Sergio lucha contra la invasión turística que vacía Cimavilla
"No rechazamos el turismo, pedimos un turismo que sea sostenible"

Julián Rus
Sergio Álvarez Barrera, presidente de la Asociación de Vecinos «Gigia» de Cimavilla. Sergio Álvarez Barrera, de 40 años, encabeza la lucha de los vecinos del barrio histórico de Gijón contra la invasión de pisos turísticos y sus dañinos efectos. El Ayuntamiento ya se plantea una limitación, por un año, de la concesión de más licencias en esta zona, en el Centro y en el barrio de La Arena.
"Llegué a vivir a Cimavilla en 2004 y desde el 2016 soy presidente de la asociación de vecinos. La turistificación del barrio fue muy rápida. Comenzó ya antes de la pandemia, en pandemia se frenó y después ya fue bestial".
"Con la turistificación, la gente que tiene viviendas de alquiler las destina al alquiler turístico exclusivamente. Eso hace perder población y que se empiecen a comprar viviendas vacías, o que están en mal estado, para dedicarse exclusivamente a uso turístico. Eso expulsa a los vecinos y vecinas y cambia radicalmente la vida social del barrio. Ese el fantasma que tenemos ahora".
"No estamos en contra de que haya algunas viviendas turísticas. Estamos en contra de que solo haya ese camino. Porque eso acaba con todo. Acaba con el pequeño comercio, etc. Y acaba con un barrio socialmente muy marcado. Es un pueblo dentro de una ciudad. Cimavilla es una península, un mundo aparte de Gijón. Cuando vamos a Gijón, vamos a Bajovilla. Tiene ese carácter todavía de pueblo, que corre realmente peligro cuando se turistifica la zona".
"Asturias está marcándose turísticamente muy fuerte. Tras la desindustrialización, ahora parece que sólo vamos a vivir del turismo y además con el AVE, el ‘agujero de la montaña’, como yo digo, todo el mundo tira hacia el turismo para ganar dinero. Pero el problema no está en la persona que tiene una vivienda y la explota turísticamente. El problema es de las políticas que se hacen. Lo que pedimos es que se restrinjan las viviendas turísticas en zonas tensionadas como Cimavilla, que es una zona tensionada porque el porcentaje de vivienda turística es muy elevado con respecto a la vivienda convencional. Y Cimavilla está entre lo más alto de Gijón Hay estudios ya que así lo dicen".
"Todo esto hace que si alguien quiere venir a vivir a Cimavilla prácticamente les resulte imposible. Y lo que es más grave: se está yendo gente. Existen presiones para que se vayan de las viviendas, mobbing inmobiliario. Desde que no se renuevan contratos de alquiler o que solamente alquilan de octubre a junio. O pisos que están en malas condiciones y los compran inmobiliarias de fuera de Asturias, principalmente de Madrid, para destinarlo todo a apartamentos turísticos. Hay presiones de todo tipo. O propietarios que no reparan los tejados de las casas para que declaren en ruina, la gente tenga que irse y luego explotarlo turísticamente porque es más rentable. Tenemos vecinos y vecinas que se han tenido que marchar de su casa. Sabemos quiénes son. No es una leyenda urbana, es real. Y a la asociación, vienen muchas señoras a las que todo eso les crea mucha inseguridad. Dicen: ‘Marchó mi vecina de abajo, cogieron el piso los nietos, van a usarlo como turístico y ahora no sé quién va a entrar en el portal. Se pierde es característica de: estoy protegida en mi barrio, porque pico a la vecina de abajo si me pasa algo y me ayuda".
"Parece que somos extremistas y estamos en contra del turismo. Y siempre lo decimos: nosotros no estamos en contra del turismo. Nuestros vecinos, la gran mayoría, viven del turismo. Lo que queremos es un turismo sostenible. Es algo muy distinto. Cimavilla es un atractivo turístico de Gijón. Es el barro histórico. La gente viene a visitarlo y cada poco se ven grupos de turistas. Pero nosotros decimos que la propia esencia de Cimavilla no es monumental como puede ser, por ejemplo, el centro de Oviedo. El atractivo de Cimavilla es la esencia y la historia del barrio, incluso la propia memoria viva que tiene un barrio totalmente feminista. Porque históricamente ellas fueron quienes lideraron. Las cigarreras de Tabacalera, las pescaderas... Es un barrio con un matriarcado. Y si tú matas eso, estás matando también su atractivo turístico".
"Y aparte de las viviendas de uso turístico legales, hay mucha ilegal. La administración lo que tiene que hacer es perseguir los que son ilegales y cerrarlos. Además es muy fácil, porque coges la página de AirBNB y están todos, miras los que están dados de alta y ya lo tienes. No queremos ser un barrio residencial donde no entre nadie a molestarnos, al contrario. Lo que queremos es que aquí sigan viviendo vecinos. Si no, solamente será un atrezzo".
"El problema que tenemos no es solamente esa turistificación en cuando al uso de las viviendas. También que todas las inversiones que hace el Ayuntamiento en el barrio van destinadas a crear flujos turísticos y ninguna a crear servicios para los vecinos. La Tabacalera, que va a ser un museo, no va a ofrecer ningún servicio al barrio. La Casa Paquet, que renovaron, que es la oficina de Infogijón, tampoco da ningún servicio al barrio. Vemos cómo hay dinero para rehabilitar las casamatas del Cerro, por ejemplo, y estamos a favor de que se rehabilite eso, por supuesto. Pero estamos en contra de que las partidas solo sean para crear flujos turísticos. Cuando no haces un equilibrio de inversiones entre el turismo y los servicios para los vecinos, eres cómplice de esa turistificación. Con tus políticas expulsas a la gente del barrio si carece de servicios. Vemos, por ejemplo, cómo para un hotel de cinco estrellas que dicen que van a hacer se van a cambiar tres planes, pero para poner un ascensor en tu vivienda, al ser un barrio BIC (Bien de Interés Cultural) tienes problemas".
"Además, Cimavilla también tiene que conciliar el ocio con los vecinos. Aquí también hay mucho ocio nocturno todavía en el barrio. Hay mucho vandalismo por la noche, se desmadra todo bastante y la policía no sube absolutamente para nada por las noches. Se concentra toda la presión abajo en Fomento. Ahora hablamos de la turistificación porque es un fenómeno nuevo y es muy rápido y está expulsando directamente la gente, pero hay un cúmulo de muchas más cosas. Hay que hacer una política transversal de barrio que proteja esa identidad y haga un turismo sostenible".
"En Cimavilla además hay mucha vivienda que es de Vipasa, del Principado, y está en desuso por estar en mal estado. Conseguimos que Vipasa las cediera a la empresa municipal de Gijón para que las rehabilite y venga a vivir gente. Es lo que necesita Cimavilla, así se mantiene un colegio público, se mantienen los servicios".
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