Opinión

estefanía rodríguez serrano

Entender el autismo

Desde que la Asamblea General de Naciones Unidas lo instauró en 2007, el día 2 de abril, se conmemora el Día Mundial de Concienciación del Autismo. Fecha que ha de ser, por tanto, entendida como una oportunidad para sensibilizar a la población mundial sobre una realidad que es cada vez más prevalente en nuestra sociedad.

El trastorno del espectro del autismo (en adelante, TEA) es una condición del neurodesarrollo que afecta a la configuración del sistema nervioso y al funcionamiento cerebral. Se caracteriza por dar lugar a dificultades para la comunicación e interacción social, pensamiento y conducta de la persona que lo presenta.

En España, las bases de datos estadísticas oficiales no recogen adecuadamente el autismo, por lo que tomando como referencia estudios epidemiológicos realizados en otros países; en Europa, se estima que el autismo se presenta en el 1% de la población. Si la población de España a fecha 1 de enero de 2025, según datos del INE es de 49.077.984 habitantes, en nuestro país habría casi medio millón de personas con autismo.

Según el último informe descriptivo del Ministerio de Educación y Formación Profesional, fechado en abril de 2024 y referido al curso 2022-23, el alumnado con necesidades especiales asociado a discapacidad asciende a 262.732 alumnos, identificándose a 78.063 de ellos con la categoría diagnóstica de TEA, lo que supone el 29,71% del alumnado con necesidades especiales asociadas a discapacidad, convirtiéndolo en la categoría diagnostica más numerosa.

Porcentaje este que ha experimentado un aumento del 13,13%, con respecto al curso escolar inmediatamente anterior (2021-2022). Las políticas sociales, sanitarias y educativas se revelan como ineficaces e insuficientes para dar respuestas a las necesidades de este numeroso colectivo y de sus familias que son a menudo los grandes olvidados y quienes más sufren las consecuencias de una sociedad en la que conciliación e integración son una absoluta utopía.

Es preciso el compromiso real y efectivo de los poderes públicos que, además de articular y aprobar las políticas públicas adecuadas para asegurar al colectivo autista la suficiencia de recursos y con ello la igualdad de oportunidades, debe sensibilizar, formar e informar a la sociedad civil, en general, así como a los profesionales y cuidadores que les asistirán o atenderán a lo largo de toda su vida.

Quienes participamos del debate público tenemos la responsabilidad de alzar la voz con el objetivo de contribuir a formar una sociedad más empática, inclusiva, justa y solidaria que sea capaz de abrazar la diversidad.

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