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Fernando Rodríguez
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El ensordecedor ruido fue este viernes bienvenido en Mieres. Porque nada tenía que ver con el suceso que se produjo el pasado lunes, sino que la explosión fue de alegría, luz y color. Mayores y pequeños festejaron en gran Antroxu de la villa, con un desfile colorido del que cientos de personas disfrutaron desde las calles aledañas. A partir de ahí, la noche se hizo larga para unos y corta para otros, pero la realidad es que el carnaval levantó el ánimo de una ciudad que llevaba viviendo una semana con el corazón encogido. Y que mejor para festejar que un culete de sidra, máxime cuando el Ayuntamiento había decidido que en este 2025, el carnaval iba a ambientarse en un homenaje a la cultura sidrera.
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El ensordecedor ruido fue este viernes bienvenido en Mieres. Porque nada tenía que ver con el suceso que se produjo el pasado lunes, sino que la explosión fue de alegría, luz y color. Mayores y pequeños festejaron en gran Antroxu de la villa, con un desfile colorido del que cientos de personas disfrutaron desde las calles aledañas. A partir de ahí, la noche se hizo larga para unos y corta para otros, pero la realidad es que el carnaval levantó el ánimo de una ciudad que llevaba viviendo una semana con el corazón encogido. Y que mejor para festejar que un culete de sidra, máxime cuando el Ayuntamiento había decidido que en este 2025, el carnaval iba a ambientarse en un homenaje a la cultura sidrera.
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El ensordecedor ruido fue este viernes bienvenido en Mieres. Porque nada tenía que ver con el suceso que se produjo el pasado lunes, sino que la explosión fue de alegría, luz y color. Mayores y pequeños festejaron en gran Antroxu de la villa, con un desfile colorido del que cientos de personas disfrutaron desde las calles aledañas. A partir de ahí, la noche se hizo larga para unos y corta para otros, pero la realidad es que el carnaval levantó el ánimo de una ciudad que llevaba viviendo una semana con el corazón encogido. Y que mejor para festejar que un culete de sidra, máxime cuando el Ayuntamiento había decidido que en este 2025, el carnaval iba a ambientarse en un homenaje a la cultura sidrera.
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El ensordecedor ruido fue este viernes bienvenido en Mieres. Porque nada tenía que ver con el suceso que se produjo el pasado lunes, sino que la explosión fue de alegría, luz y color. Mayores y pequeños festejaron en gran Antroxu de la villa, con un desfile colorido del que cientos de personas disfrutaron desde las calles aledañas. A partir de ahí, la noche se hizo larga para unos y corta para otros, pero la realidad es que el carnaval levantó el ánimo de una ciudad que llevaba viviendo una semana con el corazón encogido. Y que mejor para festejar que un culete de sidra, máxime cuando el Ayuntamiento había decidido que en este 2025, el carnaval iba a ambientarse en un homenaje a la cultura sidrera.
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El ensordecedor ruido fue este viernes bienvenido en Mieres. Porque nada tenía que ver con el suceso que se produjo el pasado lunes, sino que la explosión fue de alegría, luz y color. Mayores y pequeños festejaron en gran Antroxu de la villa, con un desfile colorido del que cientos de personas disfrutaron desde las calles aledañas. A partir de ahí, la noche se hizo larga para unos y corta para otros, pero la realidad es que el carnaval levantó el ánimo de una ciudad que llevaba viviendo una semana con el corazón encogido. Y que mejor para festejar que un culete de sidra, máxime cuando el Ayuntamiento había decidido que en este 2025, el carnaval iba a ambientarse en un homenaje a la cultura sidrera.
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El ensordecedor ruido fue este viernes bienvenido en Mieres. Porque nada tenía que ver con el suceso que se produjo el pasado lunes, sino que la explosión fue de alegría, luz y color. Mayores y pequeños festejaron en gran Antroxu de la villa, con un desfile colorido del que cientos de personas disfrutaron desde las calles aledañas. A partir de ahí, la noche se hizo larga para unos y corta para otros, pero la realidad es que el carnaval levantó el ánimo de una ciudad que llevaba viviendo una semana con el corazón encogido. Y que mejor para festejar que un culete de sidra, máxime cuando el Ayuntamiento había decidido que en este 2025, el carnaval iba a ambientarse en un homenaje a la cultura sidrera.
Fernando Rodríguez
El ensordecedor ruido fue este viernes bienvenido en Mieres. Porque nada tenía que ver con el suceso que se produjo el pasado lunes, sino que la explosión fue de alegría, luz y color. Mayores y pequeños festejaron en gran Antroxu de la villa, con un desfile colorido del que cientos de personas disfrutaron desde las calles aledañas. A partir de ahí, la noche se hizo larga para unos y corta para otros, pero la realidad es que el carnaval levantó el ánimo de una ciudad que llevaba viviendo una semana con el corazón encogido. Y que mejor para festejar que un culete de sidra, máxime cuando el Ayuntamiento había decidido que en este 2025, el carnaval iba a ambientarse en un homenaje a la cultura sidrera.
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Fernando Rodríguez
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Fernando Rodríguez
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Fernando Rodríguez
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Fernando Rodríguez
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Fernando Rodríguez
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Fernando Rodríguez
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Fernando Rodríguez
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Fernando Rodríguez
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Fernando Rodríguez
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Fernando Rodríguez
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Fernando Rodríguez
El ensordecedor ruido fue este viernes bienvenido en Mieres. Porque nada tenía que ver con el suceso que se produjo el pasado lunes, sino que la explosión fue de alegría, luz y color. Mayores y pequeños festejaron en gran Antroxu de la villa, con un desfile colorido del que cientos de personas disfrutaron desde las calles aledañas. A partir de ahí, la noche se hizo larga para unos y corta para otros, pero la realidad es que el carnaval levantó el ánimo de una ciudad que llevaba viviendo una semana con el corazón encogido. Y que mejor para festejar que un culete de sidra, máxime cuando el Ayuntamiento había decidido que en este 2025, el carnaval iba a ambientarse en un homenaje a la cultura sidrera.
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