Metabolismo urbano y talentos de Avilés, por Covadonga Jiménez

La activación de programas estratégicos para luchar frente a la fragmentación territorial

Participantes en la última reunión de la mesa por la industria.

Participantes en la última reunión de la mesa por la industria. / MARA VILLAMUZA

Covadonga Jiménez

Covadonga Jiménez

La competencia por el talento, la creación de espacios para la innovación o la economía creativa forma parte de las estrategias de los nuevos desarrollos urbanos. Existe una proliferación de espacios para palacios de congresos, recintos feriales, equipamientos culturales, oficinas de apoyo a la internacionalización de las empresas o para el emprendimiento. Y aunque la ciudad es el espacio natural para la innovación y el cambio, en España necesita todavía adaptarse al nuevo modelo que surge tras la crisis. Por ello, es especialmente importante la creación de zonas para la innovación, la implicación de la ciudad en programas estratégicos de desarrollo y la adaptación de sus infraestructuras a las nuevas tecnologías.

Las ciudades de hoy en día son metropolitanas, esto significa que exceden los límites de una sola jurisdicción, como en el caso de Avilés, aportando complejidad a los desafíos a los cuales se afrontan. En la actualidad, el 54% de la población mundial es urbana y la tendencia es creciente, proyectándose que alcanzará el 70 % en el 2050, según un informe de la ONU. Ello implica que todavía se hace necesario interiorizar que uno de los grandes activos de nuestro país son nuestras ciudades y la forma en que se gestionan.

Un concepto utilizado para estudiar esta temática es el de metabolismo urbano. Este abordaje en torno al desarrollo de las ciudades piensa a la urbe como un sistema con límites definidos el cual consume y expulsa de sí mismo recursos como materia y energía, siendo al mismo tiempo interdependiente con su entorno. Podrían determinarse, en el momento presente, por la actividad de Avilés, algunos ejes fundamentales en ese metabolismo: su Puerto, su sistema de innovación, la capacidad para atraer inversiones, el dinamismo (o no) de su sector servicios además de las grandes bolsas de suelo empresarial a desarrollar próximamente (véase el suelo de Baterías).

Habida cuenta de la coincidencia de varios proyectos en el momento presente en el entorno local bien podría acudirse a ese concepto de metabolismo urbano para revisar el consumo de energía que implica tres décadas de retroceso demográfico -aún no superado- y los severos ajustes sobre el empleo provocados por la reconversión iniciada en los años ochenta. Pese a todo, nos dicen que la ciudad de Avilés ofrece síntomas de recuperación: en proyectos urbanísticos -aunque no todos los esperados por el sector-, en nuevos equipamientos -algunos largamente esperados-, en inversiones a largo plazo -algunas frenadas de forma inexplicable por la burocracia administrativa- y en las apuestas de entidades supramunicipales. Por ello, aún existen notables contradicciones sobre los resultados entre los usos y el potencial de este metabolismo.

Queda pendiente la reorganización de tráficos entre la ciudad y el Puerto, el impulso a las sendas naturales a modo de enseña turística además de buscar solución a la actual fragmentación territorial de la comarca. Los modelos de Mesa de la Industria y Mancomunidad Turística deberían explorarse como mecanismo para afianzar los logros recientes y aglutinar los asuntos estratégicos para una correcta digestión de los próximos desafíos en este metabolismo urbano que habitamos.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents