turnos para vigilarlo uno cada noche", indican. Estas fuentes puntualizan que, al dedicarse al cuidado de su hermano, los dos implicados no tenían un trabajo estable. Vivían sobre todo de la pensión del fallecido. Enrique es graduado social y llegó a tener una empresa. Y Enriqueta tuvo trabajos esporádicos y percibía una pensión de dependencia de unos 200 euros. Los conflictos familiares por la herencia de sus padres no mejoraron su situación económica.

Su entorno legal asegura que no tuvieron oculto a su hermano. Que si bien no salía de casa, porque apenas podía moverse, si necesitaba un médico este acudía a su domicilio. Vivían en el barrio de El Llano. La muerte de Luis María lo cambió todo. Estas fuentes aseguran que fue en el puente de la Inmaculada de 2014. Fue de un infarto. Añaden que llamaron al centro de salud, pero no hubo respuesta. Y que se pusieron en contacto con una funeraria, pero que se les iba de precio. No tenían seguro. "Lo de Somiedo fue un impulso. No tenían raíces allí. Lo llevaron el mismo día de su muerte", aseveran estas fuentes.

Una parálisis cerebral con atenciones las 24 horas

Decidieron, supuestamente, seguir cobrando la pensión. Vivieron de ella. Ocultando la muerte de su hermano. La reforma del Código Civil en 2021 lo trastocó todo. Esta reforma hizo desaparecer la figura de la tutela sobre las personas incapacitadas para convertirla en "una curatela representativa". Esta revisión la debe promover la familia, pero si pasa un tiempo, y aquí pasó, la revisión la lleva a cabo un juez. El Juzgado de Primera Instancia número 3 requirió a la familia para un peritaje. Pero los hermanos nunca aparecieron. No podían hacerlo. Ante la cantidad de incumplimientos, el juez determinó que le quitaran la curatela y se la dieran al Principado.

Una sentencia del pasado verano, que fue firme hace dos días, le dio la tutela de Luis María a la Consejería de Derechos Sociales. Esta entidad ya se había personado en el procedimiento en calidad de "defensora judicial". Tanto es así que hasta hace unas pocas semanas Luis María tenía reservada una plaza en una residencia de mayores del Principado. Los hermanos, sin embargo, estaban desde hace tiempo en paradero desconocido. El asunto acabó en manos de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV). Los agentes fueron a su última residencia conocida de los hermanos, en la calle Alonso de Ojeda. Allí no había nadie. Los localizaron en un hospedaje de Irún, en Guipúzcoa, y se les detuvo este miércoles, poniendo fin a esa huida hacia delante de casi una década.

Los dos implicados ingresan en la UTE de la cárcel

Enrique y Enriqueta J. C. ya son dos presos más en la cárcel de Asturias. Tras su ingreso en el penal regional este jueves, los dos reos pasaron ayer su segunda noche en la cárcel. Los dos se tratan de lo que se conoce en el argot penitenciario como "presos primarios". Es decir, es la primera vez que están entre rejas. Los dos se encuentran en la UTE, cada uno en su celda, pero con la posibilidad de compartir espacios comunes. Su comportamiento en sus primeras 48 horas ha sido correcto.

Enrique y Enriqueta J. C. ya son dos presos más en la cárcel de Asturias. Tras su ingreso en el penal regional este jueves, los dos reos pasaron ayer su segunda noche en la cárcel. Los dos se tratan de lo que se conoce en el argot penitenciario como "presos primarios". Es decir, es la primera vez que están entre rejas. Los dos se encuentran en la UTE, cada uno en su celda, pero con la posibilidad de compartir espacios comunes. Su comportamiento en sus primeras 48 horas ha sido correcto.

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