Memoria democrática
La Iglesia tendrá voz y voto para decidir el proyecto de transformación de Cuelgamuros que se inaugurará en 2029
El reglamento establece que los acuerdos del jurado para elegir el proyecto ganador “se adoptarán en base al sistema de discusión y descartes sucesivos”. El Ejecutivo se asegura un peso preponderante de los ministerios implicados

Imagen de archivo de la fachada principal de la basílica del Valle de Cuelgamuros. / Fernando Villar / EFE
El jurado que decidirá sobre la elección del proyecto para resignificar el valle de Cuelgamuros en un lugar de memoria democrática contará con un miembro de la Iglesia. El Gobierno ya consiguió desbloquear la licitación para poner en marcha el denominado ‘Memorial de Cuelgamuros’ gracias a un acuerdo con el Vaticano, tras más de diez meses de negociación. A cambio, se acordó la permanencia de los monjes benedictinos, que podrá seguir celebrando misas, la “no desacralización de la Basílica” y “el respeto a todos los elementos religiosos situados fuera de la misma”. Ahora, la Iglesia también tendrá voz y voto en la selección de los proyectos que se presenten al concurso de ideas lanzado por el Ejecutivo al formar parte del jurado junto a otros nueve representantes de diferentes ministerios implicados y profesionales.
El representante elegido por la Iglesia será el delegado de liturgia del Arzobispado de Madrid, Daniel Alberto Escobar, pero no tendrá derecho a veto, a diferencia de lo que se planteó en un principio. Los pliegos del concurso para la reconversión del monumento franquista del valle de Cuelgamuros, anteriormente denominado Valle de los Caídos, en un “centro de reinterpretación histórico, artístico y paisajístico”, establecen que las decisiones del jurado se adoptarán por mayoría simple. Siempre que alguno de sus miembros lo requiera, se podrán emitir votos particulares.
La presencia del miembro de la Iglesia tampoco será necesaria para el cuórum exigido, pues este se establece en un tercio de los vocales y la presencia “imprescindible” del presidente, secretario y de los dos arquitectos de reconocido prestigio. El Ejecutivo se asegurará el voto de cuatro de los diez vocales, aunque el ministerio de Vivienda será el encargado de designar también a dos arquitectos y a un artista de “acreditada experiencia”.
Otro arquitecto de “reconocido prestigio” será vocal a propuesta del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE). El reglamento establece que los acuerdos para elegir un máximo de diez proyectos finalistas y al ganador “se adoptarán en base al sistema de discusión y descartes sucesivos”. En caso de optarse por sistemas de votación, “ganará la propuesta que obtenga mayor número de votaciones a favor en cada uno de los criterios de valoración y, en caso de producirse un empate, se procederá a una nueva deliberación y votación”.
El plazo de ejecución para el proyecto es de 48 meses a contar desde el inicio de la licitación este lunes. El Gobierno prevé que el ‘Memorial de Cuelgamuros’ está listo para inaugurarse a mediados de 2029, pero existe la posibilidad de acordarse prórrogas justificadas durante el proceso.

Imagen de las bases del concurso para la resignificación de Cuelgamuros. / CEDIDA
La elección del proyecto ganador se conocerá en septiembre. Para la posterior redacción del proyecto de ejecución se darán otros ocho meses y la licitación de las obras está prevista para finales de 2026. El inicio de las obras está previsto así en la recta final de la legislatura. El presupuesto para el concurso y redacción del proyecto rondará los cuatro millones de euros, incluidos los premios de los diez finalistas a razón de 60.500 euros, mientras que la rehabilitación y construcción del conjunto monumental ascenderá a 26 millones. El coste total superará, por tanto, los 30 millones de euros.
Pacto con el Vaticano
El Gobierno defendió el acuerdo con la Santa Sede en aras de desbloquear el proyecto por el impedimento a tomar decisiones unilaterales en lugares de culto y bajo la máxima de convertirlo en un “proyecto de Estado, que perdure y lo más consensuado posible”. Desde el socio minoritario de la coalición de Gobierno criticaron el pacto por no implicar la “desacralización” completa, así como por mantenerse la simbólica gran cruz de su exterior.

Imagen de las bases del concurso para la resignificación de Cuelgamuros. / CEDIDA
El altar quedará así al margen de la resignificación, pero sí podrá intervenir en la cúpula y el resto de la Basílica. La propuesta de musealización, se recoge en los pliegos, “abarcará el centro de interpretación" y “podrá extenderse al interior de la Basílica, si así se considera”.
Las pautas marcadas para el concurso se centran en la construcción de un centro de interpretación, un proyecto de resignificación global y otro de musealización. Aunque la materialización de las propuestas es libre, en las bases se incide en “la asimilación de los elementos monumentales y de gran impacto perceptivo, la integración en el conjunto arquitectónico y el respeto hacia el patrimonio construido y natural existente”. También se pide garantizar “la sensibilidad, el respeto y la innovación, con un enfoque inclusivo y homologable a los proyectos de resignificación semejantes más avanzados a nivel europeo e internacional”.
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