Roberto, recuerdos del Xixón Sound y películas a la puerta de una panera
"En Asturias se rueda mucho por los paisajes y porque la gente recibe muy bien a los equipos"

Julián Rus
Roberto Álvarez Espinedo, gestor del Centro de Interpretación del Hórreo de Bueño. Tiene 52 años y además del centro de Bueño gestiona el Centro de Interpretación del Poblado Minero de Bustiello (Mieres) con la empresa que comparte con su mujer, María Fernanda Fernández. Fue teclista de "Los Buges", uno de los grupos de aquella generación del Xixón Sound, y también trabaja como regidor del equipo de arte en el mundo del cine. Su último trabajo fue en el rodaje de la película "Infiesto".
–Aquí no, porque éramos de Mieres, pero fuera de Asturias a "Los Buges" se nos metía dentro del Xixón Sound. El Xixón Sound no implicaba un estilo. Era más bien una eclosión de grupos que salían en la escena underground de Asturias. Aunque estilísticamente los grupos no tuviéramos nada que ver, sí que había buen rollo. Era algo generacional. Éramos una serie de bandas que coincidíamos en el espacio y en el tiempo y que nos atrevíamos a coger la furgoneta y a tocar por todos los lados, y que sonábamos en Radio 3. Se convirtió en un sonido, como había sido Vigo unos años antes. En realidad, yo creo que el único nexo de unión de la mayor parte de los grupos del Xixón Sound era el campus del Milán. Casi todos tenían gente allí estudiando. Efervescencia musical sigue habiéndola en Asturias, pero no sé si ahora podría repetirse un fenómeno así. El negocio de la música ahora ye muy diferente. Ahora hay un lugar común, que son las redes sociales, donde funciona todo, pero es que antes la red social era Radio 3. Y si tú conseguías que Radio 3 empezara a hablar de esto, la cosa tomaba carta de naturaleza y empezaba a existir. Ahora ye mucho más complicado.
Roberto Álvarez Espinedo, 52 años, licenciado en Geografía e Historia, especialidad Musicología, nacido en La Felguera de Riosa, "fíu de riosana y de mierense del valle de Cuna", criado en "Mieres city". Estudió en el colegio Santiago Apóstol. Su madre, que no había podido estudiar música, lo mandó también al Conservatorio. El güelu, el padre y el hermano, mineros. Él primero tiró por el rock and roll, fue el teclista de «Los Buges» en aquellos años 90 del Xixón Sound, y luego… Lo que pasó luego ya lo cuenta él.
"En los años noventa, estudiando en el Milán, conocí a María Fernanda Fernández. Ella es historiadora del arte y experta en patrimonio industrial. Tras acabar la carrera ya éramos pareja y decidimos que había un hueco en el mercado profesional para dedicarnos a ser historiadores del arte de forma autónoma. Empezamos haciendo inventarios de vivienda pública. Como en los dos mil el urbanismo tenía ya una dinámica, empezamos a hacer catálogos urbanísticos dentro del planeamiento de los concejos, en colaboración con una ingeniería. Ahora gestionamos el Centro de Interpretación del Hórreo de Bueño y el Centro de Interpretación del Poblado Minero de Bustiello, en Mieres".
"En Bueño, nuestra tarea es divulgar y sensibilizar a la sociedad asturiana sobre la protección de este inmenso patrimonio cultural que son los hórreos y las paneras. Como decía Jaime Santos en el documental ‘El hórreo, cofre y tesoro’, este es un patrimonio que a fuerza de hacerse presente se volvió invisible".
"Ahora empezamos a ser conscientes de lo maravilloso que es ese patrimonio. Tener esos muebles al aire libre, no pocos miles de ellos del siglo XVI, y que estén ahí aguantando a la intemperie con mínimos cuidados es algo increíble que tenemos que saber transmitir a las siguientes generaciones. Ahora ya hay también una Asociación de Amigos del Hórreo que empieza a abrigar este patrimonio y la Administración regional ya está casi triplicando las ayudas, pero antes eran escasísimas. Ribera de Arriba fue de los poquísimos concejos que en los últimos quince o veinte años ha dado subvenciones muy superiores a las que daba la región. En Bueño, el 80% de los hórreos se arreglaron con una subvención muy importante a fondo perdido del Ayuntamiento. Eso no había pasado en ningún sitio. Pero estamos hablando de un concejo pequeñín con una dinámica sociocultural enorme".
"La conservación del patrimonio industrial tiene otra serie de componentes. Es normal que la mayor parte de la gente no dé importancia a sitios que normalmente asociaba al esfuerzo, al sufrimiento, a condiciones de trabajo que eran muy penosas. Hace cuarenta años vete a decirle a un paisano que esa nave, esi pozu, que esa chimenea había que preservala. Pero es algo que nos define como cultura y como pueblo. Afortunadamente, empezó a cambiar un poquitín el chip cuando la gente empezó a viajar y a ver en otros países qué maravillas se pueden hacer con este patrimonio".
"Y luego, además de esto, también me dedico al cine ya desde el año 2000. Aunque eso no lo sabe mucha gente. Formo parte, como regidor, de los equipos de arte de las películas y series que se ruedan en Asturias. Comencé con la película ‘Carne de gallina’. Fue una carambola, digamos. Llegó la productora a localizar los exteriores y como buscaban casas de mineros, el Ayuntamiento de Mieres los puso en contacto con nosotros, que nos dedicábamos a catalogar vivienda obrera".
"Empecé poco a poco, a lo tonto, y acabé dedicándome a ello. El regidor es el que se ocupa de comprar y administrar todo el equipo de arte, de comprar todo el atrezo. Trabajé son Sergio G. Sánchez en ‘El secreto de Marrowbone’ y en la serie ‘Alma’. También en la serie ‘La Zona’ y el año pasado en la película ‘Infiesto’, que acaba de estrenarse en Netflix".
"En Asturias se rueda mucho y los que vienen a rodar están muy contentos. Como escenario hay muchos ambientes, una versatilidad tremenda. Tienes costa, tienes montaña, tienes paisaje tradicional y también industrial, postapocalíptico vamos a decir. Pero además la gente es muy amable. Que en una comarca, en un pueblo, llegue una peli o una serie hace que todo el mundo se vuelque y todo sean facilidades. Ya no digo tanto a nivel administrativo, que en la medida de lo posible, también. Hablo de la gente".
"Aquí hay un corpus de técnicos, pero luego tienen que salir también a trabajar fuera porque aquí no hay una industria como sí la hay en Galicia o en el País Vasco. Fíjate donde haya industria audiovisual: en Madrid, en Barcelona, en el País Vasco y en Galicia. Casualmente cuatro sitios en los que hay una televisión autonómica potente. Esa televisión potente es lo que te garantiza el tener tres o cuatro productoras que están trabajando todo el año, que luego crecen y entonces es cuando empiezan a hacer ficción para las plataformas o para el cine".
Ribera de Arriba, paraíso de arte y cultura todo el año
