Amazon nunca ganará a Darío aunque se meta a vender lechugas
"Nadie va a poder competir con nosotros en la frescura de nuestros productos"

Julián Rus
Darío de las Heras, agricultor de venta directa. En la aldea de Joyana está La Huerta Joyana, la plantación que regenta Darío de las Heras Guerrero desde hace unos nueve años, cuando vino de Madrid expulsado por la crisis. Es un agricultor «de cabecera», produce en ecológico y directamente para las 50 familias que le hacen los pedidos en su grupo de WhatsApp. Dice que su modelo de negocio tiene una ventaja imbatible: nadie sirve hortalizas más frescas que las suyas.
"Soy natural de Guadalajara, pero tengo arraigo con Asturias porque mi abuelo vino con los arijanos en los años 50 a Cristalería, a Avilés. Mi padre empezó aquí de aprendiz y pero luego se fue a Cristalería a Azuqueca de Henares, de donde soy yo. En Azuqueca, la mitad de mis vecinos eran asturianos. Los técnicos del Norte estaban muy cotizados. Mi padre emigró para allá y yo para acá. Todos mis veraneos de infancia y de juventud fueron en Avilés, en el Jardín de Cantos, para ver a mis abuelos. Por esa parte yo tengo arraigo a Asturias, pero luego en Madrid conocí a mi mujer. Su familia es de Illas. Fíjate, viniendo todos los años de veraneo a Asturias y la fui a conocer en Madrid".
"Yo era delineante y la crisis de la construcción me engulló. Estábamos viviendo en Madrid. Aguantamos allí mientras mi mujer mantuvo el trabajo. Hasta 2011. En su empresa, que era de informática, también hubo recortes y la despidieron. Era administrativo, la echaron por teléfono y estando de baja por embarazo".
"También nos pilló allí cuando todo aquello del 15M, el nacimiento de una conciencia colectiva. Y yo dije: vamos a plantearnos un cambio radical. Algunos me dicen: joder, qué huevos tuviste. Sinceramente, lo decidí por el acojone que tenía viendo las orejas al lobo. Como digo yo, sin ingresos, en una ciudad como Madrid no tienes otra alternativa que ir a la puerta del supermercado a poner la mano o ir a Cáritas. En un pueblo, sobrevives, a pesar de las dificultades. Porque vivir de la tierra es complicado. Pero es la mejor decisión que pudimos tomar. Y viendo lo que se vino después, también".
"Con el tema del 15M en Madrid surgieron muchos grupos de consumo, gente que se organiza para pedir directamente a los productores. Me acuerdo de que creamos uno en nuestro barrio, Arganzuela, y me flipó que el pequeño agricultor que nos surtía nos trajo un primer pedido de 600 euros, porque éramos mucha gente, nos dejó la verdura y se fue sin cobrar. Pagábamos cuando llegaba el pedido siguiente. Se fue confiado. Y a mí ese tipo de relación basada en la confianza y en el trato personal, tío, también me motivó mucho para lanzarme yo a ser productor".
"En 2012 dejamos Madrid. Estuvimos un año en Avilés y luego vinimos aquí. Llevamos nueve en Illas. Plantaré unos 5.000 metros. Planto de todo y cada vez más variedad de cosas. Yo solo hago el mercado de Avilés los lunes, y los martes reparto por casas los pedidos. Venta radicalmente directa. Yo vendo al que lo come. No hay nadie por medio, ¿sabes?".
"Funciono con un grupo de WhatsApp, no necesitas una superplataforma on-line. Tengo una lista de difusión. Suministro a 50 familias. El viernes digo lo que veo que hay disponibilidad. El fin de semana, antes del domingo, me dicen lo que quieren. El domingo ya gestiono la cosecha para el mercado o para los pedidos del martes, dependiendo de la demanda".
"Yo lo reparto por la zona de Avilés. Voy desde los Balagares hasta Naveces, no salgo de ahí. Tampoco tengo la necesidad. Yo puedo tirar cuatro tomates agusanados a las gallinas pero lo voy sacando, macho. Me he visto en situaciones de verme con 50 kilos de brócoli, poner un mensaje al grupo habiendo hecho el reparto el día anterior, y te lo juro que a la media hora me los había quitado de las manos. Te lo cuento y se me pone la carne de gallina. Tengo una clientela supercomprometida. Porque también hace falta cierto compromiso por su parte. Lo fácil es bajar al súper y coger lo que quieres antes que organizarte para saber que los martes por la tarde tienes que estar para recibirme el pedido. Yo busco relación humana, la confianza y el trato directo".
"Yo produzco en ecológico, estoy certificado por el Copae (Consejo de la Producción Agraria Ecológica del Principado de Asturias). Pero en el tema ecológico también el monstruo está dentro. La industria también está metida en el mundo ecológico: vienen naranjas ecológicas de Sudáfrica. Pero es lo que yo les digo a mis compis, los otros horticultores que hay como yo: en lo que nadie va a poder competir con nosotros, aunque se meta el Bezos a vender lechugas, es en la frescura. Eso para los consumidores es como tener la huerta en casa. Hay cosas que llevan cosechadas una hora cuando las sirvo".
"Tengo colegas que no quieren bajar a mercados convencionales porque hay mucho que lidiar y hay gente que te baja a regatear. Pero siempre les digo que no es solo irse a ferias ecológicas, porque luego hay esa visión como elitista de lo ecológico, y, para mí, la forma de normalizar es entrar en los canales que han existido siempre. Porque luego nos quejamos de esa visión elitista de lo ecológico. En mi casa me inculcaron lo de la conciencia de clase y yo lo tengo clarísimo. Me llevan los demonios cuando hay quien te cuenta como una hazaña el haber cobrado los fréjoles a 7 euros. A mí se me cae la cara de vergüenza. A algunos se le llena la boca con lo de la soberanía alimentaria. Y la soberanía alimentaria, en casi cualquier definición, lo primero que dice es la disponibilidad para la población autóctona. Si tú pones a 7 pavos el kilo de fréjoles eso no es accesible. El dilema está en buscar el equilibrio entre valorar el producto y saber en el contexto social en el que estás. Yo te digo que La Huerta Joyana es transversal. Yo empiezo a vender en La Luz y acabo en Salinas. Y no tengo más clientes en Salinas que en La Luz o en Villalegre".
"Dedicarme a esto es la mejor decisión que he podido tomar. No solo por la actividad, también por la comunidad en la que vivimos. Asturias es la hostia. En carne, en leche, en huerta, en pescado... igual no hay otra comunidad para ser soberanos alimentariamente. Aunque el futuro es muy incierto, macho. Mira, el otro día compartieron en un grupo de WhatsApp un análisis que decía que el consumo de alimentos había bajado un 3% con la inflación. Pero el consumo de zapatillas y de complementos no sé si había subido un 9%. Ahí te das cuenta lo que es el ‘Mundo Amazon’, como digo yo. Es difícil escapar, yo lo entiendo. Yo soy radical anti-Amazon, pero entiendo la otra realidad: el que vive precariamente y le dicen que tal cosa te cuesta la mitad que bajando tú a la ferretería, pues yo eso lo entiendo. Como yo digo, Amazon es el monstruo del monstruo. En los noventa nos llegaron grandes cadenas como Media Markt o Ikea. Pero es que Amazon ahora se va a comer a esos. Se lo va a comer todo todo".
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