Ana Julia Quezada, la asesina del niño Gabriel Cruz, llegó a España con poco más de 18 años, en 1991. En su país, República Dominicana, dejó su vida anterior y también a una hija recién nacida, Ridelca. El primer destino de esa joven mulata y exuberante fue un club de carretera cerca de Burgos donde iban a prostituirla. El último, la cárcel de mujeres de Brieva (Ávila) donde cumple condena de prisión permanente revisable por matar al niño Gabriel, hijo de su pareja, el 27 de febrero de 2018, un crimen del que se cumplen siete años.

Antes de matar a Gabriel, la vida de Ana Julia en España muestra un reguero de manipulaciones, engaños y víctimas que estaban ocultas hasta el crimen del niño, conocido en Almería como 'el Pescaíto' y cuya desaparición desencadenó la operación Nemo de la Guardia Civil.