Floristería 'online'

Colvin despide a la mitad de la plantilla y esquiva el cierre

El fondo británico Claret Capital ha comprado la empresa en concurso de acreedores y se ha quedado con menos de 20 trabajadores para empezar a montar lo que llama ‘New Colvin’

Una floristería física que Colvin llegó a tener en Barcelona

Una floristería física que Colvin llegó a tener en Barcelona / Colvin

Paula Clemente

Barcelona

Fueron una de las grandes promesas del ecosistema emprendedor catalán. Lo “reventaban” –en palabras de uno de sus trabajadores– cada campaña del Día de la Madre o del ya cercano Sant Jordi. Querían “cruzar el Amazonas”, les repetía constantemente uno de los directivos en la época buena. “Y se la pegaron”, resume un peón que ha vivido de principio a fin el batacazo de Colvin, el comercio electrónico de flores que fundaron Andrés Cester, Sergi Bastardas y Marc Olmedillo en 2016.

Este último salió de la empresa a finales de 2020 y los dos primeros se apartaron del negocio en el verano de 2023, en teoría para buscar un consejero delegado con experiencia que acelerara la llegada del “crecimiento rentable y a largo plazo”. Sin embargo, a principios de este año la compañía entró en concurso de acreedores. Ha acabado comprando su unidad productiva el fondo británico Claret Capital, uno de los inversores que la respaldaba hasta ahora, y su primera decisión ha sido despedir a la mitad de los empleados. La plantilla ya estaba considerablemente reducida tras otras dos olas de despidos en los últimos años.

Esta última se ha llevado por delante a 18 de los 35 trabajadores que quedaban en ella –habían llegado a ser más de un centenar–, un recorte que los trabajadores han encajado con deportividad teniendo en cuenta que las causas son claras, pero que les ha molestado por las formas. Sobre todo porque ha incluido a todas las personas que estaban de baja, algo que es legal al ser un despido por causas económicas, pero que encuentran "antiético". También porque consideran que las negociaciones no han dado casi nada de sí y que no han tenido mucha más opción que aceptar la indemnización de 20 días por año trabajado, que es el mínimo que marca la ley.

Fuentes cercanas al proceso lo justifican explicando que cuando el marco es un concurso de acreedores, no hay mucho más a hacer. La finalidad es salvar la actividad y cuantos más puestos de trabajo mejor, y eso, celebran, se ha logrado. Porque el resultado es, efectivamente, que el e-commece consigue esquivar su cierre: Claret Capital se ha comprometido a mantener el negocio en marcha durante un mínimo de tres años.

El plan de Claret

Así figura en la oferta de compra realizada formalmente en febrero de este año, a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO. Claret pagará en torno a 1 millón de euros por hacerse con un negocio que llegó a facturar 15 millones de euros, un paquete que no incluye las delegaciones de Italia, Alemania y Francia. Las dos primeras cerraron, y la segunda (la empresa Monsieur Marguerite) se ha vendido a otro postor.

El plan del fondo para lo que llaman ‘New Colvin’ es “reducir masivamente la complejidad en los sistemas y procesos de negocio, así como sus costes asociados”, centrar su estrategia de crecimiento en ampliar surtido con el objetivo de que su cliente repita más, e invertir en marca. En total, destinará hasta 2 millones de euros en forma de capital riesgo para lograrlo y ha fichado al emprendedor inglés Freddie Blackett para que pilote la nueva etapa.  

El objetivo es reducir las pérdidas multimillonarias de los pasados ejercicios hasta los 500.000 euros en 2025. Y, luego, al cabo de dos años, alcanzar la rentabilidad. 

El problema de la insolvencia hasta ahora, según explican en la carta de despido remitida a los trabajadores, ha sido priorizar el “crecimiento acelerado en ventas por encima de la rentabilidad”, lo que requirió de una “inversión intensiva”; la “sobreestimación” del incremento de los ingresos a futuro; “el elevado coste de personal, costes operativos y de marketing” combinados con “la falta de generación de caja” y “la frustración del plan de reestructuración”. Según se indica en la propuesta de compra, Claret empezó en mayo del año pasado el proceso de venta de la compañía a un socio industrial para evitar el concurso, y casi lo logra, pero el acuerdo no llegó finalmente a buen puerto.

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