Acosados por los medios, los dos bandos que se enfrentarán en el cónclave empiezan a salir a la luz. Cardenales que apuestan por el camino que inició Francisco, con una Iglesia más abierta a las reformas, y prelados que desearían echar el freno, volver al pasado y olvidar el papado de Bergoglio. Mientras unos apuestan por un pontífice con dotes de comunicador, como lo era Francisco, que permita una mayor participación de los fieles, incluidas las mujeres, en el gobierno de la iglesia, el bando más tradicional cree, sin embargo, que Francisco ha sido demasiado arembiguo sobre temas tan controvertidos dentro de la Iglesia como las mujeres, los homosexuales o las relaciones con el islam y China. Un bando, por ahora el menos numeroso, que se enfrentó a Francisco en vida, como los cardenales Burke, Sarah o Müller y que le cuestionaron doctrinalmente. En una entrevista con The Times, el alemán Müller ha advertido que "la iglesia corre el riesgo de dividirse en dos si no se elige a un papa ortodoxo”.