Las claves de la detención por la muerte de un operario de grúa en Mieres: veinte testigos y pesquisas pendientes del plan de obra

La investigación concluye que el trabajo se prolongó fuera de horario y sin supervisión del técnico ferroviario facultado para controlar el paso de trenes

La zona del accidente, con la plataforma elevadora al fondo.

La zona del accidente, con la plataforma elevadora al fondo. / D. M.

Mieres del Camino

El plan de choque "urgente y contundente" que el Principado ya está gestando para hacer frente a la siniestralidad laboral en la región nacerá asistido por un proceso judicial ligado a una investigación por un caso de presunto homicidio involuntario. La Guardia Civil ha detenido al jefe de equipo que el pasado 11 de septiembre estaba al frente de los trabajos que Viesgo había contratado al grupo SEMI para el mantenimiento de las líneas eléctricas próximas a la estación de tren de Figaredo, en Mieres. Un operario de 32 años de la subcontrata Grúas Roxu falleció tras ser golpeado por un tren de pasajeros mientras trabajaba sobre las vías subido a una carretilla elevadora. El impacto lo precipitó fuera la jaula. Aunque llevaba arnés, la colisión contra la estructura le causó la muerte. La investigación apunta que las labores se estaban realizando en ese momento sin la supervisión acordada con el operador ferroviario público.

La investigación realizada por la Guardia Civil dictamina que en el momento del siniestro ya no estaba de servicio el encargado del Adif, técnico conocido en la jerga ferroviaria como "piloto de seguridad". Es el profesional que debe autorizar en estos casos cualquier movimiento y labor en el entorno de las vías. Como adelantó LA NUEVA ESPAÑA tras hablar con varios testigos en día del accidente, este responsable se retiró a la una de la tarde, estableciendo taxativamente el final de las labores. El fatal choque se produjo cerca de las cuatro. A esa hora, siempre según las pesquisas de los agentes judiciales, ya nadie debería estar trabajando en el tendido eléctrico que sobrevuela las vías.

Ante la ausencia del "piloto de seguridad", la responsabilidad de lo sucedido recae, a juicio de la investigación, en el responsable de obra de la contrata. Tras ser detenido, tuvo que declarar en el Juzgado de Mieres y ha sido puesto en libertad, sin ningún tipo de medida cautelar. Es muy probable, según fuentes internas, que la instructora solicite informes tanto a Inspección de Trabajo como al Instituto Asturiano de Prevención Riesgos Laborales Si finalmente se le imputase un presunto homicidio imprudente, se enfrentaría a una posible pena de prisión de entre uno a cuatro años, según letrados especializados.

Una ambulancia abandona el lugar del siniestro. | D. M.

Una ambulancia abandona el lugar del siniestro. | D. M.

El anuncio de la detención del jefe de la obra en la que murió el operario que trabajaba sobre las vías del tren en Figaredo se produjo ayer, justo un día después de que el Principado informase de un acuerdo con la Inspección de Trabajo, la patronal FADE y los sindicatos CC OO y UGT para impulsar un plan de choque contra la siniestralidad laboral. La medida busca dar respuesta a la escalada de siniestros graves ocurridos en centros de trabajo de la región desde comienzos de septiembre. Todas las partes implicadas en este acuerdo quisieron ayer ser prudentes a la hora de valorar la detención del citado técnico de obra. Los sindicatos fueron los únicos que hicieron valoraciones concretas, aunque recalcando el respeto por la investigación. "Toca ser prudentes y dejar que la ley actúe. La única certeza es que un trabajador perdió la vida y es un daño irreparable. Hay que dictaminar las causas, depurar responsabilidades y poner todos los mecanismos de prevención para que no vuelva a repetirse. No puede haber impunidad con la siniestralidad laboral", apuntó Gerardo Argüelles, responsable de Acción Sindical de CC OO de Asturias. "Hay que evitar adelantarse al resultado de la instrucción, pero hay que dejar claro que los accidentes siempre ocurren por algún motivo, no son cuestión de mala suerte", señaló el secretario de Salud Laboral de UGT. Marino Fernández añadió que lo que hay que buscar "no es meter a una persona en la cárcel, sino velar por la seguridad de todos los trabajadores".

La investigación de la Guardia Civil se sustenta sobre declaraciones de una veintena de testigos, la mayoría trabajadores. Hasta cuatro entidades y empresas están envueltas de una forma u otra en el accidente: Adif, como responsables de la vía; Viesgo, como contratista, SEMI, como contrata, y Grúas Roxu, como subcontrata. Los agentes han analizado contratos, planes de seguridad, actas de reuniones, órdenes de trabajo, facturas y otro documentación relevante. Concluyen que la cuestión más importante es que, "dado que la actividad que se pretendía llevar a cabo lo era en parte sobre la vía férrea de cercanías, la entidad pública que opera la red ferroviaria tuvo que autorizar estos trabajos en tanto en cuanto invadían la zona de seguridad de la vía". Así, según el atestado, "se establecieron una serie de condiciones en cuanto a días, horario y necesidad de actuación de un coordinador que estaba en contacto con la sala de control y que ordenaba la paralización de los trabajos al paso de los diversos trenes por la zona de peligro". Se refieren al citado "piloto de seguridad".

Una vez analizada toda la información, la Guardia Civil llegó a la conclusión de que la empresa contratada para hacer la obra (SEMI) había determinado dos zonas de actuación, ubicando sendos camiones-grúa a los dos lados de la vía. Uno en la zona donde se produjo el accidente, en la carretera de Figaredo, y otro en el lado opuesto, junto a la autovía. "Las actividades a realizar por el camión-grúa y los distintos operarios en la zona de afección de la vía férrea exigían la presencia del encargado o piloto de seguridad perteneciente a la compañía que opera la red ferroviaria (Adif)", puntualiza la investigación. Siempre según las conclusiones del instituto armado, Adif había determinado que el horario de trabajo era de 7.00 a 15.00, estando permitido también intervenir de 23.30 a 06.30 horas, siempre supeditado a la existencia del citado encargado o "piloto de seguridad". La persona que fue nombrada para esta función el día del accidente finalizó su jornada laboral a las 13.00 horas, "informando al jefe de equipo de la obra". Antes de abandonar el lugar indicó a la contrata que "no podían llevar a cabo ningún trabajo que invadiera la zona de seguridad ferroviaria sin su presencia".

La imprudencia

La Guardia Civil sostiene que fue aquí donde se cometió la presunta imprudencia: "A pesar de lo anterior, continuaron los trabajos que tenían previstos sin contar con la presencia del encargado o piloto de seguridad", remarca la investigación. Así, el pasado día 10 de octubre, efectivos del equipo territorial de Policía Judicial de la Guardia Civil de Mieres procedieron a la detención de la persona que ejercía las funciones de jefe de equipo, siendo puesto a disposición del Juzgado de Mieres. En el momento del accidente el tren de pasajeros circulaba en dirección a Moreda por el trazado de la antigua Feve. Con el golpe, el técnico fallecido salió despedido fuera de la cesta, quedando colgando por el arnés de seguridad. Los testigos se percataron de inmediato de la gravedad del accidente, ya que quedó sin conocimiento, sangrando abundantemente por la cabeza. Durante toda la mañana del día del siniestro los trenes estuvieron pasando por debajo del elevador. Esta circunstancia llamó la atención de los maquinistas más veteranos, ya que se trata de una circunstancia que consideran "totalmente anómala". Al pasar el convoy de las cuatro de la tarde, se encontró la cesta a una altura más baja. De nada sirvió la frenada de última hora.

El impacto no fue frontal, ya que se produjo con la zona alta del techo. Con todo, el rozamiento fue suficiente para hacer que el trabajador saliera despedido. "Nunca jamás hemos circulado bajo plataformas con personas encima", aseguraba aún ayer un veterano maquinista. El Juzgado de instrucción número 1 de Mieres deberá determinar la responsabilidad del jefe de equipo y establecer si hubo otras imprudencias. Los expertos señalan que será importante conocer el contenido del plan de trabajo , documento que anticipa procedimientos y posibles riesgos.

Una vez analizada toda la información, la Guardia Civil llegó a la conclusión de que la empresa contratada para hacer la obra (SEMI) había determinado dos zonas de actuación, ubicando sendos camiones-grúa a los dos lados de la vía. Uno en la zona donde se produjo el accidente, en la carretera de Figaredo, y otro en el lado opuesto, junto a la autovía. "Las actividades a realizar por el camión-grúa y los distintos operarios en la zona de afección de la vía férrea exigían la presencia del encargado o piloto de seguridad perteneciente a la compañía que opera la red ferroviaria (Adif)", puntualiza la investigación. Siempre según las conclusiones del instituto armado, Adif había determinado que el horario de trabajo era de 7.00 a 15.00, estando permitido también intervenir de 23.30 a 06.30 horas, siempre supeditado a la existencia del citado encargado o "piloto de seguridad". La persona que fue nombrada para esta función el día del accidente finalizó su jornada laboral a las 13.00 horas, "informando al jefe de equipo de la obra". Antes de abandonar el lugar indicó a la contrata que "no podían llevar a cabo ningún trabajo que invadiera la zona de seguridad ferroviaria sin su presencia".

La Guardia Civil sostiene que fue aquí donde se cometió la presunta imprudencia: "A pesar de lo anterior, continuaron los trabajos que tenían previstos sin contar con la presencia del encargado o piloto de seguridad", remarca la investigación. Así, el pasado día 10 de octubre, efectivos del equipo territorial de Policía Judicial de la Guardia Civil de Mieres procedieron a la detención de la persona que ejercía las funciones de jefe de equipo, siendo puesto a disposición del Juzgado de Mieres. En el momento del accidente el tren de pasajeros circulaba en dirección a Moreda por el trazado de la antigua Feve. Con el golpe, el técnico fallecido salió despedido fuera de la cesta, quedando colgando por el arnés de seguridad. Los testigos se percataron de inmediato de la gravedad del accidente, ya que quedó sin conocimiento, sangrando abundantemente por la cabeza. Durante toda la mañana del día del siniestro los trenes estuvieron pasando por debajo del elevador. Esta circunstancia llamó la atención de los maquinistas más veteranos, ya que se trata de una circunstancia que consideran "totalmente anómala". Al pasar el convoy de las cuatro de la tarde, se encontró la cesta a una altura más baja. De nada sirvió la frenada de última hora.

El impacto no fue frontal, ya que se produjo con la zona alta del techo. Con todo, el rozamiento fue suficiente para hacer que el trabajador saliera despedido. "Nunca jamás hemos circulado bajo plataformas con personas encima", aseguraba aún ayer un veterano maquinista. El Juzgado de instrucción número 1 de Mieres deberá determinar la responsabilidad del jefe de equipo y establecer si hubo otras imprudencias. Los expertos señalan que será importante conocer el contenido del plan de trabajo , documento que anticipa procedimientos y posibles riesgos.

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