Así es la nueva "casa" del Conservatorio de Avilés que abrirá sus puertas en veinte días
El equipamiento de La Ferrería tiene aprovechado cada rincón del sótano a la tercera planta, con aulas individuales y grupales. Habrá un gran concierto el día 23 desde la balconada hacia Alfonso VI

Miki López /Amor Domínguez

El Conservatorio de Avilés germinó en la década de 1980. El Ayuntamiento adquirió entonces el palacio de Balsera, que ha sido hasta el momento la sede de las enseñanzas musicales en la ciudad. Ahora el "Julián Orbón" inicia una nueva etapa de amor a la música con moqueta y auditorio: 27 aulas, sala de ensayos... El próximo martes 22 de abril un total de 240 alumnos de entre 6 y 80 años comenzarán el tercer trimestre en la nueva ubicación: el antiguo edificio de Correos en la calle de La Ferrería, que será un cajón de sueños con melodía y magia cultural.
LA NUEVA ESPAÑA recorre las instalaciones en compañía de la arquitecta Andrea del Cueto, la concejala de Cultura, Yolanda Alonso; el director del Conservatorio, Carlos Galán y Aníbal Siñeriz, director técnico eventos culturales. Comienza la visita en la planta baja donde está la parte administrativa con una sala grupal y tres despachos: jefatura, secretaría y dirección. Sobre moqueta acústica negra se accede desde este espacio al auditorio por pasillos amplios, muy amplios, más de lo exigido en la normativa. Porque se pretende que estas pasarelas, que llevan a aulas montadas como "celdas acústicas", perfectamente insonorizadas, sean también espacio de encuentro y esparcimiento de los artistas. Tanto es así que los radiadores se han forrado de madera blanca haciendo las veces de bancos que podrán ser utilizados por los estudiantes.
Una vez en el auditorio –moqueta roja, en este caso– el espacio da lugar a múltiples combinaciones. Músicos y público podrán estar indistintamente en las gradas o en el suelo, según las necesidades de cada función. Y no habrá sillas sino cojines para hacer más confortable el espacio.
El acceso a los pisos superiores se puede hacer en ascensor o por escalera, que conserva parte del suelo y la barandilla original. La señalética no es improvisada y responde al conjunto de la actuación en un edificio historicista en el que hablan los materiales. No en vano el centro cuenta ahora con un certificado energético clase A; es decir, sobresaliente en eficiencia energética. Como ejemplo: las luces del nuevo "Julián Orbón" se regulan según la luz exterior que entra por grandes ventanales, especialmente imponentes y con vistas al viejo Avilés desde la biblioteca.
En primera planta están las aulas individuales y grupales de piano –como curiosidad, el órgano existente en el palacio de Balsera se tardará en desmontar y montar alrededor de cinco días–, en el segundo piso están las de viento y en la tercera, las de cuerda. Cada planta tiene aseos adaptados. En el sótano están las aulas acondicionadas para los alumnos de percusión, con sus correspondientes paneles aislantes. En el subsuelo está también la sala de ensayos, camerinos, pequeños almacenes...

EN IMÁGENES: Así es el interior del nuevo conservatorio de Avilés / Miki López
En este complejo de 1.200 metros cuadrados de superficie útil con 27 aulas, auditorio, biblioteca y administración trabajarán un total de 29 profesores, los mismos que estaban en esta última etapa en el palacio de Balsera. El reto no es aumentar la oferta académica. Actualmente el centro ofrece las especialidades de Canto, Piano, Órgano, Guitarra, Violín, Viola, Violonchelo, Contrabajo, Flauta travesera, Oboe, Clarinete, Saxofón, Fagot, Trompa, Trompeta, Trombón, Tuba y Percusión.
El objetivo, según explicaron Carlos Galán y Yolanda Alonso, va por otros caminos: por un lado, ganar matrículas. El centro cuenta con 240 alumnos, de los cuales 125 cursan enseñanzas elementales, 85 enseñanzas profesionales y 30 asisten a los talleres de iniciación musical. El segundo objetivo es mantener en cartera la oferta existente y ampliar la jornada de los profesores de flauta y canto de media a jornada completa.
El nuevo conservatorio que visitó esta semana la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, ha supuesto un desembolso 2,7 millones de euros (parte de ellos procedentes de los fondos europeos Next Generation) a los que hay que añadir unos 152.000 euros por la dirección facultativa de la obra, unos 89.000 euros de mobiliario y otros 16.698 más para el mural encargado al artista Alfonso Zapico, pendiente de recepcionar por el momento. La obra no fue fácil, a juzgar por la arquitecta Andrea del Cueto, que tomó el testigo de su colega Julio Redondo, que alcanzó la edad de jubilación con esta actuación en el casco histórico avilesino. Ahora las expectativas son mayúsculas: a los profesionales del "Julián Orbón" les esperan días de traslado y movimiento de cajas e instrumentos. Aprovecharán la Semana Santa para finalizar la metaformosis del Conservatorio. Están entusiasmados con el cambio. Luego el centro abrirá nueva etapa en La Ferrería. Y habrá puesta de largo: para el día 23 se espera un concierto desde la balconada del edificio para un público en la plaza de Alfonso VII. Novedad para una ciudad que tiene música para rato.
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